Los universitarios 'imitan' a sus padres
Una encuesta entre 2.852 alumnos de la Aut¨®noma de Madrid revela que los j¨®venes buscan un futuro familiar
No son ya tiempos de innovaci¨®n ni pretenden cambiar el mundo. Tampoco cabe preguntarse si la Universidad ha perdido fuerza de inseminaci¨®n de la reacci¨®n social, porque la respuesta parece ser un abrumador s¨ª. Sostiene Ricardo Montoro, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa, que los universitarios, a tenor de sus respuestas, son bastante igualitos a sus propios padres, aunque pretendan hacer ¨¦nfasis en las diferencias -que, al parecer, van poco m¨¢s all¨¢ del salir por las noches o tener coche-, y que sus aspiraciones no pueden ser m¨¢s tranquilizadoras en estos momentos de lides integradoras en Europa. Lejos de sacar los pies del plato, estos j¨®venes pretenden fundamentalmente estudiar y terminar su carrera, desean mayoritariamente echarse una novia o un novio y se encuentran en la gloria en casa de sus padres, que, dice el soci¨®logo, "han convertido en pensi¨®n".Pero frente a la idea de que la permanencia en el domicilio familiar se deba s¨®lo a razones econ¨®micas, los analistas de la encuesta entienden que responde tambi¨¦n a factores como la buena relaci¨®n con sus padres desde hace tiempo, que les hace independizarse s¨®lo cuando han encontrado pareja y se han comprado un piso.
"Salen a una casa ya en propiedad, para lograr la cual tienen que estar m¨¢s tiempo viviendo sin gastos, esto es, qued¨¢ndose con sus padres. Lo cual s¨®lo puede suceder si se encuentran muy bien. La tendencia a dejar el domicilio paterno s¨®lo cuando se tiene ya la casa comprada se viene registrando desde hace tiempo, incluso cuando los tipos de inter¨¦s estaban al 11% o al 16%", afirma Montoro. Y a?ade: "Saldr¨¢n en su inmensa mayor¨ªa casados, porque aunque en este momento no cotiza desde los 18 a?os la idea del matrimonio, se van a casar todos. El joven var¨®n no ha retrocedido al 68: quiere su novia. Y se va a casar, y por la Iglesia, aunque crea que es pol¨ªticamente incorrecto".
Los datos que suscitan estos comentarios pertenecen al bar¨®metro de opini¨®n que realizan dos veces por curso acad¨¦mico los alumnos de cuarto de la Facultad de Ciencias Econ¨®micas y Empresariales de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. La encuesta corresponde al primer semestre del curso actual (de septiembre a febrero), fue realizada a 2.852 alumnos en las distintas facultades y en horario lectivo, bajo la supervisi¨®n t¨¦cnica de Jos¨¦ Vicens Otero y Ram¨®n Mah¨ªa Casado y el error aproximado del muestreo es de 1,8 %.
La encuesta dibuja un perfil de universitario que acude masivamente a la facultad -"todos o casi todos los d¨ªas un rato", contesta el 90,9%, quiz¨¢ pas¨¢ndose un poco con la fidelidad a las aulas, a juicio de Montoro-, reparte su ocio entre escuchar m¨²sica, salir con amigos o con su pareja y ver la televisi¨®n, no es especialmente deportista -m¨¢s de la mitad no practica nunca un deporte (25%) o lo hace de forma ocasional (26,1%)- y, aunque se muestra optimista con respecto al plazo en que tardar¨¢ en encontrar sus primer empleo -un 80% conf¨ªa en hacerlo en el plazo m¨¢ximo de un a?o- s¨®lo un 35% piensa que su trabajo estar¨¢ directamente vinculado con su carrera, mientras que un 22% opina que el trabajo no tendr¨¢ nada que ver con ella. Tres de cada cuatro piensan que su actividad laboral estar¨¢ en su ciudad y se muestran modestos en sus expectativas salariales: creen que, como media, ganar¨¢n 125.000 pesetas mensuales, lo cual casa malamente con la tendencia a comprarse un piso antes de abandonar el techo paterno y, si sus opiniones fueran profec¨ªa, parece augurarles un prometedor futuro pegados a la camilla de la casa familiar.
Uno de los datos m¨¢s chocantes de la investigaci¨®n hace referencia a la disponibilidad de los universitarios a trabajar fuera de Espa?a. En mayo del a?o pasado una encuesta similar, siempre de la Facultad de Econ¨®micas y Empresariales de la Aut¨®noma madrile?a, daba como resultado que el 71,5% de los entrevistados estaba dispuesto a irse a trabajar de forma indefinida a un pa¨ªs comunitario. En el estudio actual, s¨®lo un 6,2% contesta que cree que el trabajo estar¨¢ en otro pa¨ªs, mientras que opina que lo encontrar¨¢ en su propia ciudad un nutrido 78,6%. "Una cosa es torear y otra ver los toros desde la barrera. Es el espejismo de Europa", interpreta Montoro, quien a?ade que "no es la misma cuesti¨®n, porque una cosa es preguntar si le gusta a usted Europa y otra plantear ad¨®nde se va usted".
Si en el cap¨ªtulo de las expectativas de futuro los entrevistados creen mayoritariamente que el paro, la droga, la desigualdad econ¨®mica, la corrupci¨®n, la violencia social, los conflictos pol¨ªticos, la justicia y el racismo se mantendr¨¢n en los mismos t¨¦rminos -al plantearles si determinadas cuestiones empeorar¨¢n, mejorar¨¢n o seguir¨¢n igual s¨®lo creen que mejorar¨¢ el terrorismo, mientras que casi el 60% opina que empeorar¨¢ el deterioro ambiental-, las opiniones que los universitarios de la Aut¨®noma madrile?a dan sobre la pol¨ªtica o la justicia son demoledoras. De una escala que se les ofrece del -20 (muy mal) al +20 (muy bien) la pol¨ªtica recibe un -4,3 y la justicia sale a¨²n peor parada con un -6,5. "Est¨¢n contaminados con la opini¨®n general que hay, porque el joven no tiene m¨¢s experiencia con la justicia que la de los adultos, y en democracia se critica la pol¨ªtica. Lo alarmante ser¨ªa", dice el catedr¨¢tico Montoro, "que no les gustara la democracia, y el 75% de los j¨®venes se muestra partidario de ella en una reciente encuesta del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas". Tampoco la econom¨ªa pasa el examen de los alumnos de la UAM, pero se queda en un 0,7 sin el menos delante.
Del cap¨ªtulo referido al empleo del tiempo de los entrevistados puede deducirse que la misa y la dedicaci¨®n a las organizaciones no gubernamentales lo tienen crudo con el joven universitario. El 67,7% no pisa la iglesia "nunca o muy rara vez", el 15% "de forma ocasional", y un porcentaje similar -67,4% y 23,5%, respectiva-mente- asegura no participar en las organizaciones no gubernamentales o grupos de ayuda. "La misa es como el matrimonio, ni aparece", dice Montoro. "Mayoritariamente creen en Dios, pero no practican. Son agn¨®sticos de facto, pero no lo saben, porque aqu¨ª no ha prosperado el concepto de agnosticismo como entre los protestantes", a?ade. "Y no es que sean insensibles por las cosas p¨²blicas", sigue, "sino que la sensibilidad o el inter¨¦s no hay que confundirlos con la participaci¨®n efectiva. Cuando uno de cada cuatro dice que participa en ONG "de forma ocasional" pienso que lo hace por no quedar mal. Me preocupa que se piense que o te vas a Guatemala o eres un insolidario. No hay que afiliarse a un partido para tener inter¨¦s por la pol¨ªtica.Una democracia no exige tanta militancia".
Desde el punto de vista afectivo, casi siete de cada diez entrevistados se muestran interesados en encontrar una pareja estable, aunque muchos menos quieren tener un hijo y las cifras precipitan a ras del suelo cuando se habla de matrimonio. En este apartado hay una diferencia sensible seg¨²n los sexos, ya que la mujer est¨¢ m¨¢s interesada en casarse y procrear que su compa?ero var¨®n. No obstante, las respuestas globales son bastante evidentes a este respecto: en una escala del 0 (nulo inter¨¦s) al 10 (m¨¢ximo inter¨¦s) el que suscita la pareja estable alcanza el notable, 6,9, mientras que el 5,9 deja los deseos de tener un hijo raspando el aprobado (s¨®lo nueve d¨¦cimas por encima) y el casamiento suspende abiertamente con un 4,6. Aunque Montoro opine que, al final, acabar¨¢n todos pagando peaje en la vicar¨ªa.
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