Sant Andreu: un distrito pendiente del AVE

El distrito de Sant Andreu lo forma un mosaico de barrios desiguales que tienen en com¨²n su convicci¨®n de que el futuro de Barcelona les alcanzar¨¢ de lleno. La llegada del tren de alta velocidad (AVE) ha despertado muchas expectativas que no acaban de cumplirse. Al n¨²cleo hist¨®rico de Sant Andreu le est¨¢ creciendo un nuevo barrio al otro lado de la v¨ªa f¨¦rrea, en los terrenos que antiguamente ocupaba una de sus empresas m¨¢s potentes: La Maquinista.Entre el puente de Calatrava, en Bac de Roda, y el nudo de la Trinitat se levantar¨¢n nada menos que 7.833 viviendas y un gran centro comercial. Soplan vientos de cambio en este distrito de pasado industrial en el que han puesto los ojos las inmobiliarias y donde sus 135.579 habitantes se disponen a entrar en el siglo XXI con sensaci¨®n de v¨¦rtigo ante tanto traj¨ªn de gr¨²as. Tambi¨¦n en Sant Andreu la piedra es la que m¨¢s pesa en el platillo de la balanza del mandato que termina. De nuevo la retah¨ªla de calles y plazas reformadas se lleva la mayor tajada del presupuesto municipal. Las inversiones globales realizadas pasan de los 5.000 millones de pesetas que han dado de s¨ª la renovaci¨®n del eje comercial del Carrer Gran, el bulevar de la Meridiana y, m¨¢s recientemente, el centro cultural de la calle de Garcilaso. En los dos primeros el peat¨®n ha salido ganando porque el ¨²ltimo grito en pavimentado de calles consiste en ampliar las aceras, plantar ¨¢rboles y en vaciarlas de veh¨ªculos. El resultado es magn¨ªfico, pero faltan espacios alternativos donde aparcar. Cuando el concejal de IC-V Eugeni Forradellas se puso al frente del distrito de Sant Andreu, uno de sus principales objetivos fue paliar en lo posible el desequilibrio existente entre el n¨²cleo hist¨®rico y los barrios m¨¢s nuevos y peor dotados de equipamientos como Bon Pastor, Bar¨® de Viver y Trinitat Vella. El barrio m¨¢s mimado ha sido Bon Pastor, en cuyo pol¨ªgono industrial se han invertido 500 millones de pesetas en el cableado subterr¨¢neo. En Bar¨® de Viver se ha renovado el parque de viviendas lo que ha contribuido a dignificar uno de los rincones barceloneses m¨¢s degradados. Menos suerte han tenido los vecinos de Trinitat Vella, para quienes el traslado de la c¨¢rcel de j¨®venes y la desaparici¨®n de la red de alta tensi¨®n contin¨²an pendientes pese a ser sus principales reivindicaciones. Forradellas sostiene que en su acci¨®n de gobierno ha intentado combinar las mejoras urban¨ªsticas con los equipamientos personales, aunque reconoce que a¨²n queda mucho por hacer para cubrir las necesidades de la poblaci¨®n. El edil de IC considera que el pr¨®ximo mandato ser¨¢ el de los equipamientos. Sant Andreu dispone de la reserva de espacio m¨¢s solvente para albergar los espacios culturales que Barcelona necesita gracias a industrias en desuso como Can Fabra y los cuarteles del Ej¨¦rcito de Torres i Bages, que ya no se utilizan. Sant Andreu contin¨²a siendo el gran desconocido para muchos ciudadanos de otros puntos de la capital catalana. De ah¨ª que surjan propuestas como la que apunta a Bar¨® de Viver y a Bon Pastor como lugares id¨®neos para instalar una universidad. El metro dar¨¢ el empuj¨®n definitivo que necesita para situarse a todos los efectos en el mapa barcelon¨¦s. Por eso, sus habitantes no se cansan de reclamarlo. Es cierto que cada barrio barcelon¨¦s tiene sus particularidades, pero algunas cosas se repiten en todos ellos. La carencia de residencias de ancianos, de centros de d¨ªa y de guarder¨ªas p¨²blicas m¨¢s que una revindicaci¨®n son un clamor un¨¢nime. La asociaci¨®n de vecinos est¨¢ muy sensibilizada respecto al gasto que se hace de los dineros p¨²blicos. No les faltan ejemplos que ilustran "la obsesi¨®n" de los gobernantes por la piedra: "La plaza de Moss¨¨n Clap¨¦s se ha levantado tres veces desde que Narc¨ªs Serra desempe?aba la alcald¨ªa", comenta el portavoz vecinal. La impresi¨®n de que se descuida el mantenimiento de los espacios p¨²blicos, lo que se traduce en un mayor deterioro que acaba dej¨¢ndolos inservible al poco tiempo, est¨¢ bastante extendida en los barrios barceloneses. Dejando de lado estas cuestiones, el futuro se contempla con optimismo. Los vecinos celebran que finalmente se haya encontrado utilidad al tremendo descampado de La Maquinista. De este proyecto s¨®lo les disgusta pensar que mientras millares de familias se mudar¨¢n a los nuevos pisos por los que pagar¨¢n m¨¢s de 26 millones de pesetas, sus hijos tendr¨¢n que irse a otros lugares en busca de precios m¨¢s asequibles. Para los comerciantes de la zona, el nuevo gran centro comercial que se abrir¨¢ en La Maquinista les resulta muy inquietante. Ello no significa que esperen de brazos cruzados: han creado una sociedad de gesti¨®n del eje comercial de Gran de Sant Andreu en colaboraci¨®n con la Generalitat, la C¨¢mara de Comercio y el Ayuntamiento. Los titulares de un millar de tiendas trabajan coordinadamente para atenuar en lo posible el impacto de otra gran superficie en una ¨¢rea saturada donde a cinco minutos est¨¢ la de Gl¨°ries, y a 10 las de Montigal¨¤, Baricentro y, muy pronto, la de Diagonal Mar. En Sagrera, la sombra del AVE planea en un horizonte ferroviario que no acaba de perfilarse con nitidez. Los habitantes de la zona saben que el futuro de su barrio pivota sobre ese tren tan veloz, pero que para ellos avanza a paso de tortuga.Siempre les dijeron que esperaran al 2000 y ahora, agotada la paciencia, anuncian cortes de la v¨ªa f¨¦rrea por temor a que el 2004 les coja dispuestos pero sin estaci¨®n. En la llegada del AVE han puesto todas sus esperanzas convencidos de que con ¨¦l llegar¨¢ el despegue que tanto tiempo llevan esperando.