"No hemos sufrido torturas, aunque s¨ª tormento psicol¨®gico", dicen los periodistas de Tele 5 liberados
Jon Sistiaga y Bernab¨¦ Dom¨ªnguez llegaron al paso fronterizo de Blace a las 13.25 horas, a pie. Hab¨ªan sido detenidos por la polic¨ªa serbia cinco d¨ªas antes all¨ª mismo, cuando filmaban la operaci¨®n de descarga de un tren repleto de albanokosovares expulsados de su pa¨ªs. Un coche policial les deposit¨® en la frontera de Serbia, donde su libertad se demor¨® a¨²n unos minutos -se les oblig¨® a depositar todas sus pertenencias sobre una mesa y a Sistiaga le propinaron un par de golpes-, y al fin pudieron salir del pa¨ªs. En el trayecto desde Pristina a la frontera "no hab¨ªa ni un s¨®lo refugiado", seg¨²n confirm¨® Sistiaga. Tampoco vieron refugiados esperando en el lado serbio del puesto. Los dos periodistas de Tele 5, sonrientes, acompa?ados por un fot¨®grafo holand¨¦s tambi¨¦n retenido, se abrazaron a los compa?eros que les esperaban."No hemos sufrido torturas, aunque s¨ª algunos castigos f¨ªsicos y mucho tormento psicol¨®gico", explic¨® Dom¨ªnguez, el camar¨®grafo. Codazos y patadas ocasionales, horas en cuclillas, largos interrogatorios que conclu¨ªan de madrugada y la intimidaci¨®n constante de los paramilitares que ocupaban el Gran Hotel de Pristina, donde se les aloj¨® bajo arresto, compusieron el men¨² de unos d¨ªas penosos. Cuando la OTAN bombardeaba, Sistiaga y Dom¨ªnguez no ten¨ªan acceso al refugio. Colocaban los colchones contra la ventana y confiaban en la suerte. Pod¨ªan hablar m¨¢s o menos regularmente con el equipo de Tele 5 que esperaba en Skopje a que fueran liberados, pero todas sus palabras eran controladas.
Los dos periodistas fueron detenidos en el interior del tren que filmaban. "Eran escenas brutales, comparables a las que hemos visto del drama jud¨ªo", seg¨²n Dom¨ªnguez. Cuando todos los deportados, unos cinco mil, hab¨ªan descendido a la tierra de nadie del barranco de Blace, se les hizo caminar hasta el ¨²ltimo vag¨®n y una vez all¨ª se les anunci¨® que estaban ilegalmente en territorio serbio. Para m¨¢s desgracia, no llevaban consigo sus pasaportes. Sobre el and¨¦n se les notific¨® la detenci¨®n: "Bienvenidos a Serbia, son prisioneros de guerra".
"Ya en Pristina [y tras siete horas de interrogatorios], aceptamos aparecer en la televisi¨®n local y decir lo que quer¨ªan que dij¨¦ramos, que la OTAN atacaba objetivos civiles y todo eso, porque al menos desde el exterior se podr¨ªa ver que est¨¢bamos vivos y bien. Nos prometieron que tras nuestra declaraci¨®n ante las c¨¢maras podr¨ªamos filmar algunas escenas en Pristina y quedar¨ªamos inmediatamente en libertad, pero no cumplieron el compromiso", dijo Sistiaga. Antes de la declaraci¨®n los pasearon por Pristina. "Quer¨ªan demostrar que la vida era normal en la ciudad, pero los barrios albaneses estaban vac¨ªos y sus tiendas cerradas", declar¨® Sistiaga.
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