El Gobierno espa?ol admite ahora que necesita un cr¨¦dito para pagar la guerra

Ninguna guerra es limpia. Tampoco barata. Desde hace un mes, cinco aviones espa?oles, actualmente siete, participan en los ataques de la OTAN contra Yugoslavia. Sin embargo, nadie ha explicado cu¨¢nto costar¨¢ a Espa?a la operaci¨®n ni c¨®mo se piensa pagar. Un portavoz del Ministerio de Defensa ha reconocido a EL PA?S que habr¨¢ que habilitar una partida especial con este fin. Hasta ahora, Defensa daba por hecho que pod¨ªa echar mano del cr¨¦dito ampliable con el que financia el despliegue en Bosnia. Pero este cr¨¦dito est¨¢ reservado para "operaciones de la ONU" y utilizarlo es ilegal.

El vicepresidente primero y ministro de Econom¨ªa, Rodrigo Rato, asegur¨® el pasado lunes en Londres que el coste de la intervenci¨®n espa?ola en el conflicto de Kosovo "est¨¢ plenamente asumido por los Presupuestos Generales del Estado", informa Lourdes G¨®mez. Tambi¨¦n el ministro de Defensa, Eduardo Serra, ha minimizado el precio de la participaci¨®n, alegando que los cazas F-18 y el H¨¦rcules de reabastecimiento en vuelo estaban ya desplegados en Aviano (Italia), por lo que el ¨²nico sobrecoste corresponde a las bombas consumidas. Sin embargo, hasta el pasado 24 de marzo, los aviones espa?oles estaban cumpliendo una resoluci¨®n de Naciones Unidas, la que prohibe los vuelos militares en Bosnia-Herzegovina, y prestando apoyo a las tropas de la OTAN estacionadas en dicho pa¨ªs para cumplir tambi¨¦n un mandato del Consejo de Seguridad. Su coste, como el de las tropas espa?olas en Bosnia, se financiaba con cargo al cr¨¦dito 228 de la Secretar¨ªa de Estado de Defensa, que figura en el presupuesto con 10 millones de pesetas, pero tiene car¨¢cter ampliable y en 1998 super¨® los 20.000 millones.

Casi 2.000 millones al mes Desde hace un mes, la misi¨®n de los aviones espa?oles ha cambiado y, en contra de lo que pretend¨ªa el Gobierno, ya no puede cargarse a dicha partida, que responde al enunciado de: "Gastos originados por participaci¨®n de las FAS en operaciones ONU". Seg¨²n los expertos consultados por EL PA?S, la denominaci¨®n de una partida es ley y emplearla para una finalidad diferente a la prevista constituye una irregularidad palmaria, si no un delito.

Es evidente que los ataques de la OTAN no son "operaciones ONU", por lo que, desde el 24 de marzo, no s¨®lo las bombas, sino tambi¨¦n los sueldos de los pilotos o el combustible no pueden pagarse con este cr¨¦dito.

Lo mismo sucede con el contingente de 400 militares que hoy tiene previsto desembarcar en Albania para levantar un campamento de refugiados. Su misi¨®n es humanitaria, e incluso encomiable, pero no es de la ONU.

?Cu¨¢nto cuesta todo esto? Ante la falta de cifras oficiales hay que recurrir a estimaciones. Cada vuelo de un F-18 cuesta unos tres millones de pesetas en combustible, el precio de las bombas de guiado l¨¢ser oscila entre dos y 5,5 millones por unidad, las retribuciones del personal destacado en Aviano suman unos 150 millones mensuales. Contando con que los F-18 han realizado hasta ahora unas 50 salidas, arrojando dos bombas cada vez (cuando las condiciones meteorol¨®gicas lo permit¨ªan) y que hay que a?adir el combustible suministrado por el H¨¦rcules y el mantenimiento de los aviones, la cifra resultante ronda los 800 millones al mes.

Respecto a la Operaci¨®n Alfa Romeo (Ayuda a los Refugiados), el env¨ªo de los 400 militares a Albania, su coste se estima en unos 1.000 millones mensuales, seg¨²n las fuentes consultadas. La presencia de 340 soldados espa?oles en Albania en 1997, tras los disturbios que siguieron a la quiebra de los bancos piramidales, cost¨® 500 millones al mes. Pero la operaci¨®n actual es m¨¢s cara, entre otras razones porque el contingente lleva dos helic¨®pteros Chinook y est¨¢ previsto que un buque de transporte permanezca temporalmente en la zona. Por ¨²ltimo, y no menos importante, Espa?a tendr¨¢ que pagar su cuota correspondiente, en torno al 3,5%, de los gastos comunes de la OTAN, que hasta ahora incluyen, por ejemplo, el despliegue de los cuarteles generales del Cuerpo de Reacci¨®n R¨¢pida y la Fuerza M¨®vil Aliada en Albania y Macedonia, respectivamente. Eso sin contar los costes de un bloqueo naval o una invasi¨®n terrestre, infinitamente m¨¢s cara.

El Gobierno dispone de un instrumento legal simple y r¨¢pido para hacer frente a estos gastos: aprobar por decreto ley un cr¨¦dito extraordinario ampliable. Dicho decreto entrar¨ªa en vigor de manera inmediata y luego deber¨ªa ser remitido a las Cortes para su ratificaci¨®n, l¨®gicamente por procedimiento de urgencia.

No habr¨ªa ning¨²n problema en ratificarlo: m¨¢s del 90% de los parlamentarios est¨¢n a favor de la intervenci¨®n militar espa?ola. Lo sorprendente es que no se haya empezado todav¨ªa a preparar este texto. El Gobierno no hab¨ªa ca¨ªdo en la cuenta de que en Espa?a, como en la mayor¨ªa de las democracias, el Poder Ejecutivo puede iniciar una guerra pero al Legislativo le corresponde la ¨²ltima palabra, aprobando los fondos necesarios para mantenerla.