La polic¨ªa detiene a dos j¨®venes por matar a su antiguo jefe de 50 pu?aladas
Apolinar ?lvarez Su¨¢rez, de 42 a?os y padre de tres hijos, no sospech¨® de los dos j¨®venes que el martes por la ma?ana llamaron a la puerta de su oficina en San Sebasti¨¢n de los Reyes. Hab¨ªan sido sus trabajadores y no hab¨ªa motivo aparente para desconfiar. Incluso les ech¨® la llave por la ventana para que entraran. Minutos despu¨¦s, el empresario mor¨ªa desangrado, con 50 pu?aladas. Los dos ex empleados, Ismael R.R.. de 22 a?os, y Ra¨²l C.R., de 20, fueron detenidos como supuestos autores del crimen. La polic¨ªa maneja la hip¨®tesis tanto de un crimen por motivos pasionales como de un robo.
Eran cerca de las once de la ma?ana. Apolinar ?lvarez trabajaba en la oficina del 16 de la calle de las Higueras. Adem¨¢s de socio, llevaba la contabilidad de la empresa Coyrema, dedicada a la reforma de inmuebles. En un despacho contiguo al suyo estaba Virginia, la hija de 20 a?os de su socio Pedro Madrigal. En la calle, rondaban Ismael R.R. y Ra¨²l C.R., dos j¨®venes que viven a 200 metros de la empresa. Ambos hab¨ªan trabajado ocasionalmente para Coyrema y se hab¨ªan dado de baja voluntariamente tiempo atr¨¢s. Ninguno de los dos tiene antecedentes policiales, seg¨²n la Jefatura Superior de Polic¨ªa. Su intenci¨®n, seg¨²n fuentes policiales, era quedarse con el dinero que hubiese en la caja.
Antes de llamar a la puerta del inmueble hab¨ªan esperado a que Pedro Madrigal saliera de la oficina, seg¨²n los datos aportados por la familia del fallecido. Cuando se march¨® el socio de Apolinar ?lvarez, los dos supuestos homicidas llamaron al timbre. La v¨ªctima reconoci¨® a la pareja, y para evitar bajar a abrirles, les tir¨® las llaves por una ventana.
Gritos de auxilio
Los dos j¨®venes llegaron hasta el despacho de Apolinar. Seg¨²n algunos vecinos, se escuch¨® una fuerte discusi¨®n. La suegra de la v¨ªctima, Clara Nebrera, sin embargo, asegura que no se produjo intercambio de palabras: "Fueron directamente a por ¨¦l y le mataron", comenta. La versi¨®n policial sostiene que la hija del socio estaba en el momento del crimen en un despacho contiguo y que desde all¨ª oy¨® los gritos de auxilio del empresario, quien tambi¨¦n pronunciaba el nombre de Ra¨²l. La joven, que no sufri¨® da?o, se encerr¨® en el despacho y llam¨® al 091. Instantes despu¨¦s de cometerse el crimen, dos agentes de la polic¨ªa nacional llegaron al lugar. En ese momento, los dos j¨®venes hu¨ªan del inmueble. En la misma calle de las Higueras arrestaron a Ismael R. R.
Ra¨²l C.R. escap¨® a la carrera hacia unas obras cercanas. All¨ª fue detenido. Sus ropas estaban completamente ensangrentadas y llevaba consigo la cartera de la v¨ªctima. En su interior se encontraron varios documentos y 11.000 pesetas. Los agentes tambi¨¦n recuperaron la supuesta arma homicida: un cuchillo de cocina de ocho cent¨ªmetros de hoja.
Mientras se produc¨ªan las detenciones, la hija del socio sali¨® a la calle aterrorizada y pidi¨® que alguien llamara a una ambulancia, seg¨²n narraron varios vecinos. Pocos minutos despu¨¦s lleg¨® al lugar un veh¨ªculo sanitario de Protecci¨®n Civil y una ambulancia del 061. Los servicios m¨¦dicos intentaron reanimar a la v¨ªctima durante 13 minutos, pero fue in¨²til. El cuerpo de Apolinar ?lvarez presentaba 50 pu?aladas, 20 de ellas en torno al cuello. Muri¨® desangrado.
Hombre querido
El suceso caus¨® ayer conmoci¨®n en la localidad donde el empresario resid¨ªa y era muy conocido. Casado, padre de tres hijos, de 7, 10 y 14 a?os, Apolinar carec¨ªa de enemigos, seg¨²n su familia. Quienes le trataron le definieron como una buena persona, muy agradable y trabajador. Ismael y Ra¨²l declararon ayer por la tarde por separado ante la polic¨ªa en la comisar¨ªa de Alcobendas. La primera manifestaci¨®n fue de Ismael. Hoy, en torno a las diez de la ma?ana, pasar¨¢n a disposici¨®n del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 6 de Alcobendas. El abogado de Ra¨²l se neg¨® a efectuar declaraciones ante los medios de comunicaci¨®n y se limit¨® a decir: "Todos estamos sorprendidos por lo ocurrido. Los primeros, su familia". Un miembro de la Polic¨ªa Municipal se?al¨® que eran dos muchachos conocidos por meterse en peleas sin importancia.
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