Dos formas de ver la vida
?ngeles Mastretta publica relatos y recuerdos y Ernesto Cardenal, memorias
La mexicana ?ngeles Mastretta y el nicarag¨¹ense Ernesto Cardenal coincidieron ayer en Madrid para presentar sus libros, dos obras muy personales que muestran visiones y vidas diferentes. Mastretta re¨²ne en El mundo iluminado (Alfaguara) 35 textos que van del relato a la reflexi¨®n y el recuerdo. Cardenal explica en La vida perdida (Seix Barral) su infancia y juventud."En El mundo iluminado hablo de m¨ª con dosis de memoria y olvido. Tambi¨¦n en mis libros de ficci¨®n hablo de m¨ª como si fuera un personaje". A Mastretta (Puebla de los ?ngeles, 1949) todo le interesa, ning¨²n tema le es ajeno, desde M¨¦xico, su pasado, su presente, su pol¨ªtica, su familia, sus viajes y encuentros hasta la muerte de Mastroianni, que la emocion¨®. "Creo que escribo para tratar de entender el mundo. Descubro en la historia de mi pa¨ªs cosas que est¨¢n muy vigentes. Como ese miedo a la guerra que nos ha dado 70 a?os de PRI. La Revoluci¨®n no se hizo con canciones, se hizo con muertos y con gonorreas, con dolor".
En el espl¨¦ndido relato Los conversadores narra el di¨¢logo telef¨®nico entre una mujer que marc¨® un n¨²mero equivocado y el hombre que estaba al otro lado de la l¨ªnea. El texto resume su entusiasmo por la conversaci¨®n, por la vida. "Vale la pena estar vivo para contar historias y para escucharlas. No hay pena que no se pueda paliar con un buen rato de conversaci¨®n. El infierno son los otros, dicen, pero tambi¨¦n pueden ser el cielo".
La autora de Arr¨¢ncame la vida y Mal de amores, entre otras novelas, domina en El mundo iluminado el arte de pasar con maestr¨ªa de la realidad a la ficci¨®n, del relato a la prosa po¨¦tica. "Creo que uno de los retos es que el texto est¨¦ muy elaborado para que no se note que est¨¢ muy elaborado".
Mastretta recibi¨® hace dos a?os el Premio R¨®mulo Gallegos por Mal de amores. Se habl¨® mucho porque era la primera vez en 30 a?os que se conced¨ªa a una mujer. "Es un tema inevitable sobre el que me gustar¨ªa no tener nada que decir. Estoy en guerra contra el que la imaginaci¨®n, c¨®mo escribimos o c¨®mo hablamos sea distinto en hombres o mujeres. Cinco mujeres que se re¨²nen para hablar y para que otras mujeres las escuchen es sexismo al rev¨¦s. Hay que ver con naturalidad esta maravilla, en apariencia repentina, aunque ha costado muchos esfuerzos, de una mayor participaci¨®n. Hay m¨¢s mujeres escritoras, m¨¢s mujeres enfermeras, ingenieras, m¨¢s mujeres haciendo de todo".
Vidas perdidas, de Ernesto Cardenal es autobiogr¨¢fico. "Los recuerdos existen aislados en medio del vasto olvido", ¨¦sa es la premisa bajo la cual el sacerdote y escritor ha empezado a rescatar sus 74 a?os a trav¨¦s de la publicaci¨®n del primero de los tres libros que contar¨¢n su vida, seg¨²n afirm¨® en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid.
En este libro, el sacerdote nicarag¨¹ense, vinculado a la Teor¨ªa de la Liberaci¨®n, militante del movimiento sandinista en los a?os setenta y ochenta y luego ministro de Cultura de Daniel Ortega, evoca sus a?os infantiles para contar el dilema que lo acompa?¨® al principio: la atracci¨®n y amor terrenal frente al amor a Dios. Cardenal explic¨® el t¨ªtulo del libro aclar¨¢ndolo con un juego de palabras: "En mi juventud quise ganar la vida y la estuve perdiendo por no entregarla a Dios; pero fue entreg¨¢ndola cuando la perd¨ª, aunque la he ganado teni¨¦ndola en cierto sentido perdida por lo que he tenido que dejar. Ha sido como perder la vida para tenerla ganada".
Reafirm¨¢ndose una y otra vez como "cristiano y marxista", aunque desencantado de su Iglesia y de su ideolog¨ªa pol¨ªtica por las "perversiones" de ambas, Cardenal asegur¨® que ning¨²n pasaje de su vida lo siente con nostalgia porque ahora prefiere vivir el presente. Amparado en ello repas¨® la actualidad: conserva la fe en la izquierda y cree que "no est¨¢ derrotada y el futuro parece estar fuera de los partidos pol¨ªticos. Seguramente est¨¢ fuera de los partidos pol¨ªticos"; mientras que sobre la situaci¨®n de los Balcanes no ocult¨® su confusi¨®n y enfado porque, aunque tiene claro que "Milosevic es un dictador al que hay que combatir", no comparte la estrategia de la OTAN, a la que se refiere como si fuera Estados Unidos y que le sirve para reafirmar su opini¨®n porque, dice, "lo que est¨¢n haciendo muestra que siempre han tenido una pol¨ªtica confusa y ambigua". Tampoco escap¨® a los comentarios de Cardenal el Vaticano, que lo suspendi¨® a divinis en 1985: "No s¨¦ qu¨¦ es lo que hacen en cuanto a Kosovo", fue una de sus frases que le sirvi¨® para expresar su decepci¨®n de la Iglesia cat¨®lica.
Babelia
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