La primera guerra obliga a reflexionar
Est¨¢ claro que el 50 cumplea?os de la OTAN, que se celebrar¨¢ esta semana en Washington, va a ser un acontecimiento mucho m¨¢s dif¨ªcil y serio de lo que se pensaba, pues la cuesti¨®n de Kosovo seguir¨¢ sin estar resuelta. La OTAN tiene que mirar adelante, a lo que sin duda va a ser un compromiso largo y dif¨ªcil en la regi¨®n, y tambi¨¦n hacia atr¨¢s, a lo que acaba de aprender, pues hasta el momento, la campa?a ha sido sorprendentemente mala. Es toda una revelaci¨®n enterarse de que la gran m¨¢quina militar integrada tiene que obtener el permiso de los 19 embajadores para atacar a la polic¨ªa del Ministerio del Interior en Belgrado, para desplegar helic¨®pteros de ataque contra las columnas de tanques y artiller¨ªa de los serbios que asuelan Kosovo. La planificaci¨®n al parecer no tuvo en cuenta ni las condiciones meteorol¨®gicas ni las reacciones de Milosevic. Pero tambi¨¦n es verdad que era la primera vez en sus 50 a?os de existencia que la OTAN iba a una guerra. Adem¨¢s, ¨¦sa no era la intenci¨®n y por eso la campa?a aliada empez¨® tan mal. Se dio por sentado que las grandes amenazas -el mantra de la disuasi¨®n de la Guerra Fr¨ªa- bastar¨ªan por s¨ª solas sin necesidad de intervenir, y que si hab¨ªa que intervenir, la alta tecnolog¨ªa obrar¨ªa milagros en un santiam¨¦n.
Nos asustaba m¨¢s a nosotros que a Milosevic, hasta que su indignante y deliberada crueldad hizo que el conflicto de voluntades dejara de ser un c¨¢lculo pol¨ªtico y se convirtiera en uno moral e ineludible. Est¨¢ claro que no podr¨¢ haber un alto el fuego si sus fuerzas se quedan donde est¨¢n. Independientemente de que haya que entrar a la fuerza, o introducirse en lo que Washington denomina un "entorno permisivo". Si lo que se pretende es que los refugiados puedan volver y rehacer sus vidas tendr¨¢ que haber un n¨²mero considerable de fuerzas aliadas terrestres, y durante muchos a?os.
Las prioridades tienen que estar claras. Lo primero es proporcionar ayuda humanitaria. Y si ello implica una amplia dispersi¨®n de refugiados porque los vecinos, d¨¦biles y pol¨ªticamente mareados, son incapaces de absorber a tantos extra?os en la miseria, que as¨ª sea por el momento, pero bajo ning¨²n concepto se podr¨¢ aceptar el desplazamiento, porque equivaldr¨ªa a una confirmaci¨®n de la limpieza ¨¦tnica.
Ni tampoco se podr¨¢ permitir que los campos de refugiados en las regiones cercanas se conviertan en semipermanentes y creen una nueva clase de di¨¢spora al estilo palestino. Eso hace que la segunda prioridad sea la expulsi¨®n de todas las fuerzas armadas serbias, incluida la polic¨ªa, para que la gente pueda regresar a sus hogares. El compromiso de Rambouillet ya no puede ser una opci¨®n aunque implique privar de la protecci¨®n policial a los serbios que permanezcan en Kosovo. Renunciaron a ese derecho al expulsar a los kosovares.
La cuesti¨®n de la soberan¨ªa, el reconocer o no la independencia de Kosovo, se puede dejar en suspenso. Como ha dicho la secretaria de Estado norteamericana, "Siempre hay la posibilidad de tener que tratar" con Milosevic. Pero s¨®lo podr¨ªa ser un acuerdo temporal. Tarde o temprano, habr¨¢ que obligarle a responder de sus cr¨ªmenes y Serbia organizar¨¢ un nuevo gobierno capaz de ser aceptado como miembro respetable de la comunidad internacional. ?se no es el caso ahora.
De modo que la tercera prioridad, que no se puede acometer, pero que lhay que tener en mente, es un programa para la seguridad y desarrollo regional, vinculado a las organizaciones de Europa.
No podemos dejar que lo que sucese pase a los libros de historia como una guerra balc¨¢nica m¨¢s, otro vaiv¨¦n de pueblos y poder que habr¨¢ que resolver y vengar en una fecha futura cuando el equilibrio de fuerzas sea diferente. Se han roto las viejas reglas. La OTAN ha incurrido en una agresi¨®n seg¨²n la definici¨®n cl¨¢sica, pero no para conquistar, para obtener recursos o para dominar, ni con ninguno de los fines cl¨¢sicos, sino para reprimir un comportamiento inhumano.
Por consiguiente, hay que elaborar normas nuevas, normas que animen a rechazar la fuerza como medio para resolver disputas, normas que promuevan intereses mutuos. La UE es una prueba de que se puede hacer. La misma OTAN, aunque se haya mostrado torpe, mal preparada e insegura, ha demostrado con su acci¨®n cohesiva en esta guerra y su r¨¢pida respuesta humanitaria que eso es lo que quiere hacer.
No se debe subestimar la dificultad de penetrar en las mentes cerradas. Una joven serbia, en Novi Sad, escribi¨® con gran detalle en Le Monde sobre lo asqueada que estaba con lo que ella consideraba propaganda de la CNN sobre los refugiados, cuando es sabido que si la gente se ve obligada a abandonar sus hogares es por culpa de las bombas aliadas. La OTAN, dec¨ªa, ha lanzado su ataque para destruir al mundo ortodoxo. Eso s¨®lo puede ser cre¨ªble para los que se tragan la ret¨®rica sobre el "choque de civilizaciones" entre Occidente y el islam. Pero es importante que la gente entienda que ¨¦sta no fue una guerra en la que estuviera en juego el "inter¨¦s nacional" de nadie sino el inter¨¦s com¨²n de mantener la paz, la estabilidad y la decencia en Europa.
La meta est¨¢ perfectamente clara. La OTAN puede y debe avanzar hacia ella. Quedarse corto es un fracaso.
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