JAUME FUNES PROFESOR DE EDUCACI?N SOCIAL "En las drogas, la abstinencia no siempre es la soluci¨®n"
Jaume Funes (Calatayud, Zaragoza, 1947) es un experto nacional en los temas relacionados con la adolescencia, aunque ha profundizado de manera espec¨ªfica en el fen¨®meno de la droga y su incidencia en este segmento de la poblaci¨®n. Autor del libro Drogas y adolescentes, Funes es profesor de Educaci¨®n Social en la Escuela Ram¨®n Llull, en Barcelona, donde tambi¨¦n ejerce como orientador e instructor de educadores de calle. El pasado viernes imparti¨® en San Sebasti¨¢n un curso de formaci¨®n para profesionales que trabajan en Guip¨²zcoa con j¨®venes desarraigados y problem¨¢ticos. Pregunta. ?Por qu¨¦ dice usted que los adolescentes son la suma de todos los hombres del tiempo? Respuesta. Esta afirmaci¨®n es un atrevimiento, pero responde al car¨¢cter impredicible de estas personas, que manifiestan reacciones que son muy dif¨ªciles de adivinar. Quiero hacer ver con este s¨ªmil que los adolescentes no se caracterizan por su estabilidad, puesto que viven un estadio emocional muy intenso y, en consecuencia, no es posible nunca mantener con ellos relaciones uniformes. P. ?Se puede establecer un perfil del adolescente actual? R. El adolescente actual es adolescente por obligaci¨®n. Es una fase de la vida en la que conviven con la preocupaci¨®n de "cu¨¢ndo demonios acaba esta especie de estado en el que no pintamos nada". Eso les marca negativamente porque los adolescentes no siempre quisieran serlo y tambi¨¦n positivamente porque les permite desconectar de todo y vivir sin obligaciones. Otra caracter¨ªstica es que est¨¢n m¨¢s condicionados por los medios de comunicaci¨®n que los adultos, lo que genera en ellos comportamientos m¨¢s uniformados. Tambi¨¦n se rebelan de forma diferente porque han hecho la revoluci¨®n de noche, no de d¨ªa, aunque sigue siendo una poblaci¨®n contestaria e inconformista. Por ¨²ltimo, es un grupo sujeto a imperativos sociales, como la obligaci¨®n de ir a la escuela o no poder trabajar. P. ?Qu¨¦ factores de riesgo que conducen al consumo de drogas se producen durante este periodo vital? R. No hay ninguna causa que induzca a la droga. No hay. El quiera hacer estudios causales para prevenir las consecuencias no va a llegar a ning¨²n lado. Estamos hablando de colectivos muy diferentes que hacen usos muy diversos de la droga. Ahora, las conductas de riesgo en relaci¨®n con la droga son diversas. Es inherente a la adolescencia el tentar a la suerte, probar los l¨ªmites, tener ese pensamiento m¨¢gico de que a m¨ª no me pasar¨¢, pensar que por una vez no ocurre nada... P. Si no existe una relaci¨®n causa-efecto, ?las medidas de prevenci¨®n son est¨¦riles? R. Las medidas de prevenci¨®n tal y como se dise?an ahora tienen muy poca validez; s¨ª tienen la simbolog¨ªa de creer que se hacen cosas. La mayor¨ªa de las medidas preventivas son inespec¨ªficas, y est¨¢n muy poco asociadas directamente a las drogas. En cambio, las medidas espec¨ªficas se orientan m¨¢s a ayudar al adolescente a gestionar los riesgos, a reducir los da?os por un uso inadecuado, a la adquisici¨®n del control, el conocimiento del mundo de las drogas y a estar rodeado de personas que le ayuden a superar una mala experiencia. ?stas son medidas espec¨ªficas que no se basan en la idea de decir que las drogas son malas, ni en esl¨®ganes como "Las drogas lejos" o "Las drogas no". La prevenci¨®n espec¨ªfica opta por otros mensajes: las drogas no son necesarias para vivir; si las usas, mejor que lo hagas con moderaci¨®n, y si tienes determinadas experiencias, mejor que te las ahorres porque no merecen la pena. P. Usted propone otras soluciones m¨¢s imaginativas para recuperar una persona involucrada en un proceso de drogadicci¨®n. R. Hay algo que deber¨ªamos recordar. Son muchos a?os de dramas para que no hayamos aprendido de la historia. Y la historia nos dice que con la hero¨ªna nos equivocamos y se muri¨® mucha gente por culpa nuestra. No muri¨® por la hero¨ªna sino por lo mal que los tratamos: les negamos las jeringillas desechables, les obligamos a pincharse en condiciones de miseria y perversi¨®n... La hero¨ªna les hubiera degradado su vida pero no los hubiera matado necesariamente. Debemos aprender que no siempre la soluci¨®n es la abstinencia, que las personas pueden llegar a situaciones de control o encontrar sustituciones como la metadona. Hay propuestas que deben ser flexibles, diferentes, que no pasan siempre por el deseo de que todos deben abandonar todas las drogas y no consumir nada. P. ?Qu¨¦ quiere decir su expresi¨®n "c¨®mo conseguir que un joven haga macram¨¦ cuando piensa en el ¨¦xtasis"? R. Eso es imposible. Con esta formulaci¨®n quiero decir que a los j¨®venes no podemos venderles nuestros rollos para que abandonen la droga. En los manuales oficiales donde se explican los efectos de las drogas se dice que es falso que el ¨¦xtasis produzca sensaciones afrodis¨ªacas y que es pura sensibler¨ªa. En cambio, si lo consultamos con el adolescente nos dir¨¢ lo contrario. ?Con qu¨¦ nos quedamos? Si el sujeto est¨¢ seguro de esos efectos, yo no puede convencerle de que venga conmigo a pintar figuritas de barro o a hacer macram¨¦. Como ellos dicen, necesitan alucinar con otras cosas. P. ?Qu¨¦ puede hacerse? R. Para eso est¨¢ el Programa Adrenalina: si a un chaval le va la marcha yo no le puedo vender una soluci¨®n de amuermamiento de adultos; tengo que proponerle hacer puenting u otras sensaciones parecidas. No podemos venderle la idea de que ser adolescente significa ser formalito, cumplir con todos los deberes... porque no va a dejar el ¨¦xtasis por eso.
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