Plagios
JOS? MANUEL ALONSO "El director de una editorial est¨¢ aliado con una serie de escritores veteranos ausentes de ideas pero que mantienen un estilo literario muy del gusto de un amplio sector social. El editor sabe que esos escritores venden a poco que se promocione su obra. Y los escritores saben que la oportunidad que les queda de mantener su estatus es continuar una farsa que se inicia apropi¨¢ndose el editor de las ideas que le suministran j¨®venes escritores que env¨ªan sus originales a esa editorial con la esperanza de que se los publiquen, originales que el editor regala a los escritores veteranos. El detonante de la situaci¨®n llega porque uno de los escritores veteranos se arrepiente de sus acciones -cuando tiene una idea original y el editor se la rechaza- y est¨¢ dispuesto a descubrir toda la trama del plagio. Para ello, se al¨ªa con un joven escritor, autor del ¨²ltimo manuscrito que le ha pasado el editor, y, junto a ¨¦l, reestructura el texto de forma acr¨®stica, con la primera letra de cada p¨¢rrafo del libro. En el transcurso de una gran fiesta para la presentaci¨®n de la obra, el escritor veterano y el joven descubren el enga?o". Todo esto es una copia y una pura ficci¨®n que puede confundirse con la realidad, porque esto del plagio es algo que salta a los medios de comunicaci¨®n de vez en cuando y se extiende en otras derivaciones m¨¢s an¨®nimas; por ejemplo, la de esos profesores que hacen libros a costa del trabajo de sus alumnos. Doy fe de que esa trama de ficci¨®n que he recogido es el esquema de un posible gui¨®n realizado hace m¨¢s de un a?o por un experto en historias televisivas, Juanjo Romano, de Pausoka; una historia que parece calcada de la realidad de estos d¨ªas por la demanda cursada contra Cela por presunto plagio de una novela premiada. Y es que suele ocurrir que cuanto m¨¢s y mejor conocemos la realidad, mayor sentido cobra la ficci¨®n convertida en una descripci¨®n oblicua o una met¨¢fora o una copia de otra realidad. De eso estoy seguro, pero de lo que no podemos estar tan seguros es de la realidad misma, porque, en realidad, de la realidad no sabemos casi nada.
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