Intervenci¨®n
Cuando en los restaurantes de lujo se le atraviesa a un cliente un hueso de fais¨¢n, siempre hay entre el p¨²blico un m¨¦dico dispuesto a hacerle la traqueotom¨ªa. A veces, en lugar de un m¨¦dico de verdad, aparece un psic¨®pata que lleva toda la vida buscando una coartada moral para rajarle la garganta a alguien sin riesgos penales. De modo que, al primer gesto de admiraci¨®n que provoca entre los comensales, suele seguir un adem¨¢n de espanto al observar que el loco no ha cortado por donde deb¨ªa con el cuchillo de trinchar pavos y el asfixiado, adem¨¢s de continuar con la respiraci¨®n obstruida, tiene ahora una hemorragia de sangre con burbujas en la que el demente, si antes no lo detiene el ma?tre, aplicar¨¢ unas servilletas empapadas en whisky, para que sufra m¨¢s.La OTAN es el m¨¦dico loco del restaurante de lujo que los EE UU tienen en Europa. La OTAN, con las manos llenas de misiles, se abri¨® paso entre los comensales para operar a vida o muerte, y en lugar de cortar por su sitio, cort¨® por lo sano, de forma que, sin mejorar la zona enferma, produjo da?os en la que funcionaba bien. De s¨²bito, los camareros y clientes de Clinton, que con tanta admiraci¨®n hab¨ªamos visto c¨®mo Solana tomaba su fusil, nos quedamos espantados por la hemorragia de un mill¨®n de personas que todav¨ªa vagan por Europa huyendo de los buenos y de los malos, porque si los malos violan a las mujeres, los buenos bombardean a los ni?os tras fotografiarse con ellos para la campa?a electoral.
Muchos clientes, sin atreverse a pedir el libro de reclamaciones por miedo a que les hagan tambi¨¦n la traqueotom¨ªa, han abandonado el restaurante. Por eso el Parlamento espa?ol apareci¨® vac¨ªo el d¨ªa en el que iban a explicar la intervenci¨®n quir¨²rgica. Lo que no hemos podido averiguar es si hab¨ªa m¨¢s psic¨®patas dentro o fuera.
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