El Estudiantes sigue de pie

El Estudiantes sigue de pie y con ventaja. Super¨® al Tau Vitoria en un alarde de entusiasmo reboteador. No fue, naturalmente, un partido ortodoxo de su parte. No pod¨ªa serlo ante un equipo tan equilibrado.Si alguna cualidad distingue al equipo de Vitoria es que tiene un poco de todo y lo usa con cabeza. Si algo le molesta especialmente al aguerrido grupo estudiantil es precisamente eso, que su rival no est¨¦ dispuesto a perder los papeles, a dejarse arrastrar por la marea, cuando los chicos del Ramiro meten la quinta velocidad. Estudiantes y Tau se parecen en muy poco, tanto que cualquier partido es ¨²til para ver el contraste, pero, puestos a jugarse qui¨¦n se va de vacaciones y quien sigue en la batalla, lo cierto es que el equipo de Vitoria ten¨ªa algunos argumentos m¨¢s a su favor. Y no s¨®lo la supuesta ventaja de campo. As¨ª que, dada la lectura del choque, el Estudiantes busc¨® llevar las cosas por el lado emocional. Empez¨® con ganas de embestir, tom¨® una ligera delantera, y hasta se permiti¨® el lujo de hacer anotar a todos los componentes de su quinteto inicial: los diez primeros tantos significaban un igualitario reparto de canastas entre los cinco jugadores. Detalle al margen, el Estudiantes puso en juego su tradicional entusiasmo para atrapar rebotes, de la manera que fuese, por cualquier medio, ortodoxo o de nuevo cu?o. A todo esto, el Tau no pareci¨® impresionarse. Y se puso a la tarea.

La tarea es muy sencilla. Como tiene un poco de todo, va buscando un resquicio por donde meterse. Tiene tiradores que prueban fortuna, tiene fuerza en el juego interior, tiene bases, tiene banquillo, tiene paciencia. Se puso en zona, lleg¨® a colocar juntos a Bennet y Millera, fue haciendo las rotaciones suficientes como para que el ritmo del partido terminara echando el freno y el Estudiantes entrara en terreno pantanoso. El remate final en este primer periodo lleg¨® en la ¨²ltima canasta, cuando Espil logr¨® cuatro tantos en la misma acci¨®n y puso por vez primera a su equipo por delante en el marcador (27-29), justo en el descanso.

La dificultad era evidente. la empresa, complicada. Si al Estudiantes le gusta hacer sufrir, al Tau no le importa moverse en la adversidad, pero puestos a moverse en un partido t¨¢ctico, los de Vitoria ten¨ªan todas las de ganar.

As¨ª lo parec¨ªa hasta que el Estudiantes se arm¨® de valor y atac¨® la canasta por cualquier medio. Lo hizo sin tiradores de garant¨ªas (Washington no lo es, desde luego, aunque sea ¨²til para echar una mano en las rotaciones). No le import¨® hacer malos porcentajes, no se desmoraliz¨® al fallar triple tras triple. Ah¨ª estaba Reyes, De Miguel, Vandiver (que parece criado en la cantera del Ramiro), ah¨ª estaban todos bajo la canasta dispuestos a enmendar la plana. El Estudiantes disfrut¨® de una racha de rebotes ofensivos digna de tenerse en cuenta, racha que le permiti¨® anotar, en ocasiones, al tercer intento. En esas circunstancias, el Tau no lleg¨® a perder los papeles (cualquiera los habr¨ªa perdido por pura desesperaci¨®n). Sobrevivi¨® con Beric en estado de gracia a la espera de su oportunidad.

Pero esa oportunidad no lleg¨®. Y no lleg¨® porque entr¨® en acci¨®n el peque?o Gonzalo Mart¨ªnez, que le dio al equipo la dosis de juego necesaria para no vivir en estado de m¨¢xima ansiedad tanto tiempo. Gonzalo, que se est¨¢ especializando en gestionar momentos dif¨ªciles, se hizo con el mando del partido, seleccion¨® sus tiros, sus penetraciones a canasta y logr¨® que el Estudiantes lograra llegar al trance final con una reserva de tantos algo m¨¢s tranquilizadora (66-56, a falta de 3.40). Gonzalo, adem¨¢s, firm¨® su actuaci¨®n con una administraci¨®n admirable de esta ventaja. Le dio el temple necesario a su equipo en el momento justo.Ello le permiti¨® al Estudiantes llegar tranquilo al ¨²ltimo minuto, no verse expuesto a un tipo de juego donde el Tau parece ser un especialista. El Tau no perdi¨® los papeles, cierto es, pero s¨ª las riendas del encuentro.

La eliminatoria sigue igualada, a pesar de la ventaja estudiantil. El contraste es un hecho. El Tau no da la sensaci¨®n de haber perdido la paciencia...todav¨ªa.