JER?NIMO L?PEZ MART?NEZ GE?LOGO "La Ant¨¢rtida es un ejemplo de cooperaci¨®n cient¨ªfica y pol¨ªtica"
Jer¨®nimo L¨®pez Mart¨ªnez naci¨® en la localidad de As Pontes, en A Coru?a, hace 47 a?os. Actualmente es doctor en Ciencias Geol¨®gicas y profesor en la Universidad Aut¨®noma de Madrid. Pero sus ¨²ltimos 10 a?os de vida profesional giran en torno a la Ant¨¢rtida. En el curr¨ªculo polar de Jer¨®nimo L¨®pez se cuentan 30 trabajos de investigaci¨®n publicados y seis expediciones realizadas desde 1989. Adem¨¢s, fue el primer espa?ol que subi¨® a la monta?a m¨¢s alta de la Ant¨¢rtida, el monte Vinson, de 4.890 metros, en 1990. Desde el a?o pasado es el delegado espa?ol en la asamblea general del SCAR (Comit¨¦ Cient¨ªfico para la Investigaci¨®n en la Ant¨¢rtida). Sobre sus experiencias y la importancia de esta regi¨®n polar habl¨® ayer en Bilbao en la Universidad de Deusto, con la conferencia La Ant¨¢rtida: un lugar especial para la vida y para las relaciones internacionales. Pregunta. ?Cu¨¢l es la influencia de la Ant¨¢rtida en las relaciones internacionales? Respuesta. La Ant¨¢rtida est¨¢ regida por las bases que se establecieron en el Tratado Ant¨¢rtico, que integran 28 naciones como miembros consultivos, entre ellos Espa?a, y otros 15 pa¨ªses m¨¢s adheridos. No pertenece a nadie. Las decisiones se toman en ejemplarizante cooperaci¨®n, de la misma manera que cooperan en todos los ¨¢mbitos los cient¨ªficos internacionales que all¨ª investigan. P. ?Qu¨¦ trabajo ha realizado usted en sus expediciones? R. Esta zona del mundo, a la que pertenece el 10% de las tierras emergidas del planeta, es una de las pocas que permanece relativamente virgen. Para m¨ª, como ge¨®logo, su aislamiento lo convierte en un lugar priviliegiado para el estudio de la geolog¨ªa del periodo cuaternario, que es la tem¨¢tica en la que trabajo. Se trata de reconstruir la evoluci¨®n paleoambiental de esos dos ¨²ltimos millones de a?os. Los datos sobre el pasado que se obtienen en esa zona son de inter¨¦s mundial, ya que aportan informaci¨®n sobre deshielos, cambios en el nivel del mar, actividad geol¨®gica, movimientos de los glaciares... P. Su conferencia habla tambi¨¦n de la Ant¨¢rtida como "un lugar especial para la vida". R. En la Ant¨¢rtida nunca ha habido una poblaci¨®n humana estable, aunque s¨ª hay alguna presencia humana para buscar recursos como la pesca. Eso hace que permanezca en unas condiciones ideales. En los ¨²ltimos tiempos, la llegada del turismo ha creado ciertos problemas. Es bueno que se vaya a verlo, porque un lugar se aprecia m¨¢s si se conoce, pero tambi¨¦n se expone m¨¢s. P. ?Existe un peligro concreto para el continente? R. Se han tomado medidas para preservar los recursos vivos y minerales. El llamado Protocolo de Madrid regula todas las actividades medioambientales y crea normas para operar en la Ant¨¢rtida. Aunque todo el contiente est¨¢ protegido, este protocolo establece ¨¢reas especiales de protecci¨®n a las que s¨®lo se puede ir con un permiso. P. ?Cu¨¢ntas bases cient¨ªficas hay en la Ant¨¢rtida? R. Hay unas 60 bases, de las que 43 funcionan todo el a?o y el resto, s¨®lo en el verano ant¨¢rtico, que se corresponde con los meses de diciembre, enero y febrero de aqu¨ª. En ese verano las temperaturas son m¨¢s ben¨¦volas, rondan los 0 grados. All¨ª se registran las temperaturas m¨¢s bajas del planeta. Espa?a tiene dos bases, ambas de verano, con una docena de personas. Las hay de todos los tama?os. La m¨¢s grande, norteamericana, acoge a m¨¢s de mil personas. Hay bases sobre el hielo, dentro del hielo, sobre roca... P. ?En qu¨¦ condiciones se trabaja? R. No todos los cient¨ªficos hacen el mismo trabajo. Unos recogen datos proporcionados por sensores, por ejemplo, lo que exige mucha paciencia y capacidad de concentraci¨®n, pero no condiciones f¨ªsicas especiales. En mi caso, por ejemplo, s¨ª es necesario estar en buena forma f¨ªsica, porque hay veces en que parto de expedici¨®n varios d¨ªas o que ni siquiera paso por una base y voy directamente al glaciar. P. Rezuma cierto romanticismo esa labor de investigaci¨®n, de descubrimiento, en tierras heladas y en cierta medida desconocidas. R. S¨ª, claro que lo hay. Es uno de los alicientes que tiene la investigaci¨®n en la Ant¨¢rtida. Aunque en las bases modernas, como las espa?olas, el fax, el tel¨¦fono y el correo electr¨®nico merman notablemente esa sensaci¨®n de aventura.
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