Sistema tributario, modernizaci¨®n 'versus' equidad
El Partido Popular est¨¢ desarrollando una campa?a publicitaria de sus logros coincidiendo con sus tres a?os de mandato. El sistema tributario ha sido una de las materias elegidas (EL PA?S del 6 de mayo). El Gobierno asevera haber logrado una Agencia Tributaria eficaz, con unos impuestos modernos. Dentro de su lenguaje plano y vac¨ªo, cabe preguntarse c¨®mo interpretar la palabra "moderno" en t¨¦rminos fiscales, y especialmente si coincide con los objetivos cl¨¢sicos sobre la suficiencia del sector p¨²blico y la equidad en el reparto de los esfuerzos entre los ciudadanos. Con car¨¢cter previo, cualquier persona u organizaci¨®n que pretenda contrastar los logros publicitados por el Gobierno tiene el inconveniente de no disponer de informaci¨®n sobre el sistema tributario posterior al ejercicio fiscal de 1995. En la historia reciente nunca se hab¨ªa alcanzado una situaci¨®n de mayor falta de transparencia. Desde esta fecha, no hay Memorias Tributarias publicadas ni en papel ni en Internet. La informaci¨®n se ha convertido en un privilegio limitado a los miembros del Gobierno. Realizada esta denuncia, hay que reconocer la febril actividad del Gobierno en materia tributaria. Mientras en otras ¨¢reas ha mantenido una actitud titubeante, dialogante o conciliadora asumiendo modelos anteriores, incluso mejorando y subsanando decisiones muy negativas adoptadas antes, en materia tributaria siempre ha demostrado tenerlo muy claro. En junio de 1996, reci¨¦n formado Gobierno, fij¨® un tipo ¨²nico de tributaci¨®n para las plusval¨ªas (20%) y aprob¨® una actualizaci¨®n casi gratuita del valor de los activos en balance, una antigua reivindicaci¨®n de la patronal con el objetivo (te¨®rico) de mejorar la situaci¨®n de las empresas ante terceros y permitir un mejor acceso a la financiaci¨®n. En sentido contrario, otras opiniones consideran esta medida fuera de las posibilidades de control de la Agencia Tributaria, permitiendo tan s¨®lo mayores amortizaciones a los empresarios, que, planificadas adecuadamente en el tiempo, desembocan en una aportaci¨®n inferior al Impuesto de Sociedades. En definitiva, una bajada de impuestos cuantificable de manera prudente en 80.000 millones por ejercicio durante los pr¨®ximos 10 a?os. El tipo ¨²nico de tributaci¨®n para plusval¨ªas se adelant¨® a la reforma del IRPF. Nadie duda que la mayor¨ªa de los contribuyentes van a pagar menos con la reforma, pero no es cierto que alcance a todos como dice el Gobierno y, por encima de este importante detalle, el reparto de las rebajas est¨¢ lejos de ser equitativo. La reforma del IRPF se resume en una fuerte p¨¦rdida de progresividad del impuesto con excesivos beneficios para personas con rentas elevadas, sobre todo si son de capital. Como no se han atrevido a hacerlo de una forma simple (reducir dr¨¢sticamente los tramos m¨¢s altos de la tarifa), lo han intentado disimular. Para ello han sumado una rebaja menor de la tarifa y el invento del m¨ªnimo personal y familiar. La suma de decisiones tiene resultados muy regresivos: los declarantes, c¨®nyuges e hijos valen m¨¢s a medida que aumenta la renta y la presunta potenciaci¨®n del ahorro popular se concreta en pagar m¨¢s por los rendimientos de sus ahorros que por el resto de los ingresos. Los contribuyentes con superiores ingresos, especialmente si son plusval¨ªas, se convierten en los grandes ganadores. A ellos se suman aquellas personas con rendimientos empresariales y profesionales que, a pesar de sus peque?as aportaciones actuales, incluso acceden con el nuevo modelo a un m¨ªnimo exento que les negaba el anterior. No es dif¨ªcil identificar los colectivos m¨¢s beneficiados con apoyos b¨¢sicos del PP y CiU. Las grandes reformas se han complementado con otras m¨¢s peque?as, aplicadas como un goteo permanente, dirigidas siempre en la misma direcci¨®n: rentas empresariales y profesionales. Con car¨¢cter a?adido, el Gobierno ha aprobado un nuevo Estatuto del Contribuyente. Una decisi¨®n muy interesante si estuviera acompa?ada de una lucha eficaz contra el fraude fiscal. Despu¨¦s de leer su contenido, cabe preguntarse por qu¨¦ dentro del citado estatuto una de las medidas estrella ha sido reducir el plazo de prescripci¨®n desde cinco a cuatro a?os. Los contribuyentes que han cumplido con sus obligaciones no ganan nada y, sin embargo, los defraudadores reducen su riesgo un 20%. Un aliciente, sin duda, para persistir en su conducta. Incentivo del mismo calibre a mantener una legislaci¨®n permisiva ante hechos de elusi¨®n fiscal, de los que son buen (mal) ejemplo algunos de los ministros del Gobierno. Mientras tanto, la ley de delito fiscal contin¨²a vaciada de contenido sin cumplir con el efecto ejemplarizador para la que est¨¢ establecida en todos los pa¨ªses con sistemas tributarios modernos. Un recordatorio. El Gobierno de cada momento es responsable de la legislaci¨®n vigente, ya que si lo considera oportuno puede cambiarla. Hablar del funcionamiento de la Agencia Tributaria es un tema complicado. Pero las cifras sobre la inspecci¨®n, como m¨ªnimo, son contradictorias, est¨¢n seriamente cuestionadas por una parte nada despreciable de los profesionales de la propia agencia y, desde luego, no permiten lecturas nada triunfalistas. Limitar la lucha contra el fraude a los ¨¦xitos contra el contrabando de tabaco no es una buena tarjeta de presentaci¨®n. Contestando el leg¨ªtimo ejercicio publicitario del Gobierno, el sistema tributario espanol, despu¨¦s de las reformas, no se sabe si es m¨¢s moderno (desconozco los aparatos de medici¨®n), pero es muy posible que sea m¨¢s injusto en la distribuci¨®n de los esfuerzos. Adem¨¢s, existen dudas m¨¢s que razonables para pensar que reducir¨¢ seriamente la recaudaci¨®n en tiempos muy necesarios (Pacto de Estabilidad y Crecimiento en la zona euro) y, sobre todo, en una situaci¨®n de Espa?a en la Uni¨®n Europea que no justifica esta p¨¦rdida ni por presi¨®n fiscal (muy inferior) ni por las mayores necesidades de gasto p¨²blico en prestaciones sociales, infraestructuras, formaci¨®n o I+D. Por ¨²ltimo, el camino hacia la modernidad tampoco ha estado acompa?ado de una mayor simplificaci¨®n para el contribuyente. Al contrario, a la dificultad del desdoblamiento de la tarifa (estatal y auton¨®mico) consecuencia del sistema de financiaci¨®n auton¨®mica, los responsables de Hacienda est¨¢n realizando un ejercicio de confusi¨®n interesada. Esta vez con consecuencias econ¨®micas negativas para buena parte de los trabajadores con ingresos inferiores a 3,5 millones de pesetas, que al soportar retenciones excesivas perder¨¢n dinero si no cumplimentan su declaraci¨®n en junio del 2000. Hay motivos serios para no coincidir con el triunfalismo del Gobierno en esta materia. Con perseverancia y tenacidad, algunas organizaciones intentaremos trasladar a la opini¨®n p¨²blica nuestros argumentos. Alguno tan simple como que si no se pagan impuestos no hay servicios p¨²blicos ni prestaciones sociales, por mucho que se mejore la eficacia en la gesti¨®n. Pero, por favor, mientras desarrollan su ejercicio de electoralismo acompa?en su discurso de la modernidad con el cumplimiento de su obligaci¨®n democr¨¢tica de facilitar a la sociedad toda la informaci¨®n, en tiempo y forma.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.