Aus Spanien
Alemania ha estallado en una repentina locura de amor por la m¨²sica espa?ola. No es ninguna broma. La Bienal de M¨²nich de teatro musical invit¨® recientemente a Mauricio Sotelo y sus j¨®venes cantaoras. Hoy comienza el prestigioso festival de Dresde, con Espa?a como eje fundamental de una programaci¨®n en que tambi¨¦n tienen su reconocimiento Richard Strauss, en los 50 a?os de su fallecimiento (no en vano en Dresde se estrenaron Salom¨¦, Elektra y El caballero de la rosa), y Johann Adolf Hasse, del que se recuerdan los 300 a?os de su nacimiento y cuya vida estuvo estrechamente vinculada a Dresde durante varias d¨¦cadas. Hasse: con una de sus ¨®peras se inaugur¨® el Coliseo de los Ca?os del Peral, y con varias de sus arias Farinelli consolaba de sus melancol¨ªas al rey Felipe V. La conexi¨®n Madrid-Dresde, una vez m¨¢s.La presencia espa?ola en Alemania no se limita, en cualquier caso, a Dresde. El festival del Sarre la prolonga durante un mes a partir del 27 de mayo. Del Este al Oeste, de la sajona Dresde a Saarbr¨¹cken y poblaciones colindantes de la Mosela francesa o Luxemburgo, la m¨²sica espa?ola se prepara para vivir presumiblemente d¨ªas de gloria en las pr¨®ximas semanas. La Europa alemanizada o la Alemania europeizada parece que cuenta con Espa?a desde su recta de salida.
En Dresde, el arte espa?ol est¨¢ representado permanentemente por uno de los cuadros m¨¢s bellos de Murillo, La muerte de Santa Clara, en la excelente pinacoteca de maestros antiguos. No es un detalle aislado. Hace aproximadamente un a?o tuvo lugar en la capital sajona una semana espa?ola del m¨¢ximo inter¨¦s, con m¨¢s de una docena de conferencias, pel¨ªculas antiguas y recientes, exposiciones y obras de teatro. Dresde es, en la Alemania actual, el s¨ªmbolo de la voluntad de reconstrucci¨®n. De sus cenizas ha surgido una conciencia moral. Es un lugar apacible para que Jordi Savall, L¨®pez Banzo, Nacho Duato, Mar¨ªa Bayo, Paco de Luc¨ªa, Antonio Gades, Paco Pe?a, Garc¨ªa Navarro o Montserrat Figueras desplieguen un arco iris de la creatividad espa?ola. El mosaico es singular: del C¨®dice Calixtino a Do?a Francisquita; de Acis y Galatea, de Literes, a Una cosa rara, de Mart¨ªn y Soler, y de motetes de Tom¨¢s Luis de Victoria a la Segunda Sinfon¨ªa de Gerhard. Y, por supuesto, los Falla, Alb¨¦niz, Arriaga, Turina...
Lo de Saarbr¨¹cken es otra historia. Durante un mes se va a hablar all¨ª espa?ol. No es una exageraci¨®n. De Manuel Hidalgo se estrena la ¨®pera Dal¨ª, de Tom¨¢s Marco; el concierto para dos pianos Palacios de Alhambra, de Mauricio Sotelo, y la obra para violonchelo y guitarra Peces del aire alt¨ªsimo. Crist¨®bal Halffter o Garc¨ªa Abril tienen tambi¨¦n un protagonismo destacado. En el campo interpretativo est¨¢n anunciados, entre otros, Alia M¨²sica y Miguel S¨¢nchez con canciones sefard¨ªes, Teresa Berganza con el guitarrista Jos¨¦ Mar¨ªa Gallardo del Rey, la Compa?¨ªa Andaluza de Danza, Antonio Canales, Joaqu¨ªn Cort¨¦s, Jordi Savall, Ketama, el coro de la Universidad de Le¨®n, la banda La Art¨ªstica de Valencia, Rafael Fr¨¹hbeck de Burgos, Gloria Isabel Ramos, Pedro Halffter, Rosa Torres-Pardo y Guillermo Gonz¨¢lez. La apoteosis espa?ola est¨¢ servida y a ella se une desde el podio Lorin Maazel con dos obras sobre Don Quijote y Don Juan.
La invasi¨®n musical espa?ola de Alemania no genera ning¨²n motivo de alarma y hasta tiene sus reciprocidades ben¨¦ficas. Por Madrid ha pasado recientemente Stockhausen con varios conciertos, y est¨¢ a punto de llegar el vitalista Henze para dar quiz¨¢ otro aire al Real. Los viajes de ida y vuelta casi siempre son aconsejables. De todo este frenes¨ª se intensifican los conocimientos rec¨ªprocos, lo cual no es poco, y a lo mejor hasta alg¨²n empresario avispado patenta una paella de salchichas para la ocasi¨®n. Qui¨¦n sabe si puede tener tambi¨¦n su gran oportunidad
Babelia
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