Dikers debutan con un disco entre el "punk pop" y el rock m¨¢s sobrio

De tal palo tal astilla, suele decirse. Muchas veces la descendencia no contin¨²a la tradici¨®n familiar, aunque en el caso del grupo Dikers uno de sus integrantes s¨ª ha seguido los pasos del padre. Con s¨®lo 17 a?os, Iker Piedrafita, hijo del guitarrista de Barricada Alfredo Piedrafita, toca la guitarra, canta y compone en un cuarteto de estudiantes navarros que con su estreno discogr¨¢fico se ha revelado como la en¨¦sima encarnaci¨®n del binomio compuesto por distorsi¨®n y melod¨ªa. ?A qu¨¦ esperamos? (Dro) es el t¨ªtulo de un elep¨¦ que transpira punk pop potente como el del tr¨ªo californiano Green Day. En ocasiones, destila la inocencia de grupos como Fila India y la solvencia que se presupone a los veteranos, pero con esa cara amable, en¨¦rgica y vital conviven muestras de rock m¨¢s ¨¢spero y llano, e incluso n¨²meros de funk rock con aristas met¨¢licas. Ellos, lejos de sesudos an¨¢lisis, llaman a su m¨²sica "ropopunk". A lo largo de los 13 temas del disco y obligado por la s¨®lida instrumentaci¨®n entretejida por dos guitarras, bajo y bater¨ªa, el vocalista grita textos salpicados, en buena medida, de acn¨¦. As¨ª, en su repertorio tienen cabida amores plat¨®nicos y sana rebeld¨ªa adolescente, aunque dentro de su ideario tambi¨¦n encuentran hueco la incitaci¨®n a la insubordinaci¨®n militar y una clara disposici¨®n para advertir sobre lo perjudicial que resulta ver la televisi¨®n y para desaconsejar las celebraciones, tanto las militares como las religiosas. Como era de esperar, en la elaboraci¨®n de su deb¨² han colaborado Alfredo Piedrafita, con su guitarra, y su compa?ero Enrique Villarreal, El Drogas, que hace coros y es autor de los textos de tres canciones.