"Decid a mis chicas que las quiero"
La comunidad de Littleton ha encontrado en William Sanders (popularmente conocido como Dave) al h¨¦roe de la tragedia. Cuando Eric Harris y Dylan Klebold, los dos sospechosos de la terrible matanza, irrumpieron con su arsenal a cuestas en el instituto Columbine el pasado martes, Sanders, en lugar de escapar y ponerse a salvo, condujo a una docena de alumnos a trav¨¦s de los pasillos y consigui¨® salvarles. En el transcurso de su enloquecida carrera, recibi¨® dos disparos en el pecho al tratar de proteger a los alumnos. Sanders, todav¨ªa con vida, irrumpi¨® sangrando en un aula donde, ajenos al suceso, se celebraba una clase de ciencia, y se desplom¨® sobre el suelo.
Los estudiantes, superada la estupefacci¨®n inicial, se abalanzaron sobre ¨¦l e intentaron parar la hemorragia con sus camisas y camisetas a modo de improvisadas compresas.
Todo fue en vano. Mientras Sanders agonizaba, relataron varios testigos, los estudiantes extrajeron su cartera del bolsillo de su pantal¨®n y de ella, las fotos de su mujer y sus hijas. Quer¨ªan que tuviera cerca a su familia en aquellos momentos. "Decid a mis chicas que las quiero", fueron las ¨²ltimas palabras que pronunci¨®. Cuando las ambulancias pudieron acercarse al edificio, era demasiado tarde para Sanders. Su hija Angela agradeci¨® el gesto como un acto de compasi¨®n que nunca olvidar¨¢.
Dave era uno de los docentes m¨¢s carism¨¢ticos del instituto. Combinaba su tarea de profesor de inform¨¢tica con la de entrenador de baloncesto, b¨¦isbol y atletismo. "Era un profesor que inspiraba y que sab¨ªa sacar lo mejor de cada alumno. Siempre sab¨ªa decir la palabra correcta en el momento oportuno", declar¨® Susanne Miller al diario The Denver Post. "Sanders fue un hombre que dio 20 a?os de su vida a los estudiantes", dijo Kerri Held, otra antigua alumna suya. "Confi¨® en m¨ª cuando ni yo misma cre¨ªa en mis posibilidades. Siempre estaba dispuesto a ayudar, y era capaz de intimidarte s¨®lo para que te dieras de cuenta de cu¨¢nto pod¨ªas llegar a hacer. Pero nunca levantaba la voz. Ahora lo han matado dos ni?os que jam¨¢s han sabido lo que significa darse a los dem¨¢s. Nos lo han robado", a?adi¨®.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.