Un baile solar

El Balletto di Toscana ha tra¨ªdo al Centro Cultural de la Villa de Madrid Mediterr¨¢nea, una coreograf¨ªa creada por Mauro Bigonzetti para esta compa?¨ªa, sin duda la m¨¢s aguerrida y renovada de toda Italia. La obra es una especie de sinfon¨ªa coral, como un tapiz hecho de preciosos y ancestrales trozos de cultura sonora y visual, los elementos que han hecho poes¨ªa y arte alrededor del m¨¢s antiguo y mitol¨®gico de los mares.Bigonzetti es un creador lleno de inventiva y con una voluntad de renovarse a s¨ª mismo y de experimentar; ¨¦sta que hemos visto es una pieza de juventud, pero en ella se adivina un esp¨ªritu moderno y un inter¨¦s de concentraci¨®n de las esencias por encima de las apariencias, tanto cuando usa un rond¨® a la turca mozartiano o cuando es la voz de Carmen Linares quien aporta el arropamiento sonoro.

Especialmente emotivo fue el paso a dos bailado por Corrado Giordani y Katiuscia Bozza, en el que se oye caer constantemente la lluvia, redondeando la presencia del agua como un elemento que es uno y muchos a la vez. El Balletto di Toscana exige una excelente preparaci¨®n f¨ªsica en todos sus componentes y un rigor interpretativo que iguala a la plantilla en una alta cota de virtuosismo. Mediterr¨¢nea no es nunca un pastiche, sino, por el contrario, se acerca m¨¢s al concepto del fresco monumental, y Bigonzetti no escatima el explotar a los bailarines en diversas cuerdas t¨¦cnicas y expresivas.