Elecciones vac¨ªas
SIETE A?OS despu¨¦s de que el Ej¨¦rcito interviniera para impedir el triunfo electoral de los islamistas, Argelia afronta una nueva crisis de consecuencias impredecibles. La retirada de todos los candidatos presidenciales de oposici¨®n, despu¨¦s de acusar al r¨¦gimen de orquestar un fraude masivo, priva de credibilidad a las elecciones de ayer y cuartea la pretensi¨®n de presentarlas como un paso a la democracia. El desarrollo de unos comicios llamados a ser el comienzo de un proceso de reconciliaci¨®n nacional, como promet¨ªa el presidente saliente, Zerual, parece m¨¢s bien la confirmaci¨®n de las sospechas sobre la naturaleza del sistema puesto en pie por los opacos generales que mandan en Argelia. El candidato gubernamental Abdelaziz Buteflika ha dicho que no asumir¨¢ el poder sin una participaci¨®n electoral alta (algo que anoche parec¨ªa lejano) y un porcentaje elevado de los votos. Pero los acontecimientos han privado ya de una m¨ªnima legitimidad al antiguo ministro de Exteriores de Bumedi¨¢n, antes incluso de resultar elegido. El pr¨®ximo presidente argelino iniciar¨¢ su mandato sin la confianza que necesita un jefe del Estado para afrontar una situaci¨®n de guerra civil que ha causado decenas de miles de muertos. Los fundamentalistas del Grupo Isl¨¢mico Armado tendr¨¢n nuevos pretextos para proseguir su carnicer¨ªa. Y nada garantiza que el prohibido Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n y su brazo militar, que hab¨ªan apostado por los comicios, mantengan el alto el fuego decretado en 1997. El desenlace electoral, sea cual fuere su aritm¨¦tica, es tambi¨¦n un serio traspi¨¦s para la Uni¨®n Europea, que se ha plegado a las exigencias de Argel y no ha enviado observadores a las elecciones, como ped¨ªa la oposici¨®n.
La enfermedad argelina es, en cualquier caso, m¨¢s grave que los indicios de fraude. La clase dirigente del pa¨ªs magreb¨ª, en el que las tres cuartas partes de sus 30 millones de habitantes tienen menos de 25 a?os, sigue mirando hacia atr¨¢s. No cabe otra interpretaci¨®n al hecho de que todos los candidatos a la presidencia formen parte de una generaci¨®n que ha dominado la vida pol¨ªtica durante 40 a?os. Al margen de la insurgencia islamista, el deterioro generalizado de las condiciones de vida y el masivo desempleo juvenil son los factores que multiplican el riesgo de explosi¨®n de la tan cercana caldera argelina.
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