El Fundi puso de su parte

La corrida de Charro de Llen no puso mucho de su parte para que en M¨®stoles tuvieran una tarde completa, animada, repleta de torer¨ªa y emoci¨®n. Los toros flojearon en general y fueron perdiendo gas seg¨²n avanzaba la faena de muleta. Todos los toros fueron despachados con el habitual monopuyazo. Pero quien s¨ª puso de su parte, y le acompa?¨® la suerte, fue El Fundi, que termin¨® saliendo a hombros.El Fundi vino a torear a M¨®stoles en sustituci¨®n del anunciado Morante de la Puebla, que no pudo hacerlo por cogida. El parte m¨¦dico estaba puesto en las taquillas. El pron¨®stico es reservado.

El bravo torero de Fuenlabrada aprovech¨® el lote potable de la corrida y dio espect¨¢culo. Brill¨® en los tres tercios. Con el capote tore¨® por ver¨®nicas, galle¨® por chicuelinas y breg¨® con su aquel de ciencia propia. Los rehiletes los manej¨® con autoridad. Y la muleta no le fall¨® a la hora de templar a su primer toro de Bernardino Piriz, o para poderle al manso cuarto, que le present¨® dificultades.

El Fundi llev¨® largo por el pit¨®n derecho a su primer toro, en una faena de muleta en la que estuvo a gusto, y en la cual instrument¨® circulares y pases de pecho con su miaja de sal. Unos ayudados por bajo para rematar faena, fueron mandones y ajustados. Los momentos m¨¢s calientes de la tarde llegaron cuando El Fundi puso banderillas a su segundo: dos pares corri¨¦ndole hacia atr¨¢s al toro y un par al cambio rumboso, y al poner en suerte ante el picador al burel, en un galleo por chicuelinas de garbo y son que el p¨²blico aplaudi¨® mucho.

Uceda Leal en su primero poco pudo hacer. El toro claudic¨® en seguida. Intent¨® faena de cuidado y enfermer¨ªa, a media altura, pero aquello era in¨²til, cualquier tipo de faena. De ali?o y bajo m¨ªnimos. A su segundo lo recibi¨® con una larga cambiada y ver¨®nicas suaves por los dos pitones. El toro se parti¨®, al derrotar en los burladeros, el pit¨®n derecho, y, lo que son las cosas de la tauromaquia, fue por el lado donde algo pudo estirarse Uceda Leal. Lo hizo en redondos a media altura, que procur¨® componer y dar lustre. Y al final, en los pases de adorno postreros, consigui¨® un molinete y un farol de buen aire.

Eugenio de Mora despach¨® a su primero, manso y de agria embestida al rematar el muletazo, breve y expeditivo. Y en su segundo lleg¨® a dibujar un par de naturales estimables. No le falt¨® voluntad. Sin embargo el toro se apag¨® pronto y el trasteo termin¨® por diluirse. Hab¨ªa toreado los lances de saludo jugando bien los brazos, y llevado largo al toro. A la hora de entrar a matar, se le not¨® el esfuerzo hecho para superar el percance que hab¨ªa sufrido el 2 de mayo en Las Ventas, algo que le ocurri¨® al afrontar la hora suprema de la verdad. Siempre la m¨¢s dif¨ªcil, pues es el ¨²nico momento en el cual se le pierde la cara al toro. As¨ª se debe hacer para matar por arriba y en condiciones.

Ya lo dijimos al comienzo de esta cr¨®nica. El Fundi puso de su parte. El resultado fue que ser¨ªa sacado a hombros y llevado entre aplausos hasta el coche de cuadrillas.