Oiarzabal escala la gloria en el Annapurna
El escalador espa?ol, de 43 a?os, se convirti¨® ayer en el sexto alpinista del mundo que consigue "hacer cima" en los 14 "ochomil" del planeta, una aventura que emprendi¨® en 1985
Juan Oiarzabal, de 43 a?os, se convirti¨® ayer en el sexto monta?ero del mundo -y primer espa?ol- que logra coronar las 14 cimas de m¨¢s de 8.000 metros del planeta, un intento que comenz¨® en el Cho Oyu en 1985 y que culmin¨® ayer en el Annapurna (Nepal). Ocho de los 10 monta?eros de las dos expediciones (coreana y espa?ola) que se pusieron en marcha a medianoche de ayer consiguieron hacer cumbre desde las ocho de la ma?ana, cuando lleg¨® Oiarzabal, hasta las 10.16 cuando hollaron los ¨²ltimos expedicionarios. "Cima para campo base, cima para campo base". El mensaje rompi¨® la monoton¨ªa de la espera en el campo base del Annapurna, donde 14 personas (4 t¨¦cnicos de TVE y de la TV coreana), dos periodistas espa?oles -de EL PAIS y de Radio Vitoria-, un m¨¦dico, cuatro sherpas, un cocinero y tres amigos de Juanito Oiarzabal llegados una hora antes del acontecimiento) hab¨ªan pasado la noche en vela demandando noticias. La voz de Juan Vallejo aclar¨® todas las dudas: Oiarzabal, ¨¦l mismo y el c¨¢mara del programa de TVE Al filo de lo imposible Ferran Latorre hab¨ªan hollado la cumbre.
Eran las 11.46 hora local (8.06 hora espa?ola). Vallejo, el m¨¢s fuerte del tr¨ªo, comunicaba la culminaci¨®n. Oiarzabal, afectado de faringitis (seg¨²n confirm¨® Ion Armentia, el m¨¦dico de la expedici¨®n) y emocionado por el ¨¦xito en su mano a mano con la monta?a, no estaba en condiciones de hablar. Ferran Latorre, aprovechaba los pocos minutos disponibles para rodar unas secuencias y obtener las fotos de rigor. Oiarzabal y sus dos compa?eros permanecieron s¨®lo 20 minutos en la cumbre: el tiempo necesario para el protocolo, leer el mensaje entregado por Reinhold Messner (el primer monta?ero que consigui¨® coronar los 14 ochomiles del planeta) y efectuar las llamadas particulares correspondientes.
A las 8.53 (hora espa?ola) alcanzaban tambi¨¦n la cima dos de los miembros de la expedici¨®n coreana (el monta?ero Hom y el camar¨®grafo Pak, el ¨²nico que sub¨ªa con ox¨ªgeno junto a Dawa, uno de los sherpas. Dawa se encontr¨® con el resto de la expedici¨®n coreana cuando descend¨ªa ya de la cumbre, y volvi¨® a subir acompa?ando a la monta?era coreana Gi, que en su compa?¨ªa y en la del sherpa Kami, alcanzaba la cumbre del Annapurna a las 10.16).
La tristeza habitaba en el campo 3 (instalado a 7.300 metros de altura) donde permanec¨ªa (junto al sherpa Lakta) Eneko Pou, un joven monta?ero alav¨¦s que se estrenaba en el himalayismo y que no pod¨ªa asaltar la cumbre afectado por un edema cerebral leve, que oblig¨® a administrarle Edemox, un diur¨¦tico que libera la acumulaci¨®n de l¨ªquidos en el cerebro.
Oiarzabal hab¨ªa comenzado su andadura desde el campo 3 a las 00.00 (hora espa?ola), despu¨¦s de hidratarse y de comer, seg¨²n las indicaciones del m¨¦dico de la expedici¨®n. El viento amenazaba el ¨¦xito, por lo que los expedicionarios hab¨ªan decidido atacar la cumbre de forma inmediata para llegar hasta donde fuera posible. La pista cimera que enfila hacia lo m¨¢s alto del Annapurna sorprendi¨® las previsiones: su largura y su dureza rebasaban lo programado y complicaron el ataque final, haciendo consumir m¨¢s energ¨ªas de las esperadas. En la cima, la temperatura era de -25? con una ventisca insoportable. Por eso apenas pudieron disfrutar del ¨¦xito 20 minutos.
22 d¨ªas de esfuerzo continuado se resum¨ªan en ese escueto placer, porque el descenso amenazaba id¨¦nticos peligros que el ascenso, y con las fuerzas m¨¢s mermadas. Los expedicionarios pretenden llegar hoy al campo base avanzado a las 15.20 (hora espa?ola), donde el resto de la expedici¨®n recoger¨¢ sus bultos y apoyar¨¢ el regreso al campo base.
Las complicaciones se cern¨ªan principalmente sobre el primer descenso, por el efecto del viento, que hab¨ªa limpiado la nieve y descarnado la roca, y por el retorno del joven Eneko Pou, muy debilitado, a quien recog¨ªan en el campo 3 (7.300 metros).
Desde que hicieron cumbre y restablecieron las comunicaciones, se percib¨ªa la emoci¨®n de Oiarzabal y el agradecimiento a sus dos compa?eros de escalada ("Vallejo es un mulo", comentaba Oiarzabal); o las peticiones del propio Vallejo al inmediato recibimiento ("Espero que nos prepar¨¦is una comida en condiciones", reclamaba tras asegurar que en la cumbre "hace un fr¨ªo terrible"). Incluso se pudo establecer comunicaci¨®n con Eneko Pou, en el campo 3, quien, afectado por los dolores y la decepci¨®n, reconoc¨ªa: "Todos tenemos razones para estar contentos".
Cuando hoy alcancen el campo base habr¨¢ concluido una aventura de 14 a?os, que comenz¨® como una posibilidad y se convirti¨® para Oiarzabal en un reto personal con la monta?a a los 43 a?os. Al final gan¨® la partida y escal¨® a la gloria.
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