Entre flores, con Esteve
Octavo d¨ªa de campa?a. Hoy: L"Europa galante, libreto y m¨²sica de Pere Esteve. El yang de estos comicios hay que situarlo en Estrasburgo DF, sede del Parlamento europeo. Europa: que sais-je? Pues, b¨¢sicamente, que Europa es una subvenci¨®n a casi todo. Te pagan tanto por plantar girasoles como por arrancar olivos, matar vacas o quemar lino. El Gobierno que decide esto no se llama Gobierno, sino Comisi¨®n, y as¨ª va la cosa. Esta Comisi¨®n tiene su sede en Bruselas, ciudad en la que los belgas suelen montar el pollo. Y me paro, no vaya a ser que el pr¨®ximo chiste sea todav¨ªa m¨¢s malo. Pensaba cosas de tanta enjundia mientras me dirig¨ªa ayer a Vilassar (Maresme), al Mercado de Flor y Planta Ornamental de Catalu?a, que iba a ser visitado por Pere Esteve, candidato de CiU a las cortes alsacianas. Y hete aqu¨ª que descubro que la Comisi¨®n est¨¢ profundamente sensibilizada ante la problem¨¢tica del motivo ornamental: centros de mesas, decoraciones de estrados, salas de recepciones, cosas as¨ª. De hecho, este a?o, dedica al asunto, s¨®lo en Espa?a, 148 millones de pesetas para animar la segunda campa?a de promoci¨®n de flores y plantas en colaboraci¨®n con el Ministerio de Agricultura y los comerciantes. Visto que lo dem¨¢s est¨¢ resuelto, vale la pena cuidar los detalles, efectivamente. Impecablemente trajeado de gris oscuro, Pere Esteve se pasea por el florido mercado repartiendo manos. De haber ido m¨¢s informal y haberse mostrado menos expansivo, hubiera podido pasar por un paquistan¨ª en busca de existencias para vender esta noche por los restaurantes, pero no parece que ir de inc¨®gnito sea el objetivo del candidato. Los comentarios amables se suceden sin ning¨²n inter¨¦s. Hasta que el encargado de un puesto, sonriente, llama a Esteve "saltamarges". Pumba. "Saltamarges" quiere decir "ladr¨®n de campos": tal como est¨¢n de revueltas las cosas agr¨ªcolas europeas, el ep¨ªteto lleva bala. "Home, saltamarges...", le dice Esteve, que ya se aleja para estrechar manos menos conflictivas. El hombre de la parada se queda confundido. "Saltamarges, per mi, s¨®n els de Tiana", intenta justificarse. Es obvio que conflicto ling¨¹¨ªstico habemus. De vuelta a casa me zambullo en el adorado Diccionari catal¨¤, valenci¨¤, balear. Efectivamente, en una quinta acepci¨®n de "saltamarges", ah¨ª est¨¢: "Nom sat¨ªric que es d¨®na als nadius o habitants de Borrass¨¤ i de Tiana". Pere Esteve vive en Tiana y el hombre que le hablaba sin ¨¢nimo de insultarle es de Montgat. Los de Montgat llamaban a los de Tiana "saltamarges" porque, cuando ¨¦stos bajaban a la playa, iban saltando los m¨¢rgenes de los campos. Pero acab¨® por imponerse a toda la lengua el sentido profundamente desconfiado que se daba en el Empord¨¤ a quien se met¨ªa en un cultivo ajeno. Ya ven, esta campa?a es un rollo, pero a veces te permite aprender cosas nuevas.
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