Las licencias valencianas de caza por kil¨®metro cuadrado duplican la media espa?ola

La ley de caza que ahora se tramita en las Cortes Valencianas -aunque el tiempo se echa encima, s¨®lo queda un pleno para terminar la legislatura- ha sido calificada por la oposici¨®n de "antigua" y "carente de consenso". El principal cuestionamiento es que, en vez de priorizar la protecci¨®n de la biodiversidad, s¨®lo regula t¨¦cnicamente el ejercicio de la caza por y para los cazadores. En opini¨®n de los socialistas, la Comunidad Valenciana es una de las que padece m¨¢s presi¨®n cineg¨¦tica en toda Espa?a. Las cifras son contundentes: en el 79% del territorio valenciano se permite la caza, existen 1.000 cotos privados y el promedio de licencias es de 5,2 por kil¨®metro cuadrado, el doble que la media nacional.

El PSPV esgrime un estudio de hace poco m¨¢s de un a?o, elaborado por un experto de la Universidad de Valencia -el profesor titular de An¨¢lisis Geogr¨¢fico Regional, Emilio M. Obiol- en el que se asegura que en la amplia variedad de ecosistemas mediterr¨¢neos de la Comunidad Valenciana "est¨¢n representadas todas las especies de caza menor, mayor y de las aves acu¨¢ticas m¨¢s preciadas". Sin embargo, la presi¨®n social y la actuaci¨®n de los cazadores hace que las poblaciones de especies abatibles disminuya constantemente. "La relativa adversidad de las condiciones medioambientales, la fuerte presi¨®n de los cazadores y el descuido de los cazaderos, se reflejanen el mediocre censo de especies abatidas, en las bajas densidades de especies cazables y en las oscilaciones de sus capturas", resume el estudio acad¨¦mico. El informe detecta tambi¨¦n otro problema de car¨¢cter socioecon¨®mico: "La enraizada actividad de la caza en la regi¨®n no ha pasado de una fase de afici¨®n, practicada en un contexto de apego a la naturaleza, costumbre, herencia, moda y prestigio socioecon¨®mico. La caza se configura as¨ª como una actividad de ocio al aire libre, al margen de la actividad agraria, practicada por muchos ciudadanos, pero en la que no se han implicado los verdaderos agentes que podr¨ªan fomentarla en el sector productivo". Obiol tambi¨¦n diagnostica un d¨¦ficit de racionalidad ecol¨®gica y empresarial. Y aventura que una futura ley de caza ser¨ªa "provechosa, ya que la legislaci¨®n vigente est¨¢ desfasada". Pero, a su juicio, la nueva norma deber¨ªa potenciar una pr¨¢ctica cineg¨¦tica que aporte "beneficios ecol¨®gicos y socioecon¨®micos a las comarcas rurales menos desarrolladas". Una de las mayores cr¨ªticas a la ley que se tramita proviene del socialista Alfonso Arenas y est¨¢ precedida por un estudio de impacto ambiental sobre la repercusi¨®n de las actividades cineg¨¦ticas. Un total de 120.000 licencias colocan a la Comunidad Valenciana como la tercera autonom¨ªa en potencial predador, por detr¨¢s de Andaluc¨ªa y Catalu?a. Los ¨²ltimos datos de 1991 hablan de que en la Comunidad anualmente se cazan 25.000 conejos, 80.000 perdices, 20.000 liebres, 10.000 codornices, 800.000 aves y 2.300 jabal¨ªes. La oposici¨®n a la ley por parte de Esquerra Unida, camina en el mismo sentido. En su enmienda a la totalidad, rechaza por UV y el PP, EU argumenta igual que los socialistas que "los animales no han de ser objeto de caza, excepto cuando la superpoblaci¨®n de una determinada especie ponga en peligro a otras o cree desequilibrios ecol¨®gicos".