Los aliados confirman que el ataque se debi¨® a un error de sus servicios de espionaje

Los aliados atribuyeron ayer a sus servicios de espionaje toda la responsabilidad del bombardeo, por error, de la Embajada de China en Belgrado. El Pent¨¢gono, la CIA (servicio secreto estadounidense) y la OTAN as¨ª lo admitieron ayer, aunque sin aclarar si ese error se debi¨® a la existencia de agentes dobles o simplemente a que sus esp¨ªas se dejaron intoxicar. Es decir, no se sabe si hubo mala fe o s¨®lo torpeza. El secretario de Defensa estadounidense, William Cohen, y el director de la CIA, George Tenet, publicaron una nota en la que afirman que el error no fue mec¨¢nico ni un fallo de ning¨²n piloto.

"Con toda claridad fue un fallo de informaci¨®n lo que llev¨® al error de incluir ese edificio entre los objetivos del d¨ªa", afirma la nota, asumida horas despu¨¦s tambi¨¦n por el portavoz civil de la OTAN, Jamie Shea. Cohen y Tenet reconocen que a esa equivocaci¨®n inicial se sum¨® otra posterior: el error no fue corregido en el proceso habitual que se sigue para confirmar la idoneidad de los objetivos seleccionados."La revisi¨®n de todo el proceso nos ha llevado a la conclusi¨®n de que fue un error que es poco probable que pueda volver a ocurrir", dice tambi¨¦n la nota de los m¨¢ximos responsables de la CIA y el Pent¨¢gono. La OTAN quiso ayer desmentir cualquier posibilidad de que el bombardeo de la Embajada no fuera en realidad un error, sino un ataque deliberado por la supuesta colaboraci¨®n entre las autoridades chinas y las serbias.

Pero el portavoz aliado no pudo aclarar en qu¨¦ consisti¨® el error cometido por sus esp¨ªas ("no lo sabemos exactamente", dijo Shea) y ni siquiera se comprometi¨® a hacerlo en el futuro.

Hay varias posibilidades. La primera es que los servicios de espionaje aliados -y m¨¢s concretamente la CIA estadounidense- pudieran haber sido intoxicados a la hora de recoger informaci¨®n sobre el terreno. Seg¨²n esta hip¨®tesis, los serbios habr¨ªan hecho creer a sus agentes que en las coordenadas citadas se encontraba la central de compras de armamento del Gobierno yugoslavo y, adicionalmente, un dep¨®sito de municiones, cuando en realidad all¨ª estaba la Embajada china. Estar¨ªamos ante un caso de manifiesta torpeza del espionaje aliado y de los responsables de verificar los objetivos programados.

La otra posibilidad es que la informaci¨®n haya sido facilitada por un agente doble, de manera que la Alianza se enfrentar¨ªa a la presencia de un esp¨ªa serbio entre la n¨®mina de confidentes propios. En ese caso es posible que el agente doble haya sido ya identificado por los aliados, que se muestran absolutamente opacos sobre los detalles de este asunto. "No sabemos cu¨¢l de las dos hip¨®tesis es buena. Quiz¨¢ el Pent¨¢gono ya lo sepa, pero a m¨ª desde luego no me lo ha dicho ni creo que me lo diga", ironiz¨® Shea fuera de micr¨®fono.

La hip¨®tesis de la mala fe frente a la de la torpeza cobra m¨¢s cuerpo si se analiza el momento pol¨ªtico en que ha ocurrido el bombardeo a la Embajada china: justo despu¨¦s de que los aliados alcanzaran un acuerdo con Rusia y justo antes de que el canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, visite Pek¨ªn. Un viaje en el que, entre otros asuntos, debe asegurarse de que China no bloquee con su derecho de veto la resoluci¨®n que debe emanar del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para poner en marcha los acuerdos con Rusia. Es una casualidad demasiado grande, demasiado inoportuna, como para pensar que no haya habido realmente algo mucho m¨¢s que mero azar en este asunto.

El secretario general de la OTAN, Javier Solana, dijo ayer que todav¨ªa no era hora de forzar destituciones por este asunto.