Mario Coelho: "No se puede obligar a un toro a que embista"
Las ondas hertzianas se declararon en huelga. Por lo menos, eso se deduce de las declaraciones de dos de los novilleros que actuaron ayer: "No transmit¨ªan". Se refieren, por supuesto, a los toros. Que no a los transistores, pocos, que de tapadillo segu¨ªan el partido del Mallorca. Esos, s¨ª. Esos transmit¨ªan. Sus tenedores daban fe de ello y de forma cabal ejerc¨ªan en funciones de altavoces. As¨ª, ni El Renco ni Mario Coelho, los dos sin radio, encontraron la antena a sus respectivos astados. Todos a una: "Sosones". De soso. Faltos de sal, vamos. El portugu¨¦s se antoja algo m¨¢s gr¨¢fico: "No puedes obligar a un toro a embestir". Habla de su segundo y, de paso, del resto.V¨ªctor de la Serna, por su parte, se muestra mucho m¨¢s radical y tras calificar de "decepcionantes" a los representantes del hierro de San Mart¨ªn que ayer saltaron a la arena, ¨¦l mismo se aplica un severo correctivo: "Adem¨¢s, y pese a que mi lote no ha sido bueno, yo no he estado a la altura". En tiempos de autocomplacencias, justificaciones y "peligros sordos" -la expresi¨®n m¨¢s socorrida desde la invenci¨®n de la entrevista taurina-, ¨¦l hace valer una frase suya dictada hace un a?o. Entonces, preguntado acerca de si escuchaba las cr¨ªticas de su familia (su hermano es cr¨ªtico taurino de Abc) respond¨ªa: "Yo soy el cr¨ªtico m¨¢s duro conmigo mismo". Confirmado.
Deslucidos
El Renco, que tomar¨¢ la alternativa el pr¨®ximo 24 de junio en Alicante, insiste y en su esfuerzo por dar detalles sobre sus novillos, repite la misma idea. "El primero no ten¨ªa fuerza. Se quedaba en la embestida. El segundo, igual, soso, deslucido...", dice. Pese a ello (o precisamente a causa de lo apenas dicho), el espada de Elda no se muestra "satisfecho", pero s¨ª "contento con su actuaci¨®n". "He demostrado ganas y capacidad. Los novillos no daban para m¨¢s".
Coelho, siempre bajo el mismo esl¨®gan, apenas se detiene en su primero ("No se ha empleado nunca. Buscaba la querencia y all¨ª lo he intentado. He hecho lo m¨¢ximo"). Sobre el segundo, se exhibe a la vez m¨¢s expl¨ªcito y, directamente proporcional, desilusionado: "Cuando he puesto mi segundo par de banderillas, me he dado cuenta de que se pod¨ªa venir abajo. Y, en efecto, al cuarto muletazo me ha dicho: "Amigo m¨ªo, no embisto m¨¢s". Y eso que he dejado tiempo, he brindado al p¨²blico y he intentado todo para que tomara aire". ?Quiz¨¢ sin banderillas hubiese aguantado m¨¢s? "No lo creo. Siempre las pongo sin dar capotazos. Todos los terrenos son buenos para m¨ª. Lo fundamental es dejar al toro respirar". El animal respir¨® y "ni por esas", apostilla. "En cualquier caso", contin¨²a, "la gente se ha entregado conmigo y creo que se ha dado cuenta de que la culpa no ha sido m¨ªa".
Acababa la tarde, los toros segu¨ªan sin transmitir y... "?Gol!". Cosas de los otros transmisores.
Babelia
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