Nueva batalla pesquera con Marruecos
La flota espa?ola tendr¨¢ tambi¨¦n dificultades en Argentina, cuyo acuerdo acaba en mayo, y en el Reino Unido
Uno de los acuerdos hist¨®ricamente m¨¢s importantes para Espa?a por su cercan¨ªa y por su utilidad para la flota espa?ola del sur ha sido el de Marruecos, donde llegaron a faenar casi un millar de barcos. Conscientes de su inter¨¦s para la flota espa?ola, las autoridades de Rabat han utilizado hist¨®ricamente sus aguas para lograr contrapartidas en materia de comercio agrario y en otras inversiones. Cada negociaci¨®n para renovar el acuerdo, de cuatro a?os, ha constituido una escalada en las demandas de Rabat, tanto ante Espa?a como frente a la Uni¨®n Europea.
En las negociaciones de hace cuatro a?os, Marruecos part¨ªa de unas exigencias elevadas que luego se fueron reduciendo. En este momento, ante el acuerdo que termina el 30 de noviembre pr¨®ximo, el Gobierno marroqu¨ª se ha limitado a se?alar que no habr¨¢ renovaci¨®n, lo que supone la postura de entrada m¨¢s dura de las ¨²ltimas d¨¦cadas y casi la seguridad de que la flota deber¨¢ amarrar el 1 de diciembre, aunque luego se llegue a alg¨²n tipo de compromiso. "En este momento", se?ala el secretario general de Pesca, Samuel Ju¨¢rez, "no quieren ni hablar".
Una potencia pesquera
Con una flota compuesta por 18.000 unidades, Espa?a es una de las potencias pesqueras m¨¢s importantes de la Uni¨®n Europea y la que en buena medida marca la pol¨ªtica sobre este sector. Sin embargo, se trata de una cifra y un potencial enga?osos, con grandes puntos d¨¦biles, si se tiene en cuenta que de esos 18.000 barcos, 16.500 faenan en el caladero nacional y que las dos terceras partes de las capturas anuales -cerca de 1,2 millones de toneladas- proceden de caladeros exteriores. La falta de aguas propias con recursos suficientes para abastecer el mercado interior ha sido una de las razones por las que la flota espa?ola ha sido pionera tanto en la b¨²squeda de nuevos caladeros, como el del flet¨¢n de profundidad, o para establecer diferentes acuerdos con pa¨ªses con caladeros ricos en pesca. Esta pol¨ªtica dio lugar a la firma por Espa?a de m¨¢s de una veintena de compromisos con otros pa¨ªses, que fueron asumidos por la Uni¨®n Europea en 1986, que ahora destina 300 millones de euros (unos 50.000 millones de pesetas) para apoyarlos.
La cada d¨ªa mayor escasez de recursos, con muchos caladeros agotados y el inter¨¦s de terceros pa¨ªses generalmente subdesarrollados para explotar directamente sus recursos, dio lugar en los a?os setenta a la extensi¨®n por esos Estados de sus aguas jurisdiccionales a 200 millas, en lo que se conoce como Zonas Econ¨®micas Exclusivas donde se concentra pr¨¢cticamente el 95% de los recursos pesqueros. Esta filosof¨ªa ha ido ganando fuerza en el transcurso de los a?os siguientes hasta este momento cuando cada d¨ªa resulta m¨¢s dif¨ªcil suscribir acuerdos estables y baratos para faenar en caladeros ajenos.
La Uni¨®n Europea, empujada fundamentalmente por Espa?a, ha desarrollado en los ¨²ltimos a?os una pol¨ªtica encaminada a reordenar la flota en funci¨®n delas posibilidades de pesca. En base al Instrumento Financiero para la Ordenaci¨®n de la Pesca (IFOP) en Espa?a se han invertido en los ¨²ltimos cinco a?os m¨¢s de 200.000 millones de pesetas. Estos fondos se han destinado fundamentalmente a modernizar la flota de bajura, as¨ª como a la exportaci¨®n de buques a terceros pa¨ªses a trav¨¦s de diferentes f¨®rmulas asociativas.
Considerando las posiciones de Marruecos, Espa?a ha desarrollado en los ¨²ltimos a?os un gran esfuerzo para ajustar esta flota. De hecho, frente a los 650 barcos existentes en el momento en que se negoci¨® el acuerdo anterior, ahora ya solamente faenan unos 400 con unos 8.000 tripulantes. Seg¨²n Samuel Ju¨¢rez, se van a realizar nuevos esfuerzos para que la flota afectada tenga menor dependencia de esas aguas, algo que, en su opini¨®n, se puede lograr en los pr¨®ximos a?os.
El de Marruecos ya es en la actualidad un acuerdo caro, aunque, por el momento, indispensable para esa flota del sur. En 1992 pas¨® de un coste de 9.200 a 13.000 millones de pesetas al a?o, mientras el canon de los armadores lo hizo de 1.900 a 2.350 millones de pesetas. El acuerdo que termina en los pr¨®ximos meses ya tiene un coste de 20.000 millones de pesetas anuales para la UE, a los que se suma el canon del armador.
Frente a estos pagos, el acuerdo supone unas capturas de unas 170.000 toneladas, de las que 120.000 son de sardina para harina, con un valor total de 30.000 millones de pesetas. Marruecos, como en el resto de los acuerdos con terceros pa¨ªses, ha logrado que faenen menos barcos (especialmente los cefalopoderos, donde la oligarqu¨ªa de ese pa¨ªs tiene tambi¨¦n su negocio), se han impuesto m¨¢s paradas biol¨®gicas unilaterales, mayores controles, m¨¢s trabajadores embarcados y desembarcos en puertos. Es un acuerdo caro, a causa de que sus capturas se orientan a la baja, pero necesario.
Junto al problema de Marruecos, que afecta especialmente a una flota de bajura, a finales de mayo finaliza el acuerdo de la UE con Argentina, donde se hallan faenando casi un centenar de grandes barcos congeladores con posibilidad para pescar hasta 250.000 toneladas. Argentina lleva ya meses poniendo dificultades a?adidas a la flota al exigir aumentar las tripulaciones nacionales y, finalmente, ubicando a los barcos objeto del acuerdo en las zonas con menos recursos.
Acuerdos dif¨ªciles
Como con Marruecos, va a ser una negociaci¨®n dif¨ªcil donde Buenos Aires tratar¨¢ de aumentar las contrapartidas econ¨®micas y, sobre todo, lograr una mayor relaci¨®n de los barcos exigiendo instalaciones o desembarcos en aquella tierra. ?ste es hoy el mayor acuerdo comunitario para la flota espa?ola. Las dificultades para tener otros acuerdos como el no suscrito con Namibia hace que muchos armadores espa?oles hayan iniciado una estrategia por libre,ubicando sus buques bajo banderas y capitales de los pa¨ªses donde hay caladeros ricos. Con problemas de recursos en los caladeros del Atl¨¢ntico y en la propia UE, las miradas se orientan hacia el ?ndico y el Pac¨ªfico.
Los problemas para ubicar la flota no se producen solamente en aguas de terceros pa¨ªses. En el propio marco comunitario tienen dificultades los casi 90 barcos de las empresas conjuntas a las que el Gobierno del Reino Unido, con el visto bueno de Bruselas, est¨¢ obligando a demostrar una vinculaci¨®n econ¨®mica para seguir pescando en sus aguas con cuota de ese pa¨ªs. Varios armadores han optado ya por vender el barco y buscar otras aguas.
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