...Y el barrio recuper¨® sus "Ojos verdes"
La inauguraci¨®n en M¨¢laga de un monumento a Miguel de Molina simboliza el rescate de su memoria
"Durante la guerra civil, media Espa?a escuchaba a Concha Piquer y la otra media a Miguel de Molina, pero todos escuchaban Ojos Verdes". La frase la recuerda el concejal malague?o de IU Javier Garc¨ªa, principal promotor, desde la Comisi¨®n de Cultura del Distrito Centro, del monumento que ayer tarde se inaugur¨® en la Plaza de Capuchinos, all¨¢ en el barrio donde naci¨® el tonadillero m¨¢s transgresor de la copla espa?ola. Tres a?os despu¨¦s de su aprobaci¨®n plenaria, con un coste de 2.214.949 pesetas -el pico lo han aportado los vecinos del barrio y los dos millones, el Ayuntamiento- la pieza proyectada gratuitamente por el escultor Suso de Marcos recuerda en su barrio natal a un int¨¦rprete histri¨®nico y genial, que tuvo que emigrar a Argentina tras una brutal y humillante paliza propinada por falangistas. Tras esta aleg¨®rica-fuente que habla del olvido y de la distancia se yergue ahora el Centro de Internamiento de Emigrantes de Andaluc¨ªa. Lo cierto es que en estos ¨²ltimos a?os la relaci¨®n entre el int¨¦rprete de La bien pag¨¢ y su ciudad ha ganado en conocimiento. As¨ª lo reconocen desde Garc¨ªa -recuerda que hace no mucho la gente le preguntaba si este De Molina era el que cantaba Soy minero- hasta el concejal de Cultura Antonio Garrido, quien lleg¨® a escribir un gui¨®n sobre su figura para Canal Sur. Pero la semilla la puso un musical biogr¨¢fico, Miguel de Molina, estrenado en 1994 y que ya suma m¨¢s de 400 representaciones por toda Espa?a. La pr¨®xima, antes de marchar a Valladolid, tendr¨¢ lugar ma?ana (20.30) en el Centro Cultural Provincial. Protagonizado por el pintor V¨ªctor Puyuelo y el periodista malague?o Rafael Acejo quien interpreta a De Molina joven y canta doce canciones en directo, el musical est¨¢ dirigido por alguien que denostaba la copla hace a?os. "Ahora le encuentro muchos valores al g¨¦nero, aparte de los musicales es muy dif¨ªcil contar historias tan perfectas en dos minutos", admite Jacinto Esteban, que se?ala los valores del personaje: "un t¨ªo ingenioso, valiente y temerario, cercano a la genialidad; un ni?o que, de la nada, se march¨® de M¨¢laga con doce a?os y lleg¨® a codearse con los mayores intelectuales de su tiempo", a?ade el director del espect¨¢culo. Para medir el grado de recuperaci¨®n simb¨®lica en su ciudad de alguien que fue tan alabado como despreciado en su d¨ªa tanto por su ingenio, como por su descaro y abierta condici¨®n homosexual, puede valer una an¨¦ccdota: en el Colegio de los salesianos donde Miguel de Molina fue expulsado por su amaneramiento cuando ni?o, ahora se mandan trabajos a los alumnos sobre su vida. "Ahora a nadie le importa con qui¨¦n se acostara, la gente es mucho m¨¢s tolerante", apunta Javier Garc¨ªa. Pero entre tanta tolerancia, un compromiso municipal queda en el aire: la transformaci¨®n del corral¨®n de calle Palafox donde vivi¨® De Molina ni?o en un museo donde su peculiar vestuario fuese el principal reclamo. El concejal Garrido justifica el incumplimiento: el depositario de estos trajes, el sobrino del tonadillero, Alejandro Salade, prometi¨® una donaci¨®n que luego troc¨® por oferta de venta y que jam¨¢s ha realizado. "Es obvio que no podemos hacer un museo sin contenidos", se defiende Garrido, que no es el ¨²nico en desconfiar de las intenciones de Salade, difusor de las memorias de su t¨ªo, Bot¨ªn de guerra. Entretanto se resuelve el tema, hay algo claro: el humilde barrio de Capuchinos ha recuperado por fin los Ojos verdes, que se cantaban en la zona roja no hace tanto tiempo.
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