Horta-Guinard¨®, un lugar apetecible
Horta ha cambiado mucho desde que el indiano Josep Gallart la eligi¨® en el siglo pasado para levantar all¨ª su mansi¨®n, lo que hoy conocemos como Palau de les Heures, pero, como hace 100 a?os, sigue siendo un lugar apetecible para vivir. En el distrito de Horta-Guinard¨® residen 169.832 personas, repartidas en 11 barrios de fuertes contrastes, en los que se pueden encontrar desde las mansiones m¨¢s suntuosas hasta bloques de pisos de autoconstrucci¨®n. El mandato municipal que acaba ha sido especialmente generoso con la Barcelona de las rondas, lo que ha beneficiado a Horta-Guinard¨®, aunque en menor medida que a Nou Barris. La apertura de la ronda del Guinard¨® llega con 40 a?os de retraso para unir la plaza de Lesseps con la avenida de R¨ªo de Janeiro, y destaca como la obra de m¨¢s envergadura del ¨²ltimo cuatrienio, el cual deja adem¨¢s una larga estela de calles m¨¢s anchas, nuevas plazas y, sobre todo, una colecci¨®n de escaleras. Para un distrito con barrios con pendientes pronunciad¨ªsimas, que en algunos tramos recuerdan las monta?as rusas, no extra?a nada que las escaleras se lleven una porci¨®n nada insignificante de las inversiones p¨²blicas, que globalmente superan los 9.000 millones de pesetas. Cuando los barceloneses se dirigen a Horta-Guinard¨®, lo hacen bien para acudir a alguno de sus dos grandes centros hospitalarios, la Residencia del Vall d"Hebron o el Hospital de Sant Pau, o, si la salud les acompa?a, para visitar los magn¨ªficos jardines del Laberint o los reci¨¦n restaurados de estilo versallesco del Palau de Les Heures. El parque G¨¹ell y el Dels Turons incitan tambi¨¦n a pasear por su variada geograf¨ªa, de la que su concejal desde hace 16 a?os, el socialista Albert Batlle, dice que "s¨®lo le falta el mar para reunir toda la diversidad de los distritos barceloneses en uno". Tambi¨¦n en esta parte de Barcelona las calles han ganado en anchura y han servido para conectar barrios lim¨ªtrofes a los que no siempre resultaba f¨¢cil acceder. La calle de Llobreg¨®s es, seguramente, la obra mas espectacular entre la rambla del Carmel y la calle de Fastenrath, con anchas aceras y una doble fila de ¨¢rboles que hacen algo m¨¢s llevadero un recorrido que, si se realiza a pie, sigue dejando sin aliento. Con semejantes desniveles se entiende que mejorar la accesibilidad sea una reivindicaci¨®n recurrente entre las entidades que han celebrado alborozadas la colocaci¨®n de escaleras mec¨¢nicas en la calle del Alguer y en otros lugares que las esperaban con impaciencia. Al pasar revista a lo ¨²ltimo que se ha hecho, el movimiento vecinal reconoce el esfuerzo inversor que ha permitido al Ayuntamiento atender buena parte de sus peticiones. Sin embargo, siguen resaltando las principales carencias en materia de transporte que tienen el distrito, entre las que destacan la conexi¨®n entre las l¨ªneas III y V del metro en Horta y su prolongaci¨®n hasta el Carmel. En el transporte de superficie han entrado en servicio dos nuevas l¨ªneas, la 212 y la 214, de microbuses que comunican Sant Gen¨ªs dels Agudells y Can Bar¨®, y que han sido muy bien acogidas entre los residentes. Al dibujar el mapa de los equipamientos que le faltan, Horta-Guinard¨® no constituye ninguna excepci¨®n en el conjunto de Barcelona. Como en tantos otros distritos, la lista la encabezan las residencias y los centros de d¨ªa para ancianos. Tampoco abundan las guarder¨ªas p¨²blicas ni las bibliotecas, pese a que acaba de entrar en servicio la central del distrito, dedicada a la escritora Merc¨¨ Rodoreda, en la literaria calle de las Cam¨¨lies. Un proyecto que ha despertado inter¨¦s es el Espacio Joven Boca Nord, situado encima del T¨²nel de la Rovira, que consta de tres plantas de altura y ofrece un buen abanico de servicios. La inversi¨®n p¨²blica en el distrito queda bastante m¨¢s compensada que en otros con un rosario de actuaciones en las que, en este caso, la piedra comparte protagonismo con los equipamientos. Menci¨®n aparte merecen los aparcamientos: todos, Ayuntamiento y vecinos, coinciden en se?alarlo como el mayor problema al que se enfrentan. Se han creado 1.700 plazas, pero son insuficientes para un parque m¨®vil que no para de crecer. En una zona que se caracteriza por mantener unas relaciones fluidas entre el distrito y el movimiento vecinal, el a?o pasado tuvieron lugar sendos estallidos de ira en El Carmel y en el Vall d"Hebron, que durante unas semanas mantuvieron en jaque al gobierno local. La ubicaci¨®n de dos equipamientos necesarios, pero no deseados por los vecinos, desat¨® las protestas m¨¢s radicales de aqu¨¦llos que se negaban en redondo a aceptar un centro para la atenci¨®n de los drogodependientes en el Carmel y de los que, a su vez, rechazaban de plano uno de los primeros almacenes de desechos barceloneses que se acab¨® construyendo en el Vall d"Hebron. El primer conflicto se zanj¨® despu¨¦s de que el Ayuntamiento diera marcha atr¨¢s en su pretensi¨®n inicial y convirtiera el centro de drogodependientes en un local para atender alcoh¨®licos que todav¨ªa no ha abierto sus puertas. Pese a estas protestas, a Albert Batlle se le reconoce un talante abierto a la participaci¨®n vecinal. De la Horta que sedujo a Gallart y a sus contempor¨¢neos hace un siglo quedan ya pocas cosas. Aunque no puede decirse que su territorio haya hecho tabla rasa con su pasado.Conserva rincones, como la calle de Aiguafreda, que transportan a la ¨¦poca de las lavanderas. Era un tiempo en el que, a falta de otras salidas profesionales, los hombres se ganaban la vida como alba?iles y las mujeres lavando la colada ajena que apilaban en carros. Muchos a?os despu¨¦s, corr¨ªan ya los a?os sesenta, algunas de sus monta?as y buena parte de su territorio cambiaron la fisonom¨ªa conforme iban llegando por millares familias procedentes de Andaluc¨ªa y Extremadura. En esa etapa y en aquellos inmigrantes con ganas de prosperar se inspir¨® el escritor Juan Mars¨¦ para escribir algunas de sus novelas de m¨¢s ¨¦xito.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Juan Mars¨¦
- Nou Barris
- Hospital General Vall d'Hebron
- Declaraciones prensa
- Albert Batlle Gargallo
- Horta-Guinard¨®
- Centros salud
- Elecciones Municipales 1999
- Hospital Sant Pau de Barcelona
- Elecciones municipales
- Atenci¨®n primaria
- Parques y jardines
- Barcelona
- Hospitales
- Areas urbanas
- Distritos municipales
- Catalu?a
- Elecciones
- Ayuntamientos
- Vivienda
- Asistencia sanitaria
- Gente
- Sanidad
- Administraci¨®n local
- Urbanismo