El caso del 'enfermero de la muerte' destapa en Brasil una red ilegal de tr¨¢fico de ¨®rganos
El ministro de Justicia ordena investigar la relaci¨®n entre funerarias y hospitales p¨²blicos
La detenci¨®n de Edson Izidoro Guimaraes, el enfermero de la muerte sospechoso de haber acabado con la vida de 131 pacientes en el Hospital Salgado Filho de R¨ªo de Janeiro, no s¨®lo ha revelado una macabra trama de venta de cad¨¢veres a las funerarias brasile?as. La Polic¨ªa tiene evidencias de que la red tambi¨¦n opera en el lucrativo negocio del tr¨¢fico de ¨®rganos. En vista de que no parece tratarse de un suceso aislado, el ministro de Justicia brasile?o, Ren¨¢n Calheiros, ha tomado cartas en el asunto y ha ordenado a la Polic¨ªa Federal una investigaci¨®n a fondo.
Los familiares de al menos cuatro pacientes fallecidos en el hospital en los ¨²ltimos a?os han declarado a la Polic¨ªa que los cad¨¢veres de sus allegados "presentaban signos de extracci¨®n de ¨®rganos". Uno de ellos, Antonio Barbosa, asegura que el cuerpo de su madre, fallecida en el hospital el 19 de julio de 1996, en teor¨ªa a causa de un infarto, ten¨ªa extra¨ªdas las c¨®rneas sin que ning¨²n familiar lo hubiera consentido.La confesi¨®n del enfermero detenido ha puesto en evidencia las connivencias de ciertos m¨¦dicos y funcionarios de hospitales con las agencias funerarias. El secretario de Seguridad P¨²blica de R¨ªo, coronel Josias Quintal, ha declarado que el caso de Edson "no es m¨¢s que el hilo de una complicada madeja" de las mafias funerarias que en los hospitales p¨²blicos corrompen a los enfermeros redonde¨¢ndoles el sueldo.
Guimaraes se ha confesado culpable de s¨®lo cinco de las muertes, y ha contado con pelos y se?ales los m¨¦todos usados para acelerar la muerte de los enfermos a su cargo: asfixia por desconexi¨®n de la m¨¢scara de ox¨ªgeno, o una inyecci¨®n con 20 miligramos de clorato de potasio. El enfermero ha declarado que escog¨ªa sobre todo a los m¨¢s ancianos, a los enfermos de sida y a los tuberculosos, pero "nunca a los ni?os".
Seg¨²n el ministro Calheiros, "existen centenares de denuncias sobre la actuaci¨®n de las funerarias en los hospitales p¨²blicos". El Hospital P¨²blico Salgado Filhio es el tercero m¨¢s grande de R¨ªo de Janeiro. Guimaraes, de 42 a?os, es un ex polic¨ªa militar, casado y padre de un hijo de diez a?os, y con fama de funcionario ejemplar. Los 131 enfermos de cuya muerte est¨¢ acusado fueron atendidos en su planta entre el 1 de enero y el 4 de mayo, d¨ªa en que fue detenido. Pero las investigaciones est¨¢n revelando en el mismo hospital casos sospechosos muy anteriores. Guimaraes ha confesado a la polic¨ªa que recib¨ªa de las funerarias 8.000 pesetas por difunto, y 80.000 si se trataba de accidentes de tr¨¢fico. Ha afirmado que lo hac¨ªa para aliviarles el dolor y que siempre ped¨ªa a Dios que les premiase en el cielo. El enfermero se ha declarado cat¨®lico practicante.
En el pa¨ªs se ha desatado una comprensible psicosis colectiva. Los familiares no quieren dejar ni un segundo solos a sus enfermos graves en sus lechos del hospital y en la calle los enfermeros no pueden salir con la bata blanca por miedo a ser acosados.
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