Manuel Cruz Fil¨®sofo y coordinador del ciclo "Las ciudades tienen ideas"

?Es usted usuario habitual del metro o del veh¨ªculo privado? R. Tener que decidirse por el transporte privado o por el metro no se puede plantear como una cuesti¨®n meramente t¨¦cnica, aunque tambi¨¦n tenga esas dimensiones. Claro que hay razones de eficacia (b¨¢sicamente de rapidez) para decantarse por el metro, pero eso es s¨®lo una parte del asunto. La opci¨®n es, en lo fundamental, una opci¨®n de principio por lo p¨²blico o lo privado. El metro es, en este sentido, espacio p¨²blico en movimiento. ?Puede razonar su preferencia por el metro como medio de transporte? R. La opci¨®n es, al mismo tiempo, una opci¨®n a favor de la ciudad. Quienes nos sentimos muy urbanitas celebramos el rescate que del espacio -quiero decir, de la superficie- de la ciudad se ha llevado a cabo en los ¨²ltimos a?os. Barcelona es una ciudad que permite m¨²ltiples paseos, y eso es algo que no se puede perder. Lo deseable ser¨ªa ocupar el paisaje de la ciudad con personas y no con m¨¢quinas. Y para eso un transporte p¨²blico como el metro resulta ideal. ?El metro es el transporte m¨¢s urbano? R. La ciudad implica una muy particular articulaci¨®n del espacio y el tiempo (cuanto m¨¢s grandes es, m¨¢s tiempo nos exige en desplazamientos). Hay que ganar ambos para los habitantes de la ciudad. El metro nos permite conquistar tiempo y, simult¨¢neamente, libera el espacio de la ciudad o, mejor a¨²n, se lo devuelve a los ciudadanos. Para que lo puedan disfrutar en condiciones. La calle tiene la fascinaci¨®n de lo instant¨¢neo, de lo ef¨ªmero, de lo incontrolable. Debemos, valga la paradoja, detenernos para poder disfrutar de ella. El movimiento no es libertad: no hay imagen m¨¢s hostil que la del conductor de un coche obligado a seguir circulando debido a los cl¨¢xones de los coches que van detr¨¢s.