Treinta a?os en el aire
?ngel ?lvarez recopila en un doble disco sus m¨¢s de tres d¨¦cadas a bordo del 'Vuelo 605', su programa de radio
"Si vendi¨¦ramos medias en lugar de discos, ganar¨ªamos mucho m¨¢s". La frase, dicha por el responsable del departamento de discos de El Corte Ingl¨¦s en 1960, ilustra el panorama musical espa?ol en aquel comienzo de d¨¦cada. El tocadiscos no formaba parte a¨²n del universo familiar espa?ol y la secci¨®n de m¨²sica, encerrada en un rinc¨®n de apenas tres metros cuadrados en el s¨®tano de Preciados, carec¨ªa de clientela. Entre los pocos fieles, ?ngel ?lvarez, un ovetense cuarent¨®n que luchaba por dar a conocer su m¨¢s preciado descubrimiento: la m¨²sica que se coc¨ªa en Estados Unidos. Acababa de conseguir el patrocinio de los grandes almacenes para su programa Caravana musical en La Voz de Madrid, y las quejas del dependiente no le desalentaban. Casi cuarenta a?os en antena, primero con Caravana, luego con el Vuelo 605, le han dado la raz¨®n.?lvarez presume de haber sido siempre un tipo inquieto, un tanto visionario. Quiz¨¢ hayan sido las alturas -ingres¨® en la aviaci¨®n militar a los 17 a?os y no se baj¨® del avi¨®n hasta cumplir los 60- las que le despejaron la visi¨®n. En 1948, apenas un a?o despu¨¦s de ingresar en Iberia como t¨¦cnico de radio, ya pregonaba que "el radiotelegrafista iba a sucumbir ante el desarrollo tecnol¨®gico". Poco despu¨¦s consigui¨® un profesor de ingl¨¦s y puso a estudiar a pilotos y radios. Eso le valdr¨ªa una fama de la que nunca se desprendi¨®. "Siempre me consideraron cabeza de rat¨®n, el tipo al que hab¨ªa que recurrir cada vez que hab¨ªa que hacer algo raro, complicado". "En Ginebra me enter¨¦ de la existencia de la Oficina Meteorol¨®gica Internacional", recuerda ?lvarez, "y eso me sirvi¨® para fundar, junto a C¨¢ndido Llovera, el Servicio Meteorol¨®gico de Iberia, que instalamos en la terraza del Palace y nos permiti¨® tener partes m¨¢s fiables".
Cuando su capacidad de asombro se vio colapsada fue a finales de los cincuenta. La recogida de unos DC-8 en California le abrieron las puertas de lo que ¨¦l llama "la meca del oro musical". Conciertos al aire libre, m¨²sica en directo en cualquier local, el country, los discos de Pete Seager, Elvis. Todo eso le introdujo a la fuerza en un juego de contrastes -grande, peque?o; despierto, dormido- que le obligar¨ªan de nuevo a mover pieza.
Durante unos a?os intent¨® convencer a su amigo Ram¨®n Areces para que le patrocinara un programa de radio. Areces, patr¨®n de El Corte Ingl¨¦s, no hac¨ªa muchos ascos pero ve¨ªa un problema: el rendimiento econ¨®mico. "No hab¨ªa permisos de importaci¨®n de discos y claro no iba a patrocinar algo que nunca iba a poder vender. Aun as¨ª, Ram¨®n me aconsejaba seguir trayendo discos, aunque siempre me dec¨ªa: "?ngel, est¨¢s meando fuera del orinal". En 1970, Areces accedi¨® por fin. Nac¨ªa as¨ª Caravana musical, un programa de una hora semanal en La Voz de Madrid, antecedente del Vuelo 605 que dos a?os m¨¢s tarde estrenar¨ªa en Radio Peninsular.
No ten¨ªa ninguna experiencia en radio pero contaba con una ventaja: su voz templada, cultivada gracias a su padre, un tapicero socialista que al cumplir los siete a?os le obligaba a leer el peri¨®dico en alto y le correg¨ªa.
Fueron unos a?os, dice, de soledad. Ni directivos, ni comerciales, ni tan siquiera su mujer, entend¨ªan su reci¨¦n despierta pasi¨®n. S¨®lo la audiencia, de la que asegura no haberse preocupado jam¨¢s en t¨¦rminos num¨¦ricos, le arropaba. "Ten¨ªa el apoyo de los j¨®venes. Cuando traje al Vuelo el cancionero de Pete Seager, no paraban de llamar, de venir. Creamos en el programa grupos como Nuestro Peque?o Mundo, Almas Humildes o Los Rel¨¢mpagos, una r¨¦plica exacta de Johnny and the Hurricanes".
Empezaba a conocer el ¨¦xito. Los vuelos a EEUU nutr¨ªan su programa, pero segu¨ªa sinti¨¦ndose un extra?o entre sus compa?eros de Iberia. "See you later" (nos vemos luego), la frase impresa en el disco que ha editado para conmemorar sus m¨¢s de treinta a?os al mando del Vuelo 605, era la cantinela que les soltaba al aterrizar en Nueva York. "No compart¨ªan mi forma de ver y vivir la ciudad. ?C¨®mo iba a vivir con gente que s¨®lo hablaba de los problemas de Iberia y s¨®lo iba a comer a los latinos?".
Despu¨¦s de Radio Peninsular, pas¨® a la cadena SER, donde sigue desde entonces, aunque hubo un tiempo, hasta entrados los ochenta, que compagin¨® el Vuelo 605 con tres programas en Radio Nacional: Alta fidelidad, Cl¨¢sicos de la m¨²sica ligera e Imagen de un famoso. A punto de cumplir los 80, ?lvarez tiene un sue?o: retornar a la caravana de sus inicios, pero en sentido real. "Me encantar¨ªa montarme en una roulotte y llevar el Vuelo directo a los pueblos". No duda de que ser¨ªa un ¨¦xito porque como un d¨ªa le dijo un directivo de Radio Nacional: "?ngel, ya eres un cl¨¢sico".
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