El carril bus-VAO reduce en un tercio los coches con un solo ocupante en la N-VI
El carril central de la carretera de A Coru?a, reservado para autobuses y veh¨ªculos privados con dos o m¨¢s ocupantes, garantiza a sus usuarios un notable ahorro de tiempo. El trayecto entre el municipio de Las Rozas y la Puerta de Hierro, a la entrada de Madrid, tarda en cubrirse, a las ocho de la ma?ana, una media de 36 minutos por los carriles convencionales y algo menos de 25 minutos por el carril bus-VAO. Esta circunstancia ha propiciado un cambio de h¨¢bitos: en 1991, el 70% de los coches s¨®lo llevaban un ocupante; ese porcentaje ha descendido ahora al 47%.
El bus-VAO, una soluci¨®n muy cuestionada en sectores conservadores cuando entr¨® en funcionamiento (1995), marcha bastante bien. As¨ª se refleja en el estudio "El sistema de transportes y las infraestructuras", de ?ngel Aparicio, ingeniero de Caminos en la Polit¨¦cnica, que aparece en el ¨²ltimo n¨²mero de Papeles de Econom¨ªa Espa?ola. Aparicio, que trabaj¨® en Obras P¨²blicas en la etapa socialista, se sorprende de que la f¨®rmula no se haya reproducido en otras autov¨ªas, y apunta, cr¨ªtico: "Esta calzada se ha convertido en un elemento de singularidad, incoherente dentro del conjunto del sistema metropolitano".A las siete de la ma?ana, cuando el trasiego de veh¨ªculos hacia Madrid a¨²n es reducido, el automovilista que toma el bus-VAO en Las Rozas vislumbra la Puerta de Hierro 13 minutos despu¨¦s, frente a los 14 minutos y 36 segundos que se invierten por la calzada convencional. Las diferencias se agrandan una hora despu¨¦s: frente a los 24 minutos y 28 segundos que consume el primero hasta alcanzar la metr¨®poli, el segundo ha de conducir 11 minutos y 37 segundos m¨¢s. A las nueve de la ma?ana se reducen algo los tiempos, pero el primer automovilista sigue llegando antes.
El estudio evidencia una modificaci¨®n en los h¨¢bitos. En 1991, con el bus-VAO a¨²n como proyecto, siete de cada 10 conductores recorr¨ªan la A-6 sin acompa?antes. Ahora, esa proporci¨®n se ha reducido al 47%. Los automovilistas solitarios ya no son el prototipo de usuario: los que tienen un compa?ero de viaje alcanzan el 49%, el porcentaje m¨¢s elevado de toda la historia. El 4% restante queda para los coches con tres o m¨¢s ocupantes.
Ocupaci¨®n media
Entre unas cosas y otras, la ocupaci¨®n media de los veh¨ªculos privados ha pasado de 1,36 (1991) a 1,61. Si todo hubiera seguido igual, en la actualidad habr¨ªa un 18% m¨¢s de veh¨ªculos en la carretera que hace ocho a?os, con lo que la ampliaci¨®n convencional de un carril en cada sentido ya estar¨ªa dando s¨ªntomas de congesti¨®n.A este cambio de h¨¢bitos ha contribuido menos de lo esperado el Centro de Viaje Compartido, una iniciativa promovida por la Universidad Polit¨¦cnica para poner en contacto a particulares dispuestos a compartir coche. S¨®lo el 20% de los que se apuntan llegan a encontrar pareja de viaje, informa Juan Franc¨¦s. "La gente cree que esto es como casarse. Les da miedo comprometerse con otra persona para compartir coche y gastos", explic¨® el organizador de la iniciativa.
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