"El Estado me lo dio y me lo quitan los bancos"
La propuesta del Ministerio de Econom¨ªa de liberalizar las tasas de los servicios de notar¨ªa para abaratar los costes de la vivienda y contener la inflaci¨®n ha puesto en pie de guerra a los notarios. La medida puede tener efectos muy negativos sobre el empleo del sector, tal como han puesto de manifiesto los trabajadores. Este aspecto y otros de calado m¨¢s jur¨ªdico son los que han llevado a destacados notarios a iniciar una reflexi¨®n p¨²blica sobre el verdadero significado de las medidas del Gobierno. Descendiente de magistrados, Jos¨¦ F¨¦lix Belloch, (Valencia, 1945), hijo del gobernador de Barcelona durante la transici¨®n, notario en Calaf, Ronda y decano de los notarios catalanes, ha entrado con fuerza en el debate. Dir¨ªa de este notario vehemente que su mayor enemigo es la trivialidad y que las infinitas, insignificantes exigencias del mundo exterior suelen provocarle tal violencia interior que le somete a un estado compulsivo de actuar, de estar haciendo algo, contra esto y aquello (sic Unamuno). Para Belloch, este Gobierno, a trav¨¦s del Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda, se ha propuesto como meta abrir la competencia entre notarios y corredores (entre escritura y p¨®liza) en materia de pr¨¦stamos hipotecarios y tambi¨¦n, seguramente, en operaciones societarias y transmisiones sujetas al IVA. "Para nosotros", explica, "este inadmisible art¨ªculo 318 de la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil viene a ser un pu?etazo m¨¢s al h¨ªgado del notariado. Como decano, tengo la obligaci¨®n de defender que los intereses leg¨ªtimos de esta profesi¨®n sean compatibles con el inter¨¦s general". En su opini¨®n, ninguna profesi¨®n se justifica m¨¢s que "en funci¨®n de la utilidad social que presta y en la seguridad de que cualquier otra alternativa ser¨ªa menos eficaz y m¨¢s cara". Dif¨ªcil explicarse c¨®mo un progresista de izquierdas gan¨® las elecciones al decanato por una amplia mayor¨ªa de votantes tradicionalmente conservadores. Quiz¨¢ tendr¨¢ raz¨®n cuando dice que la profesi¨®n se ha modernizado. "Por decir una verdad provocativa y lo digo as¨ª de claro: nosotros estamos dispuestos a que el pueblo, a trav¨¦s de su leg¨ªtima representaci¨®n, que son las Cortes, nos enjuicie. Pero a lo que no estamos dispuestos es a doblegarnos ante los grandes operadores econ¨®micos de ahora". Y precisa: "En esta sociedad de hipertrofia legislativa, algunos dicen que nos encontramos en una crisis de las ideolog¨ªas. Pero estos son los fascistas. La verdadera crisis es la de las utop¨ªas. Lo cierto es que la ¨¦tica ha dejado de existir. S¨®lo existe qu¨¦ es legal y qu¨¦ es no legal". Del discurso de Belloch se me antoja concluir que la seguridad jur¨ªdica es la base de los derechos de la persona al propio tiempo que es la seguridad econ¨®mica. El decano es contundente: "Que nuestra intervenci¨®n no dependa del Estado, sino de un agente econ¨®mico, es un disparate. Se trata de la definici¨®n del precio como ¨²nico valor que funcione en la sociedad. S¨®lo hay un valor: la incidencia que los costos tienen en el proceso general inflacionista. Por lo tanto, quien hace justicia no es el Estado, no son los ciudadanos, no son los representantes legales: s¨®lo hace justicia el mercado". Lo que no puede soportar es que el Gobierno del Partido Popular impida este debate para hacer desaparecer una profesi¨®n milenaria a trav¨¦s de normas y decretos. "Somos un m¨¦dico de cabecera jur¨ªdico. No puedo visitar en cinco minutos", afirma. ?Entonces qu¨¦ va a pasar con usted, con ustedes, los notarios? "Pues que acabar¨¦ siendo un pu?etero s¨²bdito de los grandes poderes econ¨®micos. Y, ?c¨®mo podr¨¦ asesorar con imparcialidad? Ser¨¦ un puto s¨²bdito de quien me da de comer. Y, perdona, serlo del Parlamento significa que lo soy del pueblo y eso ya me est¨¢ bien. Y si ese Parlamento me extermina, pues bien, porque es el pueblo. Pero que me extermine el gran operador econ¨®mico es una degradaci¨®n. El Estado me lo dio y me lo quitan los bancos...". Este hombre tiene un car¨¢cter fuerte, col¨¦rico incluso como un amante de su profesi¨®n traicionado. Pero, pol¨ªticamente, prudente. Cree que "en la actualidad no hay ning¨²n notario serio y coherente que no sea socialdem¨®crata. Los que siguen de derechas es que no se han enterado". Nost¨¢lgicos del fascismo franquista, digo yo... A lo que me interrumpe con su voz desgarrada: "?Franco? Este hombre no era fascista. Incluso el fascismo era demasiado moderno para ¨¦l. Su r¨¦gimen fue de un corporativismo fascistoide que tuvo que fusilar para mantenerse. Franco era antidiluviano". A los pocos meses de dirigir el decanato notarial, ha tomado medidas innovadoras, revolucionarias: un pacto con la Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios (OCU) derivado de su profundo respeto por los derechos del ciudadano, del consumidor, "para no olvidarnos del usuario. Para defender al usuario de esta gigantesca m¨¢quina de poder". En estos momentos, inicia una campa?a entre los de su profesi¨®n con la finalidad de utilizar el catal¨¢n para los documentos notariales. "Vivimos en una sociedad catalana que est¨¢ decidida por un camino u otro a reconstruir su identidad. Y esa identidad ?cu¨¢l es? ?Los catalanes somos seres superiores y los dem¨¢s inferiores? No. ?Qu¨¦ necesitamos ocho apellidos catalanes para ser catalanes? Tampoco. En mi caso, pienso sencillamente que es evidente que un funcionario p¨²blico sirve a una sociedad que no est¨¢ dispuesta a renunciar a su identidad. El derecho al individuo a expresarse en sus documentos ¨ªntimos es inalienable. Quien no acepte este principio, debe irse. ?ste es un pa¨ªs enfermizamente sentimental. Un pa¨ªs mediterr¨¢neo; un pa¨ªs de cruces de razas". A pesar de todo, Belloch no pierde su sentido del humor: "Este cuerpo aguantar¨¢ a un porcentaje de tontos, pero nunca a ning¨²n sinverg¨¹enza".
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