"Diecinueve naciones votando hacen muy dif¨ªcil una campa?a"
El jefe de la Fuerza A¨¦rea de la OTAN sostiene que, a pesar de los ¨¦xitos que la aviaci¨®n aliada est¨¢ teniendo sobre las fuerzas serbias en Kosovo, la Alianza necesita reanudar sus ataques contra la direcci¨®n pol¨ªtica yugoslava en Belgrado para obligar al presidente Slobodan Milosevic a ceder a las exigencias de la OTAN.En su primera entrevista desde que comenz¨® el conflicto, el teniente general norteamericano Michael Short, de 55 a?os, revela que la Alianza ha aumentado sus ataques en Kosovo, incluido un espectacular bombardeo a¨¦reo diurno de los B-52 contra las tropas serbias. Pero tambi¨¦n insiste en que la OTAN debe mantener sus ataques sobre Belgrado, sin hacer caso a los cr¨ªticos que dicen que los aliados deber¨ªan contenerse para evitar errores como el bombardeo de la Embajada china.
Usando la jerga con la que la Alianza identifica al comandante supremo, el general Wesley Clark, Short dice: "Al tiempo que ejecuto la prioridad del n¨²mero uno de Saceur, destruir al Ej¨¦rcito en Kosovo, necesito atacar a la jefatura pol¨ªtica y a la gente que rodea a Milosevic para obligarles a cambiar de conducta en Kosovo y que acepten los t¨¦rminos que la OTAN ha dejado sobre la mesa".
El general Short se cuida mucho de criticar a los diplom¨¢ticos de la OTAN, pero hace notar que la campa?a a¨¦rea gradual que han aprobado va contra su instinto de piloto. La doctrina de la fuerza ¨¢rea pide que desde el principio se ataquen los ministerios, las televisiones, las plantas el¨¦ctricas y los centros de mando. Pero a los militares les cost¨® semanas que se aprobara el bombardeo de "objetivos de mando", las instituciones que Milosevic emplea para dirigir el pa¨ªs y que le son capitales para mantener el poder.
"Los pilotos hubiesen querido ir contra esos objetivos desde la primera noche y as¨ª haber enviado una clara se?al de que est¨¢bamos dispuestos a combatir en serio desde el mism¨ªsimo principio, que no ¨ªbamos a ir gradualmente, que no ¨ªbamos a tantear tal cosa y ver qu¨¦ pasaba o que no ¨ªbamos a tantear tal otra y ver qu¨¦ pasaba", dice Short.
"El modo en que actuamos durante las dos primera noches en Bagdad fue directo al coraz¨®n del problema", a?ade, en referencia a la guerra del Golfo, en 1991. "Enviamos a Sadam una clara se?al de que ¨ªbamos al coraz¨®n de su sistema. [Ahora] diecinueve naciones votando, presiones de unos y otros, hace muy, muy dif¨ªcil conseguir eso".
Muchos mandos militares est¨¢n de acuerdo en privado con estas palabras, y el general Klaus Naumann, el militar alem¨¢n que recientemente dej¨® la jefatura del Comit¨¦ Militar de la OTAN, dijo que la Alianza deber¨ªa negarse a sacrificar los principios militares de sorpresa y fuerza decisiva en nombre del consenso.
Trabajando discretamente, este hijo de militar, que pilot¨® cazas en la guerra de Vietnam y F-15 en la guerra del Golfo, est¨¢ tratando de conseguir algo que nunca se ha hecho hasta ahora: ganar una guerra s¨®lo desde el aire. ?l es un entusiasta defensor del valor de la fuerza a¨¦rea y tiene algo muy personal en juego en este conflicto: su hijo pilota un A-10 sobre Kosovo. Despu¨¦s de que Yugoslavia violara el acuerdo sobre limitaci¨®n de fuerzas serbias en Kosovo y la OTAN comenzara su campa?a a¨¦rea para obligar a Milosevic a retirar esas fuerzas y a aceptar otras exigencias aliadas, el general se encontr¨® con muchas limitaciones. Durante la guerra del Golfo, los generales de la fuerza a¨¦rea ten¨ªan mucha m¨¢s autoridad para planificar y ejecutar los bombardeos. Tambi¨¦n ten¨ªan l¨ªnea directa con el general Norman Schwarzkopf, el jefe aliado.
El general Short reconoce que, aun siendo el m¨¢ximo jefe de la guerra en el aire, es m¨¢s alguien que ejecuta una estrategia pol¨ªtico-militar dise?ada en Bruselas que el arquitecto de tal estrategia. "Soy m¨¢s quien cumple que quien planea la campa?a a¨¦rea", dice.
Y tampoco habla directamente con el general Clark. Conforme a la compleja estructura de mando de la OTAN, el general Short informa al almirante de la flota de EEUU con base en N¨¢poles, James Ellis, el comandante de las fuerzas aliadas en el sur de Europa, quien, a su vez, habla con Clark. "Creo que eso explica un poco mi colocaci¨®n, si as¨ª se puede decir, en esta campa?a a¨¦rea", dice.
Hay muchas otras dificultades que han convertido lo que se pretend¨ªa que fuera una breve demostraci¨®n de fuerza en una trituradora guerra de desgaste. Sin tropas en tierra a los pilotos de la OTAN les cuesta identificar sus objetivos. "Yo no dir¨ªa que eso me afecta", dice el general Short. "Pero me gustar¨ªa que hubiera un comandante en tierra que le dijera a mi hijo en su A-10: "Les tengo atrincherados a 500 metros por delante. Puedo ver carros de combate. Puedo ver la artiller¨ªa. Puedo ver una concentraci¨®n de tropas al otro lado de ese pueblo".
Los refugiados que huyen y la preocupaci¨®n de la Alianza por evitar bajas civiles se han convertido en un problema m¨¢s. Despu¨¦s de que los F-16 americanos bombardearan por error a refugiados albaneses que estaban entremezclados con un convoy serbio, el general Short dio orden de que los pilotos contactaran con sus mandos en el centro de mando de Vicenza si no estaban seguros del objetivo a atacar.
"Emit¨ª una orden: si est¨¢s en un ¨¢rea objetivo y no est¨¢s seguro, ll¨¢mame y te dir¨¦ si tienes que lanzar a no", dice. "Ll¨¢mame y descr¨ªbeme el pueblo y dime, "jefe, veo un pueblo y veo carros de combate junto a las casas del pueblo. ?Qu¨¦ quiere que haga?". Y lo les dir¨¦: "D¨ªgales que ataquen los carros". Y si, por error, dan a la casa, es responsabilidad m¨ªa".
"Tengo que liberar al piloto de esa carga", a?ade. "Est¨¢n ah¨ª arriba, yendo a 650 o a 800 kil¨®metros por hora, con la gente dispar¨¢ndoles. No necesitan m¨¢s responsabilidad del tipo "?qu¨¦ pasar¨¢ si fallo con ese carro? ?Tendr¨¦ problemas?".
Los expertos en cuestiones militares discrepan sobre la utilidad de la fuerza a¨¦rea y c¨®mo deber¨ªa ser usada. Mientras los militares del Ej¨¦rcito del Aire creen que el mejor modo de conseguir la victoria es llevar la guerra desde el principio contra la jefatura pol¨ªtica del enemigo, en Tierra son esc¨¦pticos con esa estrategia y subrayan la necesidad de atacar a las tropas enemigas en tierra, cortar sus v¨ªas de aprovisionamiento y comunicaciones y debilitarlas para el caso de que haya una guerra en tierra.
Los diplom¨¢ticos, por su parte, desean que la guerra termine, pero temen que haya bajas civiles. Dadas las limitaciones pol¨ªticas, muchos militares de la Fuerza A¨¦rea insisten en que la campa?a de Kosovo no da una verdadera idea de lo que se puede conseguir desde el aire. Desde luego, muchas de las decisiones sobre los bombardeos no corresponden al general Short. Algunos objetivos pol¨ªticos todav¨ªa le est¨¢n vedados. La preocupaci¨®n con las bajas civiles ha impedido que la Alianza atacara algunos centros de comunicaci¨®n. No se puede atacar objetivos militares en Montenegro sin complicadas consultas pol¨ªticas.
El general Short se?ala que va a incrementar sus ataques contra las tropas serbias en Kosovo, pero lo que m¨¢s tiene en mente es atacar directamente al Gobierno de Milosevic. Aunque la OTAN no lucha contra el pueblo serbio, el general conf¨ªa en que el malestar de los yugoslavos acabe por socavar a las autoridades de Belgrado: "Creo que si no hay electricidad para el frigor¨ªfico, gas para la cocina, no puedes ir al trabajo porque han hundido el puente y est¨¢s todo el tiempo pensando en los objetivos que pueda haber, llegar¨¢ el momento en que dir¨¢s que hay que acabar con eso".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.