"Cada vez envidio m¨¢s a los poetas"
, "De literatura no hay mucho que decir, ?no? Mejor hablar de mujeres y de f¨²tbol", arranca diciendo Antonio Lobo Antunes. El escritor portugu¨¦s ha venido a la feria para promocionar su ¨²ltima novela, Esplendor de Portugal, una visi¨®n oscura y fascinante de la desintegraci¨®n del imperio colonial que ahora llega a la segunda edici¨®n (Siruela). Ma?ana firmar¨¢ ejemplares en el Retiro. Aunque no le gusta demasiado la idea, cree que es un deber expresar su gratitud a los lectores, "que le roban tiempo a la televisi¨®n, el perro y los ni?os, se gastan el dinero en un libro y adem¨¢s lo leen".?sta debe ser la sexta entrevista que da esta ma?ana y se le nota cansado. Pero en los siguientes 45 minutos no para de hablar. Sobre todo, de literatura. "Aunque todos los autores que me gustan les gusta o les gustaba la vida, el f¨²tbol, las mujeres. A S¨¢bato, a Cardoso Pires... O a Cort¨¢zar. Estuve dos o tres veces con ¨¦l y nunca hablamos de literatura".
Tambi¨¦n habla de s¨ª mismo. Con sinceridad aparente, sin petulancia, cuenta que lleva un "annus horribilis", lo detalla y advierte que estas tragedias personales no son dignas de publicar: "La vida privada es s¨®lo para los amigos".
El doctor Lobo Antunes ama sobre todo la amistad, "m¨¢s incluso que el amor: entre amigos no hay celos". ?Y fue amigo de Saramago alguna vez? "No, la amistad es m¨¢s seria. Para toda la vida. Lo conoc¨ª, me dej¨® de hablar un d¨ªa y desde entonces s¨®lo habla mal de m¨ª. No entiendo tanto odio. Si hablo de ¨¦l, aunque no me gusta atacar a nadie, es porque tengo derecho a decir qu¨¦ literatura me emociona".
La mayor alegr¨ªa, explica, es descubrir nuevos autores, "encontrar ese encantamiento que tienen los libros aunque sean desesperadamente tristes". Y se le ve gozar, dentro de su melancol¨ªa natural (m¨¢s gallega que portuguesa, dice: "Me amamant¨® una gallega, mam¨¢ Alicia"), cuando habla de los autores que le tocan el coraz¨®n: Tolst¨®i, Ch¨¦jov, Cernuda, Salinas, Hemingway, Scott Fitzgerald..., "gente que conoc¨ªa el sentido ¨¦tico de la literatura y de la vida. Gente de una integridad, una fidelidad a la creaci¨®n y una honestidad muy raras".
A los autores que no le conmueven, Lobo Antunes los llama los "buenos-malos" y los define as¨ª: "Son previsibles, nunca te sorprenden, no intentan caminos nuevos, repiten hasta el fin la f¨®rmula del ¨¦xito si la encuentran y no ven el oficio como un desaf¨ªo, como una manera de ir m¨¢s lejos que los lectores y de uno mismo".
El nombre de Cela surge enseguida: "Es indudablemente un prosista bueno, con oficio pero, aparte de informar a la polic¨ªa, ser censor e insultar a Lorca, no ha aportado nada nuevo a la literatura". El autor de Manual de inquisidores est¨¢ muy agradecido a Espa?a, que le ha acogido, dice, con "generosidad inteligente". "Dec¨ªan que aqu¨ª no exist¨ªa, que era el pa¨ªs de Saramago, pero he visto que los espa?oles son orgullosos y no se ponen de rodillas ante nada. Los cr¨ªticos me han le¨ªdo con nobleza, ejerciendo su oficio con afecto y distancia, no s¨®lo usando adjetivos elogiosos sino tratando de comprender el fondo de mi trabajo".
En Portugal y Francia, Lobo Antunes vende por encima de 80.000 copias. En Alemania, sobre 150.000. Y sabe que aqu¨ª nunca ser¨¢ un best-seller. "No me importar¨ªa serlo, aunque es peligroso: te puede pasar como a Eco, que la gente lo compraba para tenerlo en casa".
La iron¨ªa no esconde que ¨¦l es lo contrario de un vendedor. Poco o nada medi¨¢tico, misterioso y contradictorio... Y cada vez envidia m¨¢s a los poetas. "Cada palabra tiene para ellos una importancia capital, espiritual, y adem¨¢s no tienen ni que vender...".
A su estilo artesano, ¨¦l construye despacio su escritura dif¨ªcil, sus estructuras complejas, sus personajes negr¨ªsimos, casi devastadores... "Si es que no s¨¦ hacer di¨¢logos. S¨®lo soy un obrero de la literatura. Aunque el lado obrero es muy importante, porque en literatura el trabajo te da todo y el talento vale poco. No hay muchos secretos en esto, salvo tener mucha humildad y un poco de coraje para los momentos de des¨¢nimo, que son muchos. La vida es una mierda. A veces".
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