"Ceder soberan¨ªa no es el fin del mundo"
Josu Ortuondo (PNV) abandona el Ayuntamiento de la capital vizca¨ªna tras ocho a?os de mandato. Atr¨¢s deja una ciudad potenciada internacionalmente gracias a proyectos tangibles como el Museo Guggenheim o el Palacio de la M¨²sica. Por delante tiene el reto de colocar a Euskadi en el concierto que tocan ya las naciones sin Estado en Europa frente a la partitura, a su juicio "artificiosa", que han interpretado los Quince durante todos estos a?os en la construcci¨®n pol¨ªtica europea. Llevar¨¢ la voz del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Eusko Alkartasuna (EA), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Uni¨® Mallorquina (UM) y el mandato de formar un intergrupo de naciones sin Estado en la C¨¢mara de Estrasburgo.Pregunta. Se presum¨ªa una campa?a dura, crispada, con el discurso de las maletas de nuevo en Euskadi, pero no ha sido para tanto.
Respuesta. La campa?a ha ido pasando con una cierta crispaci¨®n y con apelaciones a fractura social y frentismo por parte de los de siempre. Una campa?a en la que los cabezas de lista de partidos estatalistas hablaban en M¨¢laga de Euskadi. Pero creo que est¨¢ cambiando.
P. ?Incluye en esa variaci¨®n la declaraci¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar sobre los contactos del Gobierno con la direcci¨®n de ETA?
R. Sin duda. Comenz¨® la campa?a Jaime Mayor vendiendo que la paz no puede tener un precio pol¨ªtico, la fractura social que provocamos los nacionalistas y lindezas similares. Y ahora reconocen lo que dec¨ªamos desde hace meses: que hay que hablar con ETA. La estrella de Mayor est¨¢ declinando. Menos mal que Aznar empieza a decir cosas con fundamento. En pacificaci¨®n, hacer y hacer, y hablar poco; eso es lo que demanda la sociedad. Soluciones a los problemas, ¨¦sa es la responsabilidad de gobernar. El PP no se puede mantener en el poder con una pol¨ªtica de firmeza inmovilista respecto a la pacificaci¨®n. Por eso planteamos propuestas concretas en Europa para el d¨ªa despu¨¦s del final definitivo de ETA: queremos que, v¨ªa apoyo a la pacificaci¨®n, como pas¨® en el Ulster, se cree un fondo especial para las zonas m¨¢s deterioradas de Euskadi, como la margen izquierda del Nervi¨®n o el valle alav¨¦s de Ayala.
P. El PNV ha concurrido a Europa con nuevos socios. ?Ten¨ªan miedo sus anteriores aliados a que les metieran en el mismo saco junto a los que hablan y pactan con Euskal Herritarrok, la marca electoral de Herri Batasuna?
R. Efectivamente. Pero hay algo anterior. Aqu¨ª existe un d¨¦ficit democr¨¢tico: los partidos estatalistas mantienen la circunscripci¨®n ¨²nica, a diferencia de lo que pasa en el Reino Unido, Alemania, Italia, B¨¦lgica... ?Qu¨¦ pasa? ?Es que no se creen que estamos en un Estado plurinacional y auton¨®mico, el mismo que recoge la Constituci¨®n? El modelo europeo consagra m¨¢s las regiones y las nacionalidades, en lo que se refiere a la elecci¨®n de los eurodiputados que tomar¨¢n asiento en el Parlamento de Estrasburgo. Buscamos coaliciones fuera de nuestro ¨¢mbito para que no se pierdan los votos de los ciudadanos.
P. Le preguntaba por el cambio de coalici¨®n y el miedo de sus ex socios.
R. Cuando hab¨ªa que presentar las coaliciones, el PNV estaba embarcado en el proceso de conversaciones con HB. Y nuestros anteriores socios nos dijeron que, con la que estaba cayendo, la demonizaci¨®n de los medios estatales contra nosotros, no pod¨ªan ir de la mano con un partido de cuasi terroristas. ?F¨ªjese!, nosotros, que siempre hemos rechazado la violencia como instrumento para conseguir objetivos pol¨ªticos. Nosotros no estamos al dictado de ETA y no aceptamos una soluci¨®n impuesta por militares, sino decisiones de los ciudadanos libremente expresadas. Aunque todos ellos nos han asegurado que habr¨¢ colaboraci¨®n tras las elecciones.
P. Este asunto de las circunscripciones le suger¨ªa a Arnaldo Otegi, el l¨ªder de EH, otra cuesti¨®n: ?c¨®mo es posible que los nacionalistas vascos puedan pactar con los baleares y les sea imposible ir de la mano de los vascofranceses?
R. Es un planteamiento europeo transfronterizo. Es verdad lo que dice Otegi. Uni¨®n Mallorquina est¨¢ conectado con los liberales europeos, ERC est¨¢ m¨¢s con los liberales, EA se dice deudora de la tradici¨®n socialdem¨®crata y en el PNV somos dem¨®cratacristianos. Pero es la cerraz¨®n del Estado la que nos obliga a pactar fuera de nuestros espacios naturales pol¨ªticos. Sin duda.
P. Son tradiciones y familias pol¨ªticas muy diferentes que, sin embargo, no les impiden a ustedes demandar la creaci¨®n de un intergrupo de naciones sin Estado en Europa.
R. El intergrupo lo vamos a poner en marcha inmediatamente para determinados aspectos sectoriales. Sin abandonar nuestras familias, queremos que todas las nacionalidades de Europa puedan llevar su voz y participar en la construcci¨®n europea. La modernidad y el futuro son los espacios naturales culturales que son los que dan oportunidades y progreso a los ciudadanos. Estamos construyendo una Europa donde se unen quince Estados por la cabeza, por arriba, y eso es una construcci¨®n artificial. Hay que integrarla a nivel ciudadano. Y el ciudadano tiene un sentido de pertenencia m¨¢s pr¨®ximo a su entorno natural. Por eso defendemos una doble C¨¢mara de representaci¨®n: una directa, de los ciudadanos, y otra territorial, que sea una mezcla entre el Consejo de Ministros actual y el Comit¨¦ de las Regiones para abrir la puerta a las realidades territoriales y que todos nos podamos sentir identificados. Hay que buscar la unidad en la diversidad porque Europa es diversa, sin cors¨¦s.
P. ?Y a qu¨¦ se debe la preocupaci¨®n de Felipe Gonz¨¢lez por la posible desmembraci¨®n de Espa?a y la evoluci¨®n del nacionalismo vasco hacia el soberanismo? Su discurso, sobre el papel, parece precisamente m¨¢s impregnado de moderaci¨®n que de autodeterminaci¨®n.
R. Cuando se tiene ese temor es porque se mira al pasado. Los Estados deben ceder soberan¨ªa hasta convertirse en meras demarcaciones administrativas. Y no se acaba el mundo por eso. La posici¨®n de Gonz¨¢lez es decimon¨®nica, bonapartista, de no haber asumido la realidad que viene.
P. Pero hay una contradicci¨®n entre esa confianza en Europa y la visi¨®n que trasladan ustedes de Europa como un Gargant¨²a que devora las especificidades fiscales recogidas en el Concierto Econ¨®mico.
R. No vemos a Europa como un Gargant¨²a, pero s¨ª puede cercenarnos si no estamos presentes all¨ª para defendernos. Queremos que se respete nuestra capacidad fiscal y, en todo caso, si hay que consensuar o discutir sobre ella, que se cuente con nosotros, que nos dejen estar en los Consejos de Ministros cuando se discuta de temas que nos afecten directamente. Parece l¨®gico, ?no?
P. No negara que ¨¦sa es una concepci¨®n muy diferente de la que defiende Joseba Egibar, dirigente de su formaci¨®n, cuando dice que Euskadi ser¨¢ la estrella 16? en el a?o 2003.
R. Es m¨¢s realista, claro. Yo entiendo que Egibar o EH puedan plantear las cosas m¨¢s all¨¢. Habr¨¢ que ver el devenir de Europa, porque igual tiene que tener 100 estrellas en vez de 15 porque hay 100 naciones. No lo s¨¦. Como dec¨ªa Antonio Machado, habr¨¢ que hacer camino al andar. Hay que ser realista: nosotros queremos tener nuestra voz para defender nuestra autonom¨ªa y nuestro autogobierno, pero en di¨¢logo permanente. Yo no niego la naci¨®n espa?ola, pero tambi¨¦n hay otras. Espa?a es un Estado plurinacional. Lo que no puede ser es la imposici¨®n, el dominio.
P. Atendiendo a los debates electorales, parece que lo ¨²nico que se juega Espa?a en la UE es el lino y la guerra de Kosovo.
R. Es mucho m¨¢s que eso. Yo entiendo que estos dos temas se han puesto de moda porque en los partidos estatalistas ha habido mucha dial¨¦ctica y mucho insulto.
P. En alguno de los m¨ªtines ha recordado que el pueblo vasco es el m¨¢s antiguo de Europa. ?Para qu¨¦ les sirve esa condici¨®n a los parados o excluidos socialmente?
R. A un parado o a un excluido socialmente hay que darle soluciones. A corto plazo, la solidaridad, y no hay m¨¢s que hacer. Y a largo, proyectos de futuro. Pero no nos debemos conformar con que todo el mundo pueda subsistir. El objetivo es desarrollarnos como personas, que tengamos oportunidades. Los ciudadanos tienen esp¨ªritu, no s¨®lo tienen est¨®mago. Y ah¨ª es cuando la gente piensa en su pertenencia, su cultura y su entorno natural. Y ah¨ª hay que empezar a dar respuestas a las demandas de las colectividades.
P. ?Y ah¨ª es donde molestan los Estados, seg¨²n ustedes?
R. Molestan determinados Estados que quieren perpetuarse. Se han quedado anticuados, en el siglo pasado. Se equivocan. Son una antigualla. A todas luces, eso ya no sirve.
P. ?Un esca?o para la coalici¨®n ser¨ªa un fracaso?
R. No, pero queremos dos.
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