Capitulaci¨®n y paz
Los militares serbios firmaron anoche los t¨¦rminos de capitulaci¨®n exigidos por la OTAN. S¨®lo una verificaci¨®n de que las tropas de Milosevic iniciaban su retirada de Kosovo separaba este acuerdo del cese de los bombardeos. Con toda probabilidad, Solana habr¨¢ ordenado esta madrugada un alto el fuego que deber¨ªa dar paso en Nueva York a una resoluci¨®n del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para habilitar la entrada en Kosovo de tropas internacionales de paz. Como si se tratara de un mecanismo de relojer¨ªa, la firma del acuerdo militar puso en marcha una cadena de decisiones para poner t¨¦rmino al conflicto y al mismo tiempo crear las condiciones de seguridad para que casi un mill¨®n de albanokosovares desterrados puedan plantearse el retorno seguro a sus hogares. La ONU adquiere ahora, mediante la resoluci¨®n que debat¨ªa esta madrugada el Consejo de Seguridad y cuyo borrador fue elaborado por el G-8 en Alemania, el protagonismo que nunca ha tenido en el m¨¢s tr¨¢gico acontecimiento vivido por Europa despu¨¦s del conflicto de Bosnia. Finaliza as¨ª una guerra de 78 d¨ªas, aunque no el conflicto que subyace y los sufrimientos de quienes lo han padecido. La primera guerra de la OTAN en 50 a?os termina en una victoria militar de la que t¨¦cnicamente no cab¨ªa dudar, dada la desproporci¨®n de medios puestos en juego. Pero ser¨ªa ilusorio creer que con el cese de los bombardeos llega la paz a los Balcanes. Para empezar, Milosevic, el gran organizador de todas las derrotas recientes de la naci¨®n serbia, procesado por cr¨ªmenes de guerra por el Tribunal Penal de La Haya, contin¨²a en el poder en Belgrado y la comunidad internacional poco puede hacer para desalojarle, salvo advertir a Serbia de que no podr¨¢ beneficiarse de los planes de reconstrucci¨®n mientras no democratice su sistema pol¨ªtico. Esto es, mientras Milosevic contin¨²e al frente del r¨¦gimen yugoslavo. En segundo lugar, no habr¨¢ verdadera victoria aliada ni se justificar¨¢ la guerra si el mill¨®n de albanokosovares expulsados de sus casas no puede regresar con confianza a su tierra. Y eso s¨®lo suceder¨¢ si la OTAN forma la espina dorsal y controla la fuerza que inmediatamente ha de desplegarse en Kosovo. El documento sometido a la aprobaci¨®n del Consejo, en el que no se menciona a la Alianza aunque se presupone su papel director, es ambiguo en este punto crucial, que todav¨ªa puede suscitar discrepancias en las Naciones Unidas, como anticipaba anoche la delegaci¨®n china. La definitiva participaci¨®n militar rusa en la fuerza de paz, su papel en Kosovo y ante qui¨¦n deben responder sus mandos son aspectos tambi¨¦n en el aire y que deben negociarse hoy en Mosc¨² con la participaci¨®n del enviado estadounidense Strobe Talbott. Milosevic ha demostrado hasta el ¨²ltimo momento su condici¨®n de maestro en las artes de la dilaci¨®n y la confusi¨®n. Su objetivo, parcialmente conseguido, ha sido alejar tanto cuanto fuera posible de la OTAN la resoluci¨®n del conflicto para conducirlo hacia el Consejo de Seguridad, donde cuenta con la simpat¨ªa de Rusia y China, dos miembros con derecho de veto. De hecho, la propaganda de Belgrado pinta la claudicaci¨®n serbia como una victoria. Cuenta para ello con la absoluta desinformaci¨®n de sus ciudadanos acerca de lo que de verdad est¨¢ ocurriendo fuera de sus fronteras, pero tambi¨¦n con algunas concesiones en el borrador de la resoluci¨®n de las Naciones Unidas. El texto establece la desmilitarizaci¨®n inmediata del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo (ELK), en consonancia con la retirada de las tropas serbias, pero no incluye menci¨®n alguna al refer¨¦ndum sobre la autonom¨ªa de Kosovo, cuya pertenencia a Yugoslavia se garantiza. Los acuerdos de Rambouillet, que Belgrado rechaz¨® en abril, preve¨ªan que los kosovares decidieran despu¨¦s de tres a?os sobre su autonom¨ªa. La devastadora guerra a¨¦rea llevada a cabo por la OTAN ha finalizado sin que la Alianza haya sufrido grietas, pese a que en algunos momentos las discrepancias p¨²blicas entre sus miembros hayan subido de tono. Lo urgente ahora es que la salida de los soldados y polic¨ªas serbios, que habr¨ªa comenzado esta madrugada, sea seguida de inmediato por la presencia de la Fuerza Internacional para Kosovo (KFor), con el fin de crear lo m¨¢s r¨¢pidamente posible un entorno lo suficientemente seguro para alentar ese regreso de los deportados. Si el peso principal del bombardeo ha reca¨ªdo sobre EEUU, que dispone de mayores medios b¨¦licos, el del despliegue de tropas y de la reconstrucci¨®n va a recaer sobre Europa, que ha de ser consciente de que construir la paz resultar¨¢ m¨¢s complejo que derrotar a Milosevic en Kosovo.
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