Jugando con fuego

LA AGENCIA Tributaria, de la que es directo responsable el secretario de Estado de Hacienda, Juan Costa, est¨¢ transmitiendo d¨ªa a d¨ªa a los contribuyentes una sensaci¨®n de desorden y caos creciente, impropia de una instituci¨®n del Estado encargada de recaudar los impuestos, que en una democracia debe regirse por los principios de equidad y confidencialidad.Es una negligencia grave de sus gestores que se mantenga una pugna interna permanente de los responsables pol¨ªticos de la Agencia con los inspectores; m¨¢s a¨²n en periodo de declaraci¨®n de la renta. Los ciudadanos tienen derecho a preguntarse qu¨¦ fiabilidad tiene la instituci¨®n que les pide cumplir con sus deberes si sus directivos y funcionarios andan siempre a la gre?a, con cambios permanentes en los puestos de responsabilidad, desacuerdos profundos y p¨²blicos sobre la estrategia de lucha contra el fraude y acusaciones de politizaci¨®n de la Agencia. Ante el esc¨¢ndalo de Huguet y Aguiar, los inspectores coinciden con la opini¨®n p¨²blica en denunciar la incapacidad de Hacienda para transmitir confianza en la profesionalidad de quienes manejan la informaci¨®n fiscal.

Desde la Agencia se anuncia la puesta en marcha de grandes planes para facilitar la declaraci¨®n del IRPF por tel¨¦fono que despu¨¦s son incapaces de cumplir, sin que se facilite ninguna explicaci¨®n a los afectados. Y un incidente tan grave como el intento de robo en la sede de la Oficina Nacional de Inspecci¨®n de Barcelona (ONI) se zanja con un breve comunicado en el que se asegura que los expedientes de Aguiar y Huguet no estaban en esa oficina, como si el resto de contribuyentes no tuviera derecho a una explicaci¨®n.

Otro acontecimiento de extrema gravedad es la filtraci¨®n de los expedientes fiscales de Mayte Arqu¨¦, candidata del PSC a la alcald¨ªa de Badalona, y de Agust¨ªn Conde, alcalde de Toledo y candidato a la presidencia de Castilla-La Mancha por el PP. ?C¨®mo es posible que sus expedientes se filtren a la prensa sin que se abra autom¨¢ticamente una investigaci¨®n a fondo y se sancione a los responsables? ?Acaso puede navegar cualquiera por el ordenador de Hacienda sin dejar rastro? Las relaciones con Hacienda son confidenciales y deben estar protegidas por el contrato de confianza de los contribuyentes con el Estado, que est¨¢ obligado a garantizar la privacidad. Desde la escandalosa manipulaci¨®n que hizo este Gobierno a cuenta de los 200.000 millones perdonados en la etapa socialista ha habido un sospechoso tr¨¢fico de expedientes fiscales. Si los gestores pol¨ªticos no ponen fin al desorden end¨¦mico de la Agencia, y prefieren mirar para otro lado, estar¨¢n socavando la base de todo el sistema tributario, que no es otra que la confianza de los contribuyentes.