Nada ejemplar

ESPECT?CULOS COMO el vivido en el Pleno del Congreso del jueves, en el que la inasistencia de 13 diputados del Partido Popular impidi¨® sacar adelante un conjunto de normas de indudable trascendencia social, no ayudan precisamente a reforzar la imagen del Parlamento ante la sociedad. Tampoco dejan en buen lugar a la clase pol¨ªtica en su conjunto. El absentismo parlamentario ha sido denunciado en muchas ocasiones en el pasado. Los partidos han establecido mecanismos de control y sanci¨®n para combatirlo. Pero, por lo que se ve, sigue produci¨¦ndose, incluso en los actos de m¨¢xima importancia en la vida parlamentaria. El jueves, el Pleno del Congreso se enfrentaba a la aprobaci¨®n de un variopinto proyecto de ley de reforma del C¨®digo Penal, en el que figuraban cuestiones como los malos tratos a la mujer y algunas modalidades de abusos sexuales a menores y de pornograf¨ªa infantil. El proyecto de ley se qued¨® en la cuneta al no alcanzar la mayor¨ªa absoluta (175 votos) requerida. Pero en lo sucedido confluyen otras causas, adem¨¢s del absentismo imputable al partido del Gobierno. De un lado, est¨¢ la pr¨¢ctica prepotente y arriesgada del PP de aprovechar su mayor¨ªa absoluta en el Senado para introducir en los proyectos de ley enmiendas que luego, en el acto de su aprobaci¨®n definitiva por el Congreso, tiene dificultades en sacar adelante con la relativa e inestable mayor¨ªa de que dispone en esa instancia parlamentaria. De otro, est¨¢ esa costumbre de mezclar en un mismo proyecto de ley, sometido a votaci¨®n ¨²nica, reformas sobre asuntos tan dispares como son los malos tratos a mujeres y los abusos sexuales a menores.

El resultado de esta confluencia de causas -absentismo parlamentario, ventajismo del PP en el Senado y votaci¨®n ¨²nica sobre materias que nada tienen que ver entre s¨ª- ha sido dejar en el limbo parlamentario asuntos socialmente urgentes, como la persecuci¨®n legal de la violencia dom¨¦stica. Al PSOE, e incluso a Coalici¨®n Canaria, les pareci¨® un abuso la enmienda introducida por el PP en el Senado pretendiendo equiparar en penas de c¨¢rcel la producci¨®n y distribuci¨®n de pornograf¨ªa infantil y su mera tenencia y posesi¨®n. Y su abstenci¨®n en la votaci¨®n del proyecto de ley puso en evidencia a los diputados ausentes del PP, cuyos votos se revelaron indispensables para sacarlo adelante y no desairar una vez m¨¢s a la ministra Mariscal de Gante.