JOS? ENRIQUE RUIZ-DOM?NEC HISTORIADOR "La historia de las mujeres no es una galer¨ªa de v¨ªctimas"
Escribir sobre la mirada y la voz femenina significa para el historiador Jos¨¦ Enrique Ruiz-Dom¨¨nec (Granada, 1948) romper el muro detr¨¢s del cual la historia universal elaborada por los hombres ha ocultado los testimonios de las mujeres. En su ¨²ltimo libro, El despertar de las mujeres (Pen¨ªnsula), Ruiz-Dom¨¨nec se propone observar la historia desde el otro lado, desde la ¨®ptica femenina, "tan olvidada, manipulada o, simplemente, silenciada". El autor, catedr¨¢tico de Historia Medieval en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y director del Instituto de Estudios Medievales, ha viajado e indagado en nuestro pasado inmediato -la Edad Media- para reunir una serie de microbiograf¨ªas de mujeres que tuvieron su propia voz y reivindicaron su lugar en el mundo. Mujeres que escribieron, como Christine de Pizan; mujeres que urdieron intrigas pol¨ªticas, como Blanca de Castilla; mujeres que hablaron por primera vez del amor entendido como un sentimiento, como Constanza de Breta?a; mujeres que auspiciaron el arte e hicieron de transmisoras de valores, como Berenguela de Barcelona, o mujeres que se rebelaron contra la tutela asfixiante de la Iglesia, como Juana de Arco. En el recorrido a trav¨¦s de las vivencias de estas mujeres, Ruiz-Dom¨¨nec ha aprendido que la historia escrita hasta ahora no es suficiente historia. "El testimonio de las mujeres nos ense?a que el pasado fue diferente a como hab¨ªamos cre¨ªdo hasta ahora", afirma. Pregunta. En su libro dice que el futuro de la mujer est¨¢ en conocer su pasado. ?Por qu¨¦ indaga usted en la Edad Media precisamente? Respuesta. Porque la Edad Media es nuestro pasado inmediato, del que arrancan todos los fen¨®menos sociales, culturales y pol¨ªticos de nuestro mundo. No por casualidad aparecen tambi¨¦n en aquel momento los primeros bocetos de preocupaci¨®n, de inquietud, de toma de conciencia de la mujer sobre su propio papel. En un cap¨ªtulo del libro me refiero a los proleg¨®menos de este despertar de las mujeres y he tenido que retroceder un par de siglos y llegar hasta geograf¨ªas ex¨®ticas, como Jap¨®n, pero all¨ª esta toma de conciencia no lleg¨® a consolidarse, a diferencia de lo que ocurri¨® en Europa occidental. El otro gran despertar, el actual, que arranca de finales del siglo XIX, tambi¨¦n ha ocurrido en el marco de la civilizaci¨®n occidental. P. ?Por qu¨¦ utiliza el t¨¦rmino despertar? R. Es un concepto que he extra¨ªdo de las grandes novelistas americanas de finales del siglo XIX y principios del nuestro, como toma de conciencia cr¨ªtica de lo que pueden y deben ser, de lo que quieren ser las mujeres. En algunos momentos en el pasado, las mujeres han llegado a ser casi fascinantes, pero nada comparado con lo que les espera si saben comprender bien la historia, su pasado. P. ?Qu¨¦ podemos aprender hoy de las mujeres del pasado? R. Muchos de los gestos e ideas de la sociedad actual proceden de las mujeres y no lo sab¨ªamos porque lo hab¨ªan ocultado los mecanismos de confusi¨®n de los historiadores del siglo pasado, entre los que imperaba la misoginia. El reto de este libro es observar la historia desde el otro lado, desde la mirada femenina. P. ?Por qu¨¦ es diferente la mirada de las mujeres? R. Porque cuando revisan el pasado descubren que hay prejuicios que anidan en contra de ellas y su actitud es m¨¢s cr¨ªtica. Las mujeres ven el mundo de una forma menos ¨¦pica, menos agresiva y m¨¢s multicultural. Lo importante de mi ensayo es que pone de manifiesto que las mujeres en la Edad Media intentaron muchos objetivos y consiguieron bastantes. Y precisamente lo que consiguieron ha entrado a formar parte de los entresijos de nuestra vida. Por ejemplo, el concepto de amor como un sentimiento interior de la persona aparece por primera vez en una carta de una mujer de la Edad Media. Me congratula romper con la idea de que la historia de las mujeres es una galer¨ªa de v¨ªctimas. Los testimonios que aparecen en el libro demuestran que esto es incierto. P. Desde hace tiempo han sido las mujeres las que han intentado reescribir la historia para dar el punto de vista femenino, y ello se ha hecho sobre todo desde el feminismo; ?el suyo es tambi¨¦n un punto de vista feminista? R. Yo adopto una actitud distante y cr¨ªtica en ocasiones con algunos sectores del movimiento feminista, donde la recuperaci¨®n de la mirada femenina se hace desde la v¨ªa del victimismo o s¨®lo para justificar que este despertar del que hablo ¨²nicamente pod¨ªa producirse en la actualidad y no en el pasado. ?sta es una idea evolucionista de la historia que rechazo.
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