Una ceremonia fascinante
La est¨¦tica de este fin de siglo explora cada d¨ªa con m¨¢s frecuencia nuevos caminos buscando di¨¢logos con el pasado. Es natural. En el momento actual se consumen culturas de todas las ¨¦pocas. Los entendimientos entre ellas son una tentaci¨®n para los artistas. No es arbitrario que la presente edici¨®n de la Bienal de M¨²nich plantee sus actividades reflexivas y los diferentes estrenos de teatro musical alrededor de c¨®mo pasa el tiempo. La respuesta de los creadores var¨ªa en el procedimiento pero no en el fondo de la cuesti¨®n. Mauricio Sotelo y Peter Mussbach han partido del proceso amoroso para buscar un encuentro ceremonial con las ra¨ªces. La m¨²sica electr¨®nica anticipa el clima de misterio. El espect¨¢culo tiene que ver con el teatro tradicional japon¨¦s, con las m¨¢scaras griegas, con la historia de la ¨®pera y con el temblor del flamenco. El resultado es fascinante. La s¨ªntesis de est¨¦ticas del pasado y del futuro es magistral.
De amore
M¨²sica y direcci¨®n orquestal: Mauricio Sotelo. Libreto, direcci¨®n esc¨¦nica y escenograf¨ªa: Peter Mussbach. Estreno mundial. Con Salom¨¦ Kammer, Markus Eiche, Eva Dur¨¢n y Marina Heredia. Bienal de M¨²nich, 19 de abril.
Estructurada en tres actos y 50 peque?as escenas de duraci¨®n variable entre 10 segundos y cinco minutos, la ¨®pera De amore tiene un momento central clave alrededor del cual se organizan las diferentes simetr¨ªas musicales. La tensi¨®n no decae si se entra en un juego perfectamente ensamblado entre lo que se cuenta, lo que se ve y lo que se escucha. La unidad de los diferentes elementos es absoluta. Es dif¨ªcil imaginar una concepci¨®n esc¨¦nica para esta m¨²sica diferente a la de Mussbach y su equipo. El compositor y el libretista-escen¨®grafo han levando juntos paso a paso el edificio. Es algo que se percibe de inmediato.
El equilibrio de la partitura es extraordinario. Sotelo ha reunido a un conjunto de instrumentistas de primera fila para desentra?ar sus matices, desde el flautista italiano Roberto Fabbriciani hasta la pianista japonesa Yukiko Sugawara o el saxofonista alem¨¢n Markus Weiss. Los cantantes tradicionales -Salom¨¦ Kammer y Markus Eiche- est¨¢n espl¨¦ndidos, tanto en su gama variada de procedimientos hablados o canoros como en su dimensi¨®n teatral. No se quedan atr¨¢s las dos cantaoras Eva Dur¨¢n y Marina Heredia, colosales en los diferentes palos flamencos y hasta en su disposici¨®n ling¨¹¨ªstica con el alem¨¢n o el ingl¨¦s.
Peter Mussbach es una de las primeras figuras mundiales de la direcci¨®n de escena. Sus trabajos en Salzburgo con pintores como Longo o Immerdorff se notan en una concepci¨®n pl¨¢stica muy cuidada, que en esta ocasi¨®n recuerda quiz¨¢ las atm¨®sferas de Balthus. La utilizaci¨®n de las luces por parte de Konrad Lindenberg es sensacional para crear el clima de evanescencia y misterio donde se desarrolla el ritual. La sencillez no est¨¢ re?ida con la sabidur¨ªa teatral. Al contrario. Son los personajes los que llevan el peso de la obra. Mussbach ¨²nicamente crea el marco espacial-conceptual, pero lo hace con una belleza hechizante.
El p¨²blico sigui¨® los 90 minutos de representaci¨®n con un silencio expectante. Al final estall¨® en ovaciones un¨¢nimes y c¨¢lidas. Fue un gran ¨¦xito. Mauricio Sotelo se apunta un triunfo internacional important¨ªsimo. Las cantaoras Eva Dur¨¢n y Marina Heredia se dejaron la piel y abren nuevas v¨ªas de expansi¨®n al flamenco. La m¨²sica espa?ola vivi¨® ayer en M¨²nich una noche de gloria.
Babelia
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