Balcones a la tranquilidad
Cuando el viajero pone el pie en las calles de Capileira, a¨²n aturdido por las curvas de la zigzagueante carretera que asciende hasta casi los 1.500 metros, no tiene muy claro si acaba de llegar al remanso de paz del que hablan algunos folletos tur¨ªsticos o a una especie de Picadilly Circus castizo. Junto al pastor con su reba?o de ovejas, circulan por sus estrechas y empinadas calles espa?oles y daneses mochila al hombro y coches Audi de alquiler conducidos por japoneses c¨¢mara en ristre. El cartel "no vacancies" colgado de la puerta de la pensi¨®n Poqueira aumenta la turbaci¨®n, a la par que recuerda al visitante que si quiere dormir caliente en este pueblo debe reservar su cama con al menos dos meses de antelaci¨®n. Y es que el paisaje, las gentes y la tranquilidad que cautivaron a Pedro Antonio de Alarc¨®n y a Gerald Brenan contin¨²an atrayendo hasta los pueblos de la parte m¨¢s alta de la Alpujarra granadina a miles de visitantes. Especialmente en Navidad y Semana Santa, cuando las nieves de la cercana Sierra Nevada iluminan como enormes candilejas el Barranco del r¨ªo Poqueira, en el que se desparraman las aldeas hermanas de Pampaneira, Bubi¨®n y Capileira. Las tres, con poco m¨¢s de 1.200 habitantes, conforman la Tah¨¢ de Poqueira. Con el t¨¦rmino tah¨¢, los ¨¢rabes que all¨ª vivieron hasta su expulsi¨®n por orden de Felipe II denominaban cada una de las divisiones administrativas de Al-busarrat. Fruto de su legado es la peculiar arquitectura de estos pueblos: casas bajas y encaladas, con tejado romo cubierto de la t¨ªpica launa -l¨¢minas de pizarra- y rematados siempre por una chimenea tocada con un gracioso sombrerillo. Los lugare?os alquilan a los turistas algunas de ellas, f¨¢cilmente identificables porque junto a la chimenea le ha nacido una especie de plato c¨®ncavo de antena parab¨®lica. En su d¨ªa, los habitantes de la Tah¨¢ vivieron de la agricultura de bancales y de la ganader¨ªa ovina. Fue hacia 1965, con la llegada de los primeros extranjeros, cuando las autoridades municipales se percataron de que su futuro estaba en el turismo. Aquellos visitantes, la mayor¨ªa brit¨¢nicos, buscaban el silencio, el retiro y la vida de costumbres sencillas en un lugar aislado del mundo. Casi todos se marcharon cuando empezaron a abrir los primeros hoteles y restaurantes. Hoy no se puede hablar de turismo masificado. Pero las oficinas de informaci¨®n solventan a diario las dudas de cientos de personas que acuden, sobre todo, buscando las privilegiadas rutas de senderismo del Parque Nacional de Sierra Nevada. "Vienen europeos, americanos, australianos, japoneses y espa?oles. Esta zona ofrece descanso, aire puro, paseos a pie, caballo o bicicleta, deportes de aventura, buena gastronom¨ªa y una rica tradici¨®n artesana", repasa de un plumazo Paco Mar¨ªn, encargado de la oficina de Bubi¨®n. M¨¢s abajo, en Pampaneira, el visitante puede contratar un gu¨ªa de la empresa Nevadensis para que le asesore y dirija en las excursiones. Los iniciados o m¨¢s osados pueden decidirse por las ocho rutas se?alizadas por la Agencia de Medio Ambiente. La mayor¨ªa llega cerca de las cumbres nevadas, con longitudes que oscilan entre los 4 y los 23 kil¨®metros (alrededor de 1.30 y 8 horas de paseo). Tambi¨¦n en esta localidad se pueden encontrar las t¨ªpicas jarapas. Su alcaldesa, Mercedes Carrascosa, elabora artesanalmente estas telas de vivos colores, tejidas con lana o algod¨®n y utilizadas en la confecci¨®n de cortinas, alfombras y colchas. Mercedes, junto con otros artesanos de la comarca, est¨¢ ilusionada con recuperar la rica industria de la seda existente en ¨¦poca ¨¢rabe, cuando en la zona hab¨ªa cinco mil tornos de hilado. "Vamos a viajar a Murcia para aprender el proceso de fabricaci¨®n. La implantaci¨®n de esta industria supondr¨ªa un gran atractivo tur¨ªstico y cultural, la creaci¨®n de empleo y una buena posibilidad de reforestar el Barranco con moreras", explica. Se?al de la inquietud por el arte de sus habitantes, existen en Bubi¨®n y Pampaneira tres galer¨ªas de arte, regentadas en su mayor¨ªa por residentes extranjeros. El nirvana de Richard Gere Quienes busquen la tranquilidad m¨¢s absoluta pueden encontrarla todav¨ªa en la Tah¨¢. No lejos de Pampaneira, con envidiables vistas al mar en d¨ªas despejados, se encuentra el centro budista O"Sel¨ªn (aunque m¨¢s f¨¢cil resulta preguntar por Jesul¨ªn). Los lamas que all¨ª viven ayudan a los hu¨¦spedes -con su recogimiento y oraci¨®n- a olvidar los males mundanos o a dejar de fumar mediante la meditaci¨®n. Ofrecen, previa reserva, alojamiento y comida s¨®lo a base de fruta y verdura para purgar el ¨¢nimo. Con un poco de suerte, el visitante podr¨¢ intentar alcanzar el nirvana en compa?¨ªa de Richard Gere o Nacho Cano, ilustres y asiduos clientes del centro.
Y el jam¨®n, de Trev¨¦lez
La dieta serrana est¨¢ re?ida con las pasarelas. Los fr¨ªos invernales y las largas caminatas imponen, adem¨¢s, abundantes suculencias para reponer fuerzas. El padre de Pepe y Paco P¨¦rez, los gemelos que regentan el restaurante Poqueira de Capileira, fue el precursor del t¨ªpico plato alpujarre?o: lomo, jam¨®n, chorizo, morcilla, huevos fritos y patatas a lo pobre. Todo regado con un vino clarete de La Contraviesa. Algo menos contundentes resultan las migas, de pan o s¨¦mola con chacinas, y las gachas pimentoneras. De postre, reposter¨ªa rotunda de origen ¨¢rabe, con la miel, la almendra y las casta?as como protagonistas. Hasta que vuelvan a caber los pantalones y para aplacar tambi¨¦n el esp¨ªritu, en el mismo mes¨®n se pueden contemplar los cuadros de Shu Ichimura. Este pintor japon¨¦s lleg¨® a Capileira en 1975, se enamor¨® de su luz, y all¨ª vive desde entonces. S¨®lo vuelve a su pa¨ªs para exponer en Tokio. La estancia en el barranco impone, por fuerza, una visita al cercano Trev¨¦lez. No tanto porque sea, a 1.500 metros, el pueblo m¨¢s alto de Espa?a, sino por la acreditada fama de sus perniles porcinos. Y a quien no le guste el jam¨®n, siempre puede llegarse al vecino Pitres. En los procelosos bancales de su puerto, sus b¨¢rbaros habitantes plantan y pescan las sardinas serranas m¨¢s frescas de la comarca.
COMER
La MenorahEn Estepona, a 84 kil¨®metros de M¨¢laga, Jos¨¦ Luis Mariscal, propietario y jefe de la sala, podr¨ªa presumir de ser el mejor narrador de platos de Espa?a. El local suele estar repleto de un p¨²blico que acude a degustar viejas recetas del litoral gaditano y malague?o, a las que se suman f¨®rmulas de la antigua cocina judeoandaluza. Conviene pedir las sugerencias del d¨ªa. Cierra los lunes. Men¨² degustaci¨®n: 3.500 pts. Tf. 952 79 27 34. Ctra. C¨¢diz-M¨¢laga, kil¨®metro 151. Estepona. M¨¢laga.
Las Candelas
En este local de Aljaraque, a 10 kil¨®metros de la capital onubense, se trabaja con materias primas de calidad a las que se aplica recetas sencillas. Pescados fresqu¨ªsimos y buenas carnes rojas. Algunos de sus guisos marineros son muy interesantes. Cierra los domingos. Men¨²: 1.900 pts. Tf. 959 31 83 01. Avda. de Huelva, s/n. Aljaraque. Huelva.
Restaurante del Hotel Comercio
Est¨¢ situado en el centro de Guadix, localidad que dista 57 kil¨®metros de Granada. Prepara platos caseros como los potajes, el cordero con pasas y pi?ones y el pollo al caramelo. Entre los postres sobresale el tocino de cielo. Men¨²: 1.800 pts. Tf. 958 66 05 00. C/ Mira de Amezua, 3. Guadix. Granada.
Enrique Becerra
Si lo que quiere es tapear a placer, no puede dejar de pasar por la barra de este local. Est¨¢ en el barrio de El Arenal, pleno centro de Sevilla. Desde hace a?os es un prodigio de regularidad en cuanto a la calidad de su cocina. Buena bodega. Cocina tradicional con guisos sevillanos bien resueltos. Precios: entre 4.000 y 5.000 pts. aprox. Cierra los domingos. Tf. 954 21 30 49. C/ Gamazo. Sevilla.
Bodegas Campos
Este local est¨¢ situado en el mismo recinto de unas bodegas. Sus comedores, llenos de detalles, tienen una decoraci¨®n acertada. Sirven platos bien elaborados de la cocina cordobesa. Buena carta de vinos y servicio diligente. Men¨² degustaci¨®n: 6.300 pts. Cierra los domingos por la noche. Tf. 957 47 41 42. C/ Los lineros, 32. C¨®rdoba.
OCIO
Karst en yeso de SorbasLas caprichosas formas naturales que conforman el yeso karstificado (lleno de cavidades por la acci¨®n del agua) en las cuevas de Sorbas (localidad a 60 kil¨®metros de Almer¨ªa) dan lugar a uno de los paisajes subterr¨¢neos m¨¢s bellos del mundo. Las visitas est¨¢n restringidas por la Consejer¨ªa de Medio Ambiente, que declar¨® la zona paraje natural. Hay dos empresas que se encargan de organizar rutas espeleol¨®gicas guiadas, proporcionando el equipo necesario. El recorrido suele durar unas dos horas. Se aconseja zapato deportivo. Oficina de Turismo de Sorbas, Tf. 950 36 44 76. Visitas guiadas: Natur-Sport, Tf. 950 36 44 81. La Cumbre, Tf. 950 52 53 92. Sorbas. Almer¨ªa.
A caballo por el Puerto de la Ragua
Justo en la frontera entre Granada y Almer¨ªa, en el Puerto de la Ragua, perteneciente al Parque Nacional de Sierra Nevada, a 2.038 metros de altitud, el grupo Aventura Polar en el Sur, organiza gran cantidad de actividades que van de paseos a caballo, circuitos de caza ecol¨®gica (tiro con arco o cerbatana) hasta descensos de ca?ones a marchas. Cuando hay nieve ofrecen paseos en trineos tirados por perros. Este puerto de monta?a es uno de los rincones geobot¨¢nicos m¨¢s interesantes de Espa?a. Aventura Polar en el Sur. Tf. 950 52 40 01. Granada.
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