La nueva onda musical viene de Dakar
Los mejores artistas de Senegal se dan cita en la quinta edici¨®n del festival "La mar de m¨²sicas" de Cartagena
Las noches y las madrugadas de Dakar est¨¢n llenas de m¨²sica. Suenan grupos como Super Cayor y su mezcla de salsa-mbalax: percusiones wolof para unas adaptaciones arrebatadoras de El carretero, El manisero o Guantanamera, en las que, m¨¢s que entenderse, se adivinan palabras en espa?ol. Desde finales de los a?os cuarenta y hasta los setenta, antes del auge del aut¨®ctono mbalax (pronunciar mbalaj), un baile no era bueno sin m¨²sica latina. Hab¨ªa que moverse al son de los Matamoros, la Orquesta Arag¨®n o Johnny Pacheco. La conexi¨®n cubana se ha prolongado en esta d¨¦cada con el proyecto Africando, que reuni¨® en un estudio de Nueva York a cantantes senegaleses con instrumentistas latinos. El wolof y otras lenguas africanas se mezclan en sus discos con frases en un divertido castellano aprendido de escuchar una y otra vez las viejas canciones en vinilos picados. Yay boy -su adaptaci¨®n de un tema de Ismael Rivera- lleg¨® a encaramarse a lo m¨¢s alto de las listas latinas de la Gran Manzana durante varias semanas.
En un club de la capital senegalesa se oye una kora el¨¦ctrica con la que guitarristas de flamenco podr¨ªan compartir m¨¢s de una sesi¨®n. Y un cantante ciego, que se parece a Ray Charles, interpreta cl¨¢sicos de jazz (Les feuilles mortes) y la m¨²sica latina (B¨¦same mucho). Algunos fines de semana, el Thiossane, propiedad de Youssou N'Dour en el Boulevard Dial Diop, se llena para ver al astro. Antes del verano se publicar¨¢ su esperado disco con Peter Gabriel, Sting y Wyclef Jean, de Fugees.
Los m¨²sicos senegaleses gozan de prestigio entre sus colegas europeos y norteamericanos. El ¨²ltimo disco de Baaba Maal, Nomad soul, ha inaugurado la nueva discogr¨¢fica de Chris Blackwell, fundador de Island (King Crimson, Traffic, U2...) y principal impulsor de la carrera de Bob Marley. Se trata de un fascinante equilibrio entre lo ac¨²stico y la electr¨®nica, que cuenta en tareas de producci¨®n con Brian Eno y Howie B.
La nueva grabaci¨®n de N'Dour sale de su estudio digital de un mill¨®n de d¨®lares. Le preguntaron una vez c¨®mo era posible que viviera en Dakar. Su respuesta: "Hay aeropuerto internacional". El pr¨ªncipe de la Medina no quiso escuchar los cantos de sirena que le llegaban del Primer Mundo y se qued¨®. Adem¨¢s del estudio de grabaci¨®n, ha montado una productora y un sello discogr¨¢fico, en el que disfrutan de su oportunidad artistas como Cheikh L? o Mbaye Dieye Faye. Un primer paso para evitar la di¨¢spora hacia Londres o Par¨ªs. "Cuando yo empec¨¦, no hab¨ªa nada", explica N'Dour, "no quiero que los j¨®venes de ahora se encuentren con la misma situaci¨®n".
Tambi¨¦n el rap se oye insistentemente en Dakar. Hay cientos de bandas: Positive Black Soul, Daara J, Rap"Adio, Pee Froiss... Y en la urbe m¨¢s occidental de ?frica, algunos adolescentes sortean a los ambulantes para ir a conectarse a Internet desde la oficina del pintoresco bar Le Ponty. O desde el M¨¦tissacana -en bambara, "el mestizaje que viene"-, un cibercaf¨¦ regentado por la estilista Oumou Sy, empe?ada en convertir a Dakar en un centro de la moda con eventos como la Semana Internacional de la Moda (Simod), que cumple su tercera edici¨®n estos d¨ªas con desfiles de dise?adores de Benin, N¨ªger, Costa de Marfil y Madagascar.
Aunque el cine africano se ha citado hace unas semanas en el Festival Panafricain du Cin¨¦ma (Fespaco) de Uagadugu, y la m¨²sica, danza y teatro del continente han estado presentes en el reciente Mercado de las Artes del Espect¨¢culo Africano (MASA) de Abiy¨¢n, Dakar contin¨²a ejerciendo como centro cultural m¨¢s importante del ?frica franc¨®fona. Desde su independencia en 1960, la cultura ha sido un pilar del desarrollo de Senegal.
Seg¨²n el nonagenario ex presidente S¨¦dar Senghor, uno de los padres de la negritud, la cultura es la inversi¨®n m¨¢s importante que pueden efectuar los Gobiernos. Ya en 1966 se celebr¨® en Dakar el Primer Festival des Arts N¨¨gres, y en los noventa est¨¢ Dak"Art, la Bienal de Arte Africano Contempor¨¢neo. Hace un a?o, financiado por el Estado, se inaugur¨® en la ciudad el Village des Arts.
No obstante, si Steven Spielberg tuviera que trabajar en las precarias condiciones en que realiza sus pel¨ªculas Ousmane Semb¨¨ne, probablemente se habr¨ªa dedicado a otra cosa. El mundo del cine lo descubr¨ªa en 1962, cuando el entonces escritor rod¨® el cortometraje Borom Sarret. Hoy, a sus 76 a?os, recibe a sus visitas en un despacho de cuyas paredes cuelgan diplomas de festivales de todo el mundo. Con su legendaria pipa en los labios, Semb¨¨ne pregunta si en Espa?a se permite fumar, porque de lo contrario no piensa viajar. Sus siete largometrajes -incluido Camp de Thiaroye, con el que gan¨® el gran premio del jurado en la Mostra de Venecia de 1988- podr¨¢n verse este verano en Cartagena y en la Filmoteca de Madrid.
Ousmane Sow Huchard -no confundirle con el escultor que expone en Par¨ªs- es presidente del Consejo de la Biennale, y se ha encargado de seleccionar obras de siete artistas pl¨¢sticos, un fot¨®grafo y un souweriste (t¨¦cnica que consiste en pintar por debajo del cristal) para la exposici¨®n de Cartagena, que quedar¨¢ reflejada en un lujoso cat¨¢logo titulado Arte senegal¨¦s contempor¨¢neo. Huchard, autor de una tesis doctoral para la Universidad Laval de Quebec -La kora: objet t¨¦moin de la civilisation mandingue (Presses Universitaires de Dakar)-, habla con entusiasmo del proyecto de Museo de la M¨²sica Africana: un terreno de 7.000 metros cuadrados frente al mar espera su construcci¨®n.
A 50 kil¨®metros al sur de Dakar, junto a la playa de Toubab Dialaw, la core¨®grafa Germaine Acogny est¨¢ dando un curso de tres meses para 25 bailarines de 14 pa¨ªses africanos e invierte todos sus ahorros en la construcci¨®n de un centro para la formaci¨®n en danza africana. Acogny, que trabaj¨® con Maurice B¨¦jart, organizar¨¢ unos talleres en Cartagena. Mientras, Convergences, revista trimestral de arte y cultura, dedica su portada al Festival International de Jazz de Saint-Louis, que se va a celebrar al norte del pa¨ªs del 12 al 15 de mayo, y que tuvo a Johnny Griffin y a Gilberto Gil como figuras de su anterior edici¨®n.
El senegal¨¦s de Almod¨®var
Su actuaci¨®n el pasado lunes en el programa de Miguel Bos¨¦ S¨¦ptimo de Caballer¨ªa no pas¨® inadvertida. Y una de sus baladas m¨¢s hermosas, Tajabone, suena en Todo sobre mi madre, la pel¨ªcula de Pedro Almod¨®var: a Ismael L? le ha tocado la loter¨ªa. Hace unas semanas, en la azotea de su casa en Dakar, junto a las pistas del aeropuerto, el senegal¨¦s estaba intentando grabar en el estudio casero Angelitos negros, la canci¨®n que populariz¨® Antonio Mach¨ªn. Se le atragantaba la letra. Con ayuda de unos amigos espa?oles logr¨® memorizarla sin errores y puede que incluya la impagable versi¨®n en su pr¨®ximo disco. La primera gira por Espa?a la realiz¨® en 1995. Veinte a?os antes, y durante meses, hab¨ªa cantado a diario para los turistas en una sala de la playa del Ingl¨¦s, en Gran Canaria. All¨ª aprendi¨® los rudimentos de castellano que a¨²n recuerda. Le han llamado el Dylan africano porque en sus inicios actuaba con una guitarra ac¨²stica y una arm¨®nica: "Mi primer p¨²blico fue una pared. Colgaba mi arm¨®nica con dos clavos para poder tocar la guitarra al mismo tiempo". Ismael L?, que canta Without blame a d¨²o con Marianne Faithfull en un recopilatorio publicado en Europa, es de los que piensa que los europeos en general tienen una visi¨®n muy negativa de ?frica. Por eso cree necesario mostrar tambi¨¦n una imagen positiva. Y qu¨¦ mejor para hacerlo que su m¨²sica apasionada.
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