El Legan¨¦s descubre al peor Osasuna

Vaya por delante que si el Legan¨¦s hubiera actuado en el pasado como actu¨® ayer lo de su candidatura al descenso ser¨ªa una broma. Pesada, cierto. Pero broma. Y vaya por delante tambi¨¦n que si la posibilidad de que Osasuna ascienda depende de la capacidad defensiva mostrada, no asciende. Ni promociona. Seguro. Incluso descender¨ªa si engordasen el calendario. Dicho esto, conviene a?adir que ni los del sur de Madrid acostumbran a llegar a tanto ni los de Pamplona a tan poco. Es el Legan¨¦s un superviviente, un experto en aquello de sufrir, mientras su rival, su encopetado rival, lleva media Liga parapet¨¢ndose en su estadio de El Sadar, donde no hay quien le tosa. Y all¨ª aprende a so?ar. Una vez se aleja de su hogar, olvida lo aprendido y el sue?o se desvanece.Adorn¨® ayer el cuadro navarro su banda derecha con una alfombra y el Legan¨¦s se peg¨® por all¨ª unas correr¨ªas de cuidado. Futbolistas como Luis Codina o Trigueros descubrieron que aquello era el ed¨¦n y se lo pasaron bomba. Licenciados salieron de Butarque. Lleg¨® el gol en el primer agujero que se inventaron los defensas rojillos, en un disparate perpetrado por Ib¨¢n P¨¦rez y Aitor. Jos¨¦ Mari, as¨ª las cosas, tuvo tiempo para hacer lo que quiso, incluido el gol. El dominio, hasta entonces, era de Osasuna. Pero siempre se antoj¨® ficticio. Empataron los pamploneses antes del descanso, tras una falta que Ziganda, que sigue sabiendo lat¨ªn, pein¨® a la red.

Aquello debi¨® resultar mortal para el Legan¨¦s, m¨¢s d¨¦bil que su rival en todos los terrenos menos en uno: el del sacrificio. Pablo Zuloaga tuvo toda la porter¨ªa para ¨¦l, pero la vio tan peque?a que mand¨® el bal¨®n al bander¨ªn de c¨®rner. Instantes despu¨¦s lleg¨® la expulsi¨®n de Pu?al y el golazo de Jos¨¦ Mar¨ªa. Para cualquier equipo, quedarse con diez puede servir como excusa. Para Osasuna no. Osasuna deber¨ªa estar siempre por encima del Legan¨¦s. A no ser que le venga a dar igual, quiz¨¢ porque no se cree lo del ascenso, y a no ser que su rival haga un admirable ejercicio de poder, con toda su humildad, con toda su verg¨¹enza y con todo su f¨²tbol.