Miles de sevillanos asisten al alumbrado de la Feria de Abril, cuya portada reproduce la Puerta de Triana
Las casetas del Real tienen presidente como las comunidades de vecinos. De ellos depende que la luz est¨¦ en condiciones y que el agua fluya como Dios manda. Y a la presidencia es a quien se le debe pedir explicaciones si las gambas est¨¢n en mal estado o no hay pastelitos para el postre. Ahora bien, si el desav¨ªo es generalizado, ser¨¢ el Ayuntamiento el responsable. Como en la vida corriente. La alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril puls¨® anoche el interruptor que ilumin¨® la ciudad de los farolillos, las palmas y el albero. Otra ciudad por siete d¨ªas. Las mismas obligaciones.
A la Feria de Abril se llega a caballo, en carruaje o en yate, que por algo es navegable el Guadalquivir. Despu¨¦s todo el mundo acaba navegando, pero ese es el final de una fiesta bien llevada. El comienzo ya se ha cumplido. Los farolillos cuelgan sobre el albero remojado, las casetas, como chalecitos adosados, y los barcos de lujo atracados en la orilla del ferial, que es la del r¨ªo. El pesca¨ªto inaugur¨® anoche una semana de fiesta y de trabajo, de jam¨®n y de pegatinas: Alfredo, tu nuevo alcalde. Porque al Real se traslada la vida sevillana y los pol¨ªticos con ella. Monteseir¨ªn, el candidato socialista a la alcald¨ªa de la ciudad no esper¨® a que la alcaldesa pusiera el dedo sobre el interruptor de la luz. Por la ma?ana ya se tom¨® sus finos en la caseta de la Fundaci¨®n por el Progreso de Andaluc¨ªa. Con ¨¦l estaban la consejera de Justicia, Carmen Hermos¨ªn, y el portavoz del grupo parlamentario socialista, Jos¨¦ Caballos. Y unos cuantos seguidores armados de rosas y de pegatinas que le proclamaban vencedor, a¨²n sin coincidir con las elecciones auton¨®micas. Todo estaba a medio gas por la ma?ana, alumbrado absoluto a media noche. La m¨²sica sonaba sola en las casetas a la hora de comer. El bullicio lleg¨® cuando el cielo estaba oscuro y s¨®lo el Real ten¨ªa luz. Este a?o, a la ciudad del fino y del jam¨®n se entra por la Puerta de Triana, la de cart¨®n, la falsa, la que encender¨¢ una ciudad que s¨®lo es verdadera por siete d¨ªas, pero que tendr¨¢ m¨¢s luces que todos los trajes de toreros que pasen por la Maestranza: 200.000 bombillas para alumbrar casi medio mill¨®n de litros de manzanilla que inundar¨¢n los 400.000 metros cuadrados del Real. No puede ser cierto. A menos que se atiendan con rigor las previsiones de los bodegueros y se acabe navegando, porque a la Feria de Abril se puede entrar en caballo, andando o en yate, pero lo m¨¢s f¨¢cil, es que se salga navegando.
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