Obras sin brillo en medio del 'boom' urban¨ªstico
Los primeros cuatro a?os del PP en Alicante agotan el suelo para vivienda libre mientras s¨®lo se cumple la mitad del programa electoral.
El primer Gobierno conservador de Alicante desde la transici¨®n termina su mandato con el sabor agridulce de haber vivido cuatro a?os de boom econ¨®mico y urban¨ªstico sin haber cumplido m¨¢s que el 50% de su programa electoral. El PP se encontr¨® con una ciudad en transformaci¨®n que buscaba un lugar en el mundo y un ambicioso proyecto en marcha para recuperar la zona portuaria para disfrute ciudadano. Un plan de desarrollo supramunicipal, bautizado como Tri¨¢ngulo Alicante-Elche-Santa Pola, pretend¨ªa convertir el ¨¢rea metropolitana alicantina en una de las zonas m¨¢s pr¨®speras, productivas y ordenadas de Europa. Se qued¨® en papel mojado.El alcalde y aspirante a la reelecci¨®n Luis D¨ªaz Alperi, un empresario de 53 a?os condenado durante este mandato por los tribunales por no pagar un pr¨¦stamo bancario, asumi¨® el poder con el compromiso de ejecutar 50 propuestas urgentes para poner en orden la ciudad.
No han salido de los papeles ni el Palacio de Congresos, insignia del programa electoral popular, ni la nueva estaci¨®n de autobuses, ni el plan de aparcamientos ni el proyecto estrella: el parque tem¨¢tico de la Ciudad de la Luz, unas instalaciones l¨²dicas que auspici¨® la Generalitat valenciana para compensar la construcci¨®n en Benidorm de Terra M¨ªtica. Parad¨®jicamente la obra m¨¢s importante, a punto de concluir, no estaba planificada, fue promovida por la Administraci¨®n auton¨®mica, tambi¨¦n del PP, y adem¨¢s es de las que causan un sinf¨ªn de molestias a vecinos y comerciantes sin acarrear ni un punto de lucimiento para los pol¨ªticos. Las inundaciones que sufri¨® Alicante el 30 de septiembre de 1997, en las que cinco personas perdieron la vida, obligaron a dar prioridad a un plan urgente contra las avenidas, con una inversi¨®n cercana a los 7.000 millones de pesetas. Eso s¨ª, todos coinciden en que estos trabajos son absolutamente imprescindibles contra la temida gota fr¨ªo de cada oto?o. Si algo ha cambiado radicalmente en estos cuatro a?os ha sido la pol¨ªtica urban¨ªstica. El casco antiguo agoniza mientras la construcci¨®n de viviendas de precio libre ha experimentado un incremento formidable, hasta el punto de que se ha agotado el suelo disponible y ya se han iniciado los tr¨¢mites para recalificar 20 millones de metros cuadrados al sur de la ciudad para atender la demanda de los constructores.
Los grandes planes de actuaci¨®n urban¨ªstica, bloqueados en la etapa de gobierno socialista, est¨¢n en marcha. Se han programado m¨¢s de 20.000 nuevas viviendas y dos nuevos hipermercados, aprobados en medio de una agria pol¨¦mica entre el gobierno local, la oposici¨®n y el colectivo de peque?os y medianos comerciantes de la ciudad.
Mientras los intereses p¨²blicos y privados se confund¨ªan en la vor¨¢gine urban¨ªstica, los grupos pol¨ªticos exhib¨ªan su fragilidad. El concejal Pedro Romero, ex tesorero provincial del PP, se ali¨® con la oposici¨®n e hizo que sus compa?eros perdieran una votaci¨®n de calado en uno de los primeros plenos. Luego acu?¨® una frase que sent¨® la c¨¢tedra del mandato municipal. "Alicante tiene 14 alcaldes", dijo en referencia al n¨²mero de ediles del PP (los socialistas tienen 10 y tres Esquerra Unida-IU). El partido, lejos de castigar su indisciplina, le design¨® portavoz del grupo en sustituci¨®n de la ¨²nica mujer del grupo, Maribel D¨ªez de la Lastra, especialmente cr¨ªtica con Romero. Alicante se convert¨ªa as¨ª en la ¨²nica capital espa?ola sin mujeres en su gobierno municipal.
Mientras una investigaci¨®n judicial devolv¨ªa el protagonismo al alcalde, el socialista ?ngel Luna, jefe de la oposici¨®n, abandonaba su dilatada carrera pol¨ªtica y dejaba a su grupo sumido en una crisis de la que no ha levantado cabeza. Ahora recoge el testigo Jos¨¦ Antonio Pina, profesor de Geolog¨ªa de la Universidad de Alicante.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.