El desgobierno rompe la costumbre

Nada m¨¢s interesante para una prueba que el desgobierno inicial, la falta de una figura de peso con voluntad inequ¨ªvoca de participar para ganar. Su desinter¨¦s se transforma as¨ª, de rebote, en inter¨¦s ciclista, puesto que se abren resquicios para el espect¨¢culo, para lo no programado,que es un bien escaso cuando los poderosos colocan el candado al pelot¨®n. La primera etapa de la Bicicleta Vasca propuso todas las sorpresas y alternativas propias de una carrera de aficionados. S¨®lo as¨ª se explica que, apenas recorridos 150 kil¨®metros, el triunfo final de la prueba corresponda a uno de los ocho corredores que ayer despistaron al pelot¨®n. Por supuesto, los escogidos ten¨ªan pedigr¨ª. Porque el ciclismo mantiene su l¨®gica, pese a todo. De salida, sobraron las t¨¢cticas de equipo porque ninguno encontr¨® razones para madrugar y trabajar. As¨ª, en un ambiente de permisividad inopinado, se marcharon una veintena de corredores que representaban a la pr¨¢ctica totalidad de los equipos inscritos. No viajaban ah¨ª ni Olano, ni Escart¨ªn, ni ninguno de los extranjeros esperados en el Tour, caso de Julich, Rinero o Riis. Pero s¨ª sus delfines, c¨®modamente instalados en la chepa de aquellos (pocos) que contaban de salida y que siguen contando a la llegada. Destaca ?ngel Casero, el m¨¢s interesado en que progresara la multitudinaria fuga, uno de los m¨¢s poderosos dentro del acuerdo que condujo a los ocho hasta la meta de Villabona. El valenciano, campe¨®n de Espa?a, a la b¨²squeda de un triunfo que confirme las enormes expectativas depositadas sobre su espalda, realiz¨® la mejor operaci¨®n del d¨ªa. Aunque Alberto Mart¨ªnez compart¨ªa su sonrisa. La joven revelaci¨®n del Euskaltel-Euskadi, lanzado con el impulso del Midi Libre, impresion¨® con relevos poderosos a sus compa?eros de fuga (el propio Casero, Osa, David Etxeberria, Dufaux, Elli, Tebaldi y Pastelli). Por la ma?ana, Mart¨ªnez hablaba de econom¨ªa de esfuerzos para encarar con frescura la decisiva contrarreloj de la pen¨²ltima jornada. Por la tarde tuvo motivos para pensar que podr¨ªa luchar por algo m¨¢s que por un triunfo parcial. Casero, reconocido especialista del esfuerzo solitario, maneja el mismo razonamiento. A su lado, Alberto Elli tampoco pone objeciones para llevarse la carrera en los escaso 15 kil¨®metros cronometrados. Etxeberria es de su misma opini¨®n, aunque no se cortar¨ªa en almacenar alg¨²n segundo extra. Tebaldi, Osa, Dufaux y Pastelli tendr¨¢n que deshacer el empate en otros escenarios. Tebaldi, por experimentado Los ocho escogidos se presentaron en meta con dos minutos de ventaja sobre un grupo plagado de maillots del Kelme, el gran derrotado. Con que Rubiera se hubiera insertado en la escapada v¨¢lida, las diferencias finales hubieran remitido al esc¨¢ndalo. Pero el asturiano, recuperado tras abandonar el Giro, deb¨ªa encontrarse admirando el paisaje cuando se fragu¨® la escisi¨®n del grupo de privilegiados en el que viajaba. Consecuencia: su equipo no pinta nada en la gran discusi¨®n. A su director, ?lvaro Pino, debi¨® de sobrarle la telefon¨ªa para abroncarle desde Italia. Olano, por su parte, podr¨¢ entrenar a gusto mientras observa a distancia el liderato de Tebaldi, el m¨¢s listo en un final que evidenci¨® la incapacidad de los espa?oles para ganar lejos de las cuestas.