"Yo hago t¨²neles para las personas, no para los coches"
, Llega con prisas a su despacho de la plaza de la Villa. Viene de un acto electoral y ya le persigue una reuni¨®n de partido. Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano tiene los ojos enrojecidos y la voz cansada. Se repantiga en un sill¨®n, se estira y, por un segundo, parece un ni?o. Luego recupera la compostura, mira al periodista y le pregunta en tono de disculpa si alg¨²n otro candidato pisa la calle tanto como ¨¦l. Durante la entrevista, el alcalde de Madrid, empujado por la bonanza de los sondeos, se muestra tranquilo en sus respuestas, incluso cuando se le interroga por sus negocios privados.Pregunta. ?Qu¨¦ le parece la entrada de su ex concejal ?ngel Matanzo en la lista de Ynestrillas?
Lugar y fecha de nacimiento Sevilla
17 de octubre de 1937Profesi¨®n Abogado Cargo Alcalde de Madrid A?os en el cargo 8 Partido pol¨ªtico PP
Respuesta. Lo siento por ?ngel. No deb¨ªa. Se equivoca.
P. Usted, si pierde, ?qu¨¦ har¨¢?
R. Analizar¨¦ con severidad el mensaje. Si uno es rechazado por la gente que le apoya, es que a lo mejor quieren un cambio.
P. Entonces, ?abandonar¨ªa el cargo?
R. Proceder¨ªa en consecuencia.
P. Y si gana, ?repetir¨¢ otro mandato?
R. Lo tendr¨¦ que decidir a los cuatro a?os.
P. ?Rechaza la limitaci¨®n de dos mandatos que se han autoimpuesto Aznar y Ruiz-Gallard¨®n?
R. Hay que dejar paso, si te lo piden los electores. Pero yo no me lo planteo a t¨ªtulo personal. Ha sido el partido, el propio Jos¨¦ Mar¨ªa, el que me pidi¨® que repitiera.
P. ?No cree que a Madrid le falta una movida?
R. La movida empobreci¨® la vida cultural, amaner¨® a la gente y confundi¨® a la cultura. Se dijo entonces que aquello era cultura, aquello que no dej¨® ni un libro, ni una obra de m¨²sica, ni una pintura. No dej¨® nada. La movida fue un gran vac¨ªo. Un fuego de artificios. La cultura es otra cosa.
P. Pues a usted le acusan de ser un alcalde zarzuelero.
R. Soy una persona de hoy, no me siento antiguo. No odio el t¨¦rmino zarzuelero, si se me aplica por respetar una m¨²sica tan extraordinaria y nuestra. Odio, sin embargo, cuando se dice intentando confundir la zarzuela con algo paleto, desfasado y sin vida. Eso me ofende.
P. ?Le gustan los chirimbolos, la pantalla antisuicidios o esculturas como La Violetera?
R. No soy iconoclasta. La historia hay que admitirla tal y como est¨¢. Eso es el respeto. Quien no ama a su patria o a su ciudad comprendiendo la historia de un modo global, es que tiene una visi¨®n limitada. S¨®lo puedo enmendar lo que yo he hecho. Pero no estoy arrepentido de los parapetos acristalados del Viaducto, no da?an la est¨¦tica para nada, casi no se notan y, sin embargo, ya podemos contabilizar el descenso de suicidios.
P. ?Cu¨¢ntos t¨²neles ha construido?
R. Los que han sido necesarios. No me he propuesto batir ninguna marca. Ni tengo como objetivo en mi vida hacer t¨²neles. Comprendo que sea una caracter¨ªstica que ha sido muy acentuada, como si yo no hubiese hecho otra cosa en la ciudad. Pero cuando hay que arreglar la circulaci¨®n tienes que buscar alternativas. A m¨ª lo que me gusta de los t¨²neles es que en la superficie emerge una actividad mejor para los ciudadanos. Yo hago los t¨²neles para las personas, no para los coches, que son m¨¢quinas ciegas. Los hago para que los conductores lleguen antes a su casa o a su trabajo, para que sufran menos. Yo nunca pienso en los coches. Pero soy pragm¨¢tico y s¨¦ que que existen y que la gente los utiliza.
P. Cualquier conductor le dir¨¢ que el problema del tr¨¢fico no se ha resuelto con los t¨²neles.
R. Yo le dar¨ªa datos. Cada mes se matriculan 25.000 coches en Madrid y el espacio urbano no se puede ensanchar m¨¢s. Cortar la ciudad, no deja de ser una medida que en vez de resolver, disuelve el problema. Si lo hago,la gente llegar¨¢ m¨¢s tarde a su trabajo y hasta se producir¨¢ una crisis econ¨®mica. Ni siquiera el transporte p¨²blico es capaz suprimir los coches.
P. ?Y penalizar el tr¨¢fico para desocupar la superficie?
R. ?sa es la alternativa de la oposici¨®n. Ya veremos qu¨¦ dicen los madrile?os con sus votos. Yo ofrezco soluciones. Cuando hago una obra, ensancho las aceras y estrecho las calzadas. Pongo dificultades al tr¨¢fico, pero no prohibiciones.
P. Dice que no proh¨ªbe, pero en la ordenanza de circulaci¨®n que usted aprob¨® se multa a los peatones que corran "molestando" o a los que esperan el autob¨²s fuera de la marquesina.
R. Eso qued¨® desvirtuado desde el principio. Nadie ha sido multado por correr.
P. La ordenanza no ha sido retirada.
R. Pero es que la ordenanza no dice eso. Eso es absolutamente sesgado. En realidad se refiere a los que invadan las aceras molestando al resto de viandantes, y en el caso de las marquesinas, es para proteger... Pero no se ha puesto ninguna multa.
P. ?No le parece que la falsificaci¨®n de firmas de polic¨ªas en los recursos de multas de tr¨¢fico fue m¨¢s que un simple "l¨ªo de mucho cuidado", como lo defini¨® su concejal de Hacienda?
R. ?sa es una muletilla que utiliza el concejal. Es un problema muy importante, pero de momento s¨®lo hemos encontrado un 0,6% de suplantaciones. Exactamente, 1.010 expedientes.
P. 1.010 expedientes son muchos.
R. Es el 0,6%. Afortunamente, lo que era un esc¨¢ndalo, ha sido una simple anormalidad subsanable.
P. ?Permitir¨ªa que sus concejales hiciesen lo mismo que su ex concejal de Obras, Enrique Villoria, que abri¨® un negocio privado ocupando una concejal¨ªa?
R. Vamos a ver. Ese negocio no ha afectado ninguna decisi¨®n municipal, no ha interferido en la esfera p¨²blica. No es ileg¨ªtimo, ni inmoral, ni ¨¦ticamente reprochable.
P. ?Puede entonces un cargo p¨²blico enriquecerse con negocios privados?
R. La cuesti¨®n es que no colisionen los intereses p¨²blicos y privados, y que no se utilice el cargo para que prospere el negocio. Lo contrario es inmoral.
P. Pero en Campo de las Naciones, la sociedad municipal que presidi¨® Villoria, s¨ª que hubo colisi¨®n de intereses.
R. M¨ªnima.
P. Se adjudicaba publicidad a dedo a un amigo de Villoria, se compraban obras de arte a la galer¨ªa de la hija de Villoria, se adquir¨ªan ordenadores a una sociedad situada en casa del gerente y hab¨ªa contratistas que a su vez ten¨ªan relaciones comerciales con la sociedad de Villoria.
R. No es una colisi¨®n directa, sino derivada. Es que la concesionaria de restauraci¨®n de la sociedad municipal Campo de las Naciones compra por valor de 20.000 pesetas a la empresa de Villoria. Si la compra la hubiera efectuado directamente Campo de las Naciones ser¨ªa m¨¢s importante. Y respecto a las acuarelas de la hija de Villoria compradas para regalos de fin de a?o, pues a m¨ª no me gusta, pero seamos serios. Frente a otros esc¨¢ndalos, si esto es todo lo que se ha encontrado en este Ayuntamiento despu¨¦s de tantos a?os es para tirar cohetes de alegr¨ªa.
P. ?Si gana mantendr¨¢ sus acciones en la inmobiliaria Incoda?
R. S¨ª, sin duda. Yo tengo la seguridad de que nada de lo que hago es ilegal o ileg¨ªtimo, ni tan siquera tiene la apariencia de eso. Ninguna actividad m¨ªa privada colisiona con intereses p¨²blicos.
P. Pero entender¨¢ que suscite inquietud, que tenga intereses en una inmobiliaria que opera en municipios gobernados por su partido.
R. La empresa tambi¨¦n act¨²a en municipios que no son de mi partido. Nadie de la empresa ha dicho jam¨¢s que en ella hubiera una participaci¨®n m¨ªa. Y me hubiera disgustado enormemente, y me ir¨ªa ma?ana mismo si alguien hubiese utilizado mi presencia. Y si no es por una investigaci¨®n, a mi juicio torticera, realizada por la prensa, nadie lo sabr¨ªa.
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