Ni?os amenazados con el destierro

Medio centenar de ni?os, de entre 10 y 14 a?os, se manifestaron hace doce meses ante el Ayuntamiento de Albal, un municipio de Valencia de unos 10.000 habitantes. Protestaban por la falta de parques para jugar. D¨ªas atr¨¢s, un polic¨ªa les hab¨ªa requisado el bal¨®n que pateaban en una plaza en la que "pod¨ªan hacer sus necesidades los perros, pero estaba prohibido que jugaran al f¨²tbol los chavales", seg¨²n una de sus pancartas.Al alcalde, Agust¨ªn Zacar¨¦s, de 77 a?os, que gobierna desde 1974, aunque bajo las siglas de cuatro partidos diferentes, todos pr¨®ximos a la derecha, no le hizo gracia la protesta. As¨ª, se neg¨® a recibir a los peque?os y al d¨ªa siguiente, al ver la foto de la concentraci¨®n en un diario local, pregunt¨® al conserje de un colegio p¨²blico si podr¨ªa reconocer a los muchachos que aparec¨ªan en ella. Como ¨¦ste le respondi¨® que hab¨ªa identificado a cuatro o cinco, Zacar¨¦s le reclam¨® que se los enviara inmediatamente a la corporaci¨®n.

"Los ni?os pasaron tanto miedo con la bronca que les solt¨® que alguno se moj¨® los pantalones", cuenta la madre de uno de los escolares, que prefiere mantener su anonimato para evitar represalias. "Cuando lleg¨® a casa, estaba muy asustado y me dijo: "Mam¨¢, la hemos fastidiado. El alcalde nos ha dicho que puede desterrarnos del pueblo a nosotros y a nuestras familias y hacer que nos metan en un reformatorio".

Tres meses despu¨¦s, en un pleno, un ni?o, ratific¨® en el turno de ruegos y preguntas que sus compa?eros y ¨¦l hab¨ªan sufrido coacciones por parte de Zacar¨¦s, quien neg¨® las acusaciones.

El alcalde ha impedido en diversas ocasiones que se ejecutaran los acuerdos para retirar la simbolog¨ªa franquista de los r¨®tulos de las calles y las estatuas. En cambio, logr¨® que el consistorio adquiriera el antiguo casino republicano para derribarlo. "El pueblo est¨¢ igual que el d¨ªa que muri¨® Franco", presume Zacar¨¦s, a quien no le gusta esta democracia "porque todos van a robar".