Reflexi¨®n
La campa?a electoral toc¨® su fin y hoy, seg¨²n recoge la ley electoral, nos corresponde reflexionar para tomar una decisi¨®n. De cumplirse a rajatabla tal precepto veremos a la gente paseando por las calles, ensimismada mientras le da vueltas al sentido de su voto. Nos cruzar¨ªamos con el amigo o la vecina que ni siquiera advertir¨¢n nuestra presencia inmersos como estar¨¢n en su meditaci¨®n trascendental. Pero nada de eso es f¨¢cil que suceda y lo m¨¢s probable es que la vecina nos devuelva cort¨¦smente el saludo y que los viandantes se comporten con la entera normalidad de un d¨ªa cualquiera. Puede ocurrir, s¨ª, que captemos alg¨²n que otro comentario expresando el alivio que supone que los candidatos callen de una vez por todas. Y de poner la oreja en la calle, oiremos igualmente el ya tradicional latiguillo de los descre¨ªdos proclamando a los cuatro vientos su escepticismo ante las promesas electorales y que da lo mismo al pol¨ªtico que votes porque todos son iguales. Una creencia demasiado extendida forjada no s¨®lo en la decepci¨®n y la incredulidad por experiencias pasadas, sino tambi¨¦n en la m¨¢s absoluta ignorancia. Ni todos los candidatos son iguales ni da igual votar a uno que a otro. No lo es en unas elecciones generales y lo es mucho menos en unas municipales y auton¨®micas, dos administraciones pr¨®ximas cuyas decisiones son las que afectan m¨¢s directamente a los ciudadanos. Por planos que puedan resultar los discursos de los aspirantes nada tienen que ver los conceptos de ciudad y de regi¨®n que defienden ni tampoco c¨®mo conciben su relaci¨®n con los administrados. In¨¦s Saban¨¦s, la alcaldesa que propone Izquierda Unida para el Ayuntamiento de Madrid, es una mujer que entiende la pol¨ªtica municipal desde la proximidad a los ciudadanos. Aterriz¨® en la cosa de Madrid algo temblorosa y despistada, pero le ha cogido enseguida el punto y es todo un descubrimiento para la pol¨ªtica municipal. Para su desgracia no hubo tiempo de que la gente la conozca y con Anguita como referente llevando la coalici¨®n a la deriva tendr¨¢ ma?ana el viento de cara. Tampoco lo tiene f¨¢cil ?ngel P¨¦rez, su compa?ero de filas en el Parlamento regional. P¨¦rez practica el dif¨ªcil arte de la iron¨ªa incluso consigo mismo. Gracias a ella ha logrado sostener el tipo ante la galer¨ªa cuando las trifulcas intestinas de su formaci¨®n le manten¨ªan alejado de los asuntos que de verdad le importan a la gente. Fernando Mor¨¢n en cambio es m¨¢s conocido aunque se le ha hecho larga esta campa?a electoral. El ind¨®mito don Fernando no estaba acostumbrado a que le manden y Cristina Narbona le ha dirigido la campa?a como un cabo de vara. Un esfuerzo encomiable por ambas partes que nos permite imaginar que la voluntad todo lo puede. No hubo, sin embargo, el mismo empe?o por entenderse con la candidatura hermana al parlamento regional que encabeza Cristina Almeida. Quienes manejaban las agendas barr¨ªan para casa y si la campa?a dura tres d¨ªas m¨¢s terminan tir¨¢ndose los trastos a la cabeza. Almeida lo hubiera sentido porque en este trance elctoral ha hecho de tripas coraz¨®n. Quienes m¨¢s se afanaron en disimular sus rencillas intestinas fueron los candidatos del Partido Popular a la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid. Alberto Ruiz-Gallard¨®n y Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano acudieron juntos a varios actos electorales sin que en ning¨²n momento trascendiran las puntaditas que se tiran por separado. La verdad es que lo ¨²nico que Gallard¨®n y Manzano tienen en com¨²n es el partido en el que militan. El primero vende la eficacia fr¨ªa, mientras el segundo es capaz de abrazar a una farola. Tambi¨¦n sus proyectos personales est¨¢n lejos de parecerse. Don Jos¨¦ Mar¨ªa quiere seguir siendo alcalde porque le encanta el cargo mientras que para Gallard¨®n la presidencia regional es un tr¨¢nsito a la Moncloa. Su objetivo por ello no es s¨®lo repetir mayor¨ªa absoluta, sino arrasar. Don Alberto necesita ser el candidato del PP m¨¢s votado en estos comicios para demostrar al partido su tir¨®n electoral presentando obras, ya que no hay amores. Quiere adem¨¢s remarcar la diferencia de votos con Manzano al que en G¨¦nova siempre apoyaron en detrimento suyo y dar as¨ª la nota triunfal. Aqu¨ª todos los votos cuentan. Reflexionen.
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