Adolfo Mart¨ªn: "Vengo a Madrid a no defraudar y sin triunfalismos"
Acaba la corrida y las gentes del toreo y artes afines se congregan en el patio de caballos. Ya no est¨¢n ni las c¨¢maras de televisi¨®n ni los buscadores de favores ni los repartidores de puros ni los campeones del abrazo. "?Hombre, cu¨¢nto tiempo!". Plas, plas, plas (sonido de la palma de la mano contra el homoplato). Todo esto es al comenzar la tarde. Ahora, ganaderos, apoderados, amigos de los ganaderos y conocidos de los apoderados celebran su particular ceremonia de la confusi¨®n. Es tiempo de parabienes, felicitaciones y grandes risas.Dan las nueve y all¨ª empiezan a aparecer todos. Todos, menos el triunfador de la tarde. ?ste, de apellido Mart¨ªn y de nombre Adolfo (no en balde es sobrino del conocido Victorino Mart¨ªn), hace acto de presencia el ¨²ltimo. Apenas asoma, se abre la veda: "?Enhorabuena!". Pero no una enhorabuena cualquiera. Todas las imaginables: sonoras, secas, con apret¨®n de manos, con golpe en la espalda, a gritos, por lo bajo, cantada...
Primera pregunta de aproximaci¨®n: (c¨®mo no) "?Enhorabuena!". "Bueno no soy amigo de triunfalismos. Soy un ganadero que en Madrid se conforma con no defraudar". La primera, en la frente. "La verdad", contin¨²a ante otra enhorabuena por sorpresa, "es que estoy muy descontento con el quinto toro. Parec¨ªa mucho y luego... enseguida ha cantado la gallina". En efecto, en una profesi¨®n tan dada a las medallas, el ganadero se?ala la mancha de la tarde a modo de tarjeta de visita.
Encierro encastado
Acto seguido, se lanza a hablar de cada uno de los toros despedidos de la plaza entre ovaciones: "El segundo ha demostrado mucha fijeza. El tercero ha sido muy bravo en el caballo. L¨¢stima que le hayan castigado tanto. Y el cuarto ha demostrado mucha nobleza". Dicho lo cual, se acab¨®. El ganadero, probablemente telegrafista en su vida anterior, s¨®lo se permite una puntualizaci¨®n m¨¢s: "Sobre todo me gustan los toros encastados". El comentario se refiere tanto a los suyos como a los ajenos. En concreto, a los de Juan Luis Fraile que se lidiaron el pasado 16 de mayo. "El encaste Santa Coloma ha demostrado que merece una consideraci¨®n mejor", concluye. Cualquiera de los que le rodean est¨¢n m¨¢s entusiasmados que ¨¦l.Por otra parte, ajeno a las celebraciones, en el otro extremo de la ciudad, en el hotel Victoria, Tom¨¢s Campuzano se desviste por ¨²ltima vez en Madrid. "Es triste. Sobre todo, cuando no salen las cosas como uno hubiese deseado", dice el diestro sevillano. Ayer se cumpli¨® su despedida de Las Ventas. "En fin, hay que tirar para adelante. A¨²n queda mucha temporada". Al hablar de la corrida, Campuzano vuelve a demostrar que sobre gustos... "No ha sido ni buena, buena; ni mala, mala... Met¨ªan la cabeza con nobleza, pero les faltaba recorrido. Les ha faltado algo m¨¢s de movilidad", comenta.
As¨ª, ganadero y matador coinciden. Alegr¨ªa contenida en el primero, tristeza apagada en el segundo. Entusiasmos, los justos.
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